Publicidad
La urgencia de políticas públicas que protejan a la niñez migrante y se hagan cargo de la crisis humanitaria actual Agenda País

La urgencia de políticas públicas que protejan a la niñez migrante y se hagan cargo de la crisis humanitaria actual

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
Ver Más

Los niños, niñas y adolescentes migrantes se encuentran en una situación de vulnerabilidad mayor ante la falta de estabilidad que implica el cambio de casa, entorno y conocidos. Pero esa vulnerabilidad aumenta cuando las razones de la migración es por razones forzosas que implican una crisis humanitaria y que los expone a situaciones de peligro, miedo y estrés.


En los últimos meses hemos sido testigos de una migración de personas que pasan por pasos fronterizos no habilitados y que llegan a Chile principalmente desde Venezuela, después de recorrer cerca de cinco países en durísimas condiciones.

Así también llegan niñas, niños y adolescentes (NNA) migrantes que pueden o no venir acompañados de sus familias y se exponen a riesgos como la falta de agua, alimentos y un clima complejo.

Para hablar de los problemas que han aumentado con la crisis migratoria y humanitaria que está afectando a esos NNA estuvieron Magdalena Valdés, directora ejecutiva de América Solidaria; Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga; Waleska Ureta, directora nacional del Servicio Jesuita Migrante, y Stephanie Coscing, coordinadora territorial del proyecto Esperanza Sin Fronteras de World Vision en la región de Arica y Parinacota.

Magdalena Valdés comenzó planteando que la niñez «es una de las cosas más invisibilizadas de todo el problema de migración en general».

La directora ejecutiva de America Solidaria habló sobre un estudio UC que establecía que los NNA que han llegado a Chile en general «se siente mejor y más protegidos acá que en su país de origen, pero que muy pocos -y sobre todo lo que están llegando- «tienen una protección previsión y salud».

Otro de los problemas importantes que afecta a este grupo es «no saber qué viene, hacia dónde van a vivir, el estar en tránsito», por lo que «todavía hay mucha ansiedad con respecto a cuánto se tienen que mover para encontrar un lugar».

En ese sentido cree que en cuanto a «políticas públicas todavía estamos muy alejados y consenso con los otros países de Latinoamérica menos. Así que mucho qué hacer».

Por su parte Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga, puso énfasis  en la salud mental: «Son niños y niñas que no logran una inserción cultural y extrañan la calidez, la cultura, las costumbres de los lugares de donde salieron y también ven a sus  padres y madres muy estresados, con mucha demanda, sin acceso a tiempo libre y con mucha demanda sobre los trámites que hay que hacer».

También sostiene que «hay un desafío de gran complejidad. Se calcula que más de 4 mil niños han pasado por Colchane, pero 50 de ellos entraron sin un adulto responsable y creo que ahí tenemos un foco crítico atención y tenemos que dar una buena respuesta como Estado y como país», enfatizó.

Una crisis humanitaria

Waleska Ureta, directora nacional del Servicio Jesuita Migrante, sostuvo que «hay una crisis inmunitaria de las más grandes del mundo y a la niñez le afecta en el sentido de que es una migración forzada de sus padres y una migración forzada para ellos».

«Hoy el estrés es la comida, dónde vivir, techo, la temperatura, quemarse por el sol, el cansancio, la deshidratación es desgarrador», afirmó. «Es un estrés que es de la subsistencia».

Ureta recalca que «la migración no es un problema, el problema son las políticas públicas que no están a la altura y no son las idóneas para poder hacer frente a esta situación tan dolorosa y desgarradora para la familia de NNA migrantes».

Mientras que Stephanie Coscing, coordinadora territorial del proyecto Esperanza Sin Fronteras de World Vision en la región de Arica y Parinacota, explicó que «efectivamente estos actos de xenofobia y de la criminalización de la migración, la distancia física y emocional con sus seres queridos ha traído aparejado un nivel de afectación emocional de NNA».

De hecho, aseguró que «hay un rango etario de 0 a 5 años que es el grupo más vulnerable y que requiere de un acompañamiento psicosocial».

Esto se va agravando «por la situación que tienen sus padres o madres y como ellos les proyectan esta angustia o desesperanza, de este escaso proyecto migratorio que a veces existe o está muy incierto, en esta ambivalencia de condiciones dignas y la crisis humanitaria a la que están enfrentados estos NNA y sus grupos familiares».

Publicidad

Tendencias