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Paulo Freire: 100 años de la pedagogía de las preguntas Social

Paulo Freire: 100 años de la pedagogía de las preguntas

Referentes de la pedagogía crítica se dieron cita durante tres días en un seminario de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano sobre la influencia del educador brasileño que convirtió la educación en un elemento emancipador y transformador para las sociedades oprimidas.


La conmemoración del centenario del educador brasileño Paulo Freire (Recife, 1921) actualiza gran parte de una teoría de la educación como atributo emancipador de las sociedades ante un sistema formativo donde la sala de clases (y sus contenidos) permanece exactamente igual que hace dos siglos. Donde los profesores son meros productores del saber pedagógico necesario para perpetuar un modelo económico al que le incomoda la pedagogía crítica, estiman los cultores de esta rama de la educación.

“Si bien el legado de Freire permanece intacto, considero que su tradición ha sido relegada a un plano donde incomoda”, señala el profesor Fabián Cabaluz, uno de los organizadores del seminario “Paulo Freire, un siglo de luchas. Diálogos de una educación emancipadora” que tuvo lugar la semana pasada en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Freire es considerado uno de los pensadores educativos más influyentes del siglo pasado desde que, como trabajador social en entornos obreros, creó un modelo para la alfabetización de adultos utilizando materiales de la propia experiencia del alumno. Para ello, estableció unidades de aprendizaje formadas por ladrillos o herramientas en el caso de instruir a trabajadores de la construcción u hortalizas, cuando se trataba de trabajadores agrícolas. Con estas metodologías podía alfabetizar hasta a 300 trabajadores rurales en seis semanas, logrando mayor autonomía y un intercambio cultural entre educadores y estudiantes. Así, Freire llegó a ser Ministro de Educación en su país e irradiar el impacto de la alfabetización con conciencia tanto en Latinoamérica como en recónditos lugares del Pacífico Sur como Filipinas, Vanuatu, Nueva Zelanda, Fiyi, Timor o Papúa Nueva Guinea.

La decana de la Facultad de Pedagogía de la UAHC, Beatriz Areyuna, explica que Freire no debe ser considerado un intelectual de borde, sino valorado por su enorme impacto a nivel mundial. “Afortunadamente se suma a ese reconocimiento un reposicionamiento de su obra desde los paradigmas transformativos que propuso en la década de los 60 que hoy vive un nuevo auge. Sin embargo, algunos sectores han intentado instrumentalizar los dichos de Paulo Freire para transformarlos solo en gestos metodológicos”, cree la docente.

Al igual que Cabaluz, Areyuna advierte que otros sectores son reacios a reconocer la obra del autor de la pedagogía del oprimido, precisamente cualquier pedagogía emancipadora se hace a favor de alguien y en este caso a favor de sectores subordinados de la sociedad. “Hay un grupo de la sociedad a la que le interesa particularmente mantener a otros en la subalternidad y que no les interesará que usemos las concepciones freirianas o esta pedagogía de las preguntas”, señala.

Un legado transformador

Sobre un legado vivo en las escuelas de pedagogía y la educación popular, Cabaluz señala que el aporte de Paulo Freire reivindica una conciencia crítica del mundo, la importancia de la dialogicidad y una praxis no teórica ni abstracta, sino tendiente a una lógica concreta y material. Ese impulso guió el seminario en el que también participaron eminencias sobre la obra de Freire a través de conferencias magistrales y mesas de debate internacionales encabezadas por el doctor en Filosofía, Walter Kohan, la doctora en Educación colombiana, Piedad Ortega, la profesora de la Universidad de Buenos Aires e investigadora CLACSO, María Mercedes Palumbo y el director de CLACSO-Brasil, Pablo Gentil.

Entre las actualizaciones de la obra de Freire que llega vigente a este nuevo siglo, la profesora Ortega declaró que es necesario ingresar de lleno al debate sobre la tecnología y abrir diálogos con las nuevas generaciones que llegan a una escuela análoga y a nuevos espacios de formación.

«Hay dolorosas problemáticas que la pandemia ayudó a visibilizar como la crisis del vínculo social, la soledad y la existencia de un darwinismo social donde solo el más fuerte puede sobrevivir», señaló.

Por otra parte, Palumbo advirtió que las ideas de Freire, efectivamente, exigen ser revisadas bajo nuevos contextos. “Por eso en este año del centenario del nacimiento de Freire hablamos de su legado, pero también de la necesidad de actualizarlo y exponerlo en diálogo con otras perspectivas», invitó junto con advertir que las principales problemáticas a nivel regional en la educación tienen relación con el financiamiento educativo, la precarización laboral del profesor y las obstaculizaciones institucionales para optar a una educación pública de calidad. 

Sobre ese conjunto de problemáticas, la decana Areyuna destacó una metodología freireana que sigue viva y evoluciona para resignificar la enseñanza en cada momento histórico. “Su presentismo es antecesor a los grandes cambios de paradigmas de la sociedad actual, también define el rol de las subjetividades y las corporalidades en estos procesos como algo que jamás nos terminará de sorprender como la razón que define a Freire como una mente latinoamericana. Muchos dicen que Paulo Freire es el único pensador endógeno de Latinoamérica y para América Latina”, expresó Areyuna.

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