
Patrimonio del Barrio, la fundación copiapina que pone en valor la identidad regional a través de lo gráfico
Quienes no la conocen ni la habitan piensan Atacama como sinónimo de tierra minera. Pero en el imaginario social de gran parte de esta población, esta actividad es sólo una parte ínfima de una zona rodeada de montañas, valles y playas de coloridas arenas. La crisis hídrica provocada por el extractivismo, la tala de pimientos, el popular cerro de la cruz, las danzas y devociones a la Virgen del Carmen son algunos de los elementos identitarios que gracias al trabajo de la fundación, junto con comunidades de diversas edades, quedaron plasmados en la red. Relatos, manifiestos y el sentimiento de una región en abandono.
Antes del derrumbe de la Mina San José y la noticia de los 33 mineros atrapados que dio la vuelta al mundo, Copiapó no aparecía más que en el clima de las noticias pese a ser la capital de la Región de Atacama. Fue noticia en 2003 cuando Ricardo Lagos se zambulló en las contaminadas aguas de Chañaral, también en 2012 cuando el periodismo llegó a la comuna de Freirina ante la revuelta ciudadana contra el proyecto de la empresa Agrosuper que aspiraba a criar 2.5 millones de porcinos en 70 mil hectáreas.
Las pocas veces que la región de Atacama aparece en los medios es por desastres socionaturales o turismo en la costa.
Y fue una noticia la que inspiró la exploración de la identidad desde lo gráfico en la fundación Patrimonio del Barrio. En un reconocido diario de tirada nacional, en la primera plana y visible a lo lejos en letras negritas, un titular señalaba las tres ciudades en que no había que elegir vivir, trabajar ni estudiar. Entre ellas estaba Copiapó, era 2018.
Por esos años, cuatro amigos provenientes de diversas áreas de estudio (docencia, comunicación y derecho en un principio) ya venían con las ganas de “hacer algo” por, en y con la región. El diagnóstico era claro: un sentimiento de abandono de los habitantes y la necesidad de la puesta en valor de una identidad que se reconoce entre los relaves. Así lo explicó Maribel Tapia, profesora de educación básica y una de las fundadoras de la agrupación.
“Siempre quisimos armar un grupo y talleres, entonces empezamos con una primera idea que fue tomar recursos y plasmar todo en una plataforma que quedara abierta y permitiera que otros se unieran y lo vieran”, contó la educadora que trabajó en el archivo histórico municipal.
Luego del aluvión que sacudió la zona en 2015, muchas de las casas de la tradicional Alameda copiapina quedaron dañadas. “Yo vivía a unas cuadras y empezaron a demoler casas de los vecinos”, recordó Mabel y señaló además que ese acto, tanto a ella como a las y los vecinos, les hizo “sentir vulnerables”. Las coloridas casas de barro son una postal de la entrada a la ciudad capital y los gobiernos locales de ese entonces quisieron demoler así una parte de la historia de la ciudad.
“Patrimonio del Barrio surge en 2017 con el objetivo de valorizar y visibilizar el patrimonio local y partimos haciendo talleres de construcción en barro reparando las fachadas junto a los vecinos, gracias a eso seguimos con un Fondart y empezamos a capacitar también a estudiantes”.
Desde un principio, y de manera contraria a otras agrupaciones financiadas mayoritariamente con aportes de empresas, Patrimonio del Barrio decidió no recibir aportes de mineras y preferir un “financiamiento sustentable”, aclaró Tapia. Es que la palabra minera no despierta los mismos sentimientos en las y los habitantes por las consecuencias que trajeron a la zona. La región de Atacama fue explotada desde la época colonial y sus aires, aguas y tierras lo manifiestan a diario.

Algunas de las producciones realizadas por participantes de los talleres
“La contaminación lumínica que generan las mineras hacen totalmente inviable nuestro patrimonio astronómico. Nuestra región, si sumamos todos los lugares; Tierra Amarilla, Huasco; El Salvador; es una región de sacrificio. En Copiapó tenemos un tremendo relave en la ciudad y está al lado del mall y ese es sólo el más visible”, destacó Mabel Tapia.
Según Pablo Moya, magister de la Universidad de Concepción, hasta 2019 se contaban ya 155 relaves y 22 de ellos sin controlar en la capital de la Región de Atacama.
“Algunos estaban en las periferias, pero Copiapó creció tanto que se habita ya sobre ellos”, señaló Tapia.
El patrimonio natural, histórico y material como constructores de identidad
El Río Copiapó aparece y desaparece como sus habitantes que van y vienen del territorio. Ricardo Cossio, comunicador audiovisual y otro de los fundadores del Patrimonio del Barrio, es de pocas palabras pero usa la imagen estática o en movimiento para comunicar. Durante la entrevista recordó el florecimiento que trajo el cauce del río aparecido durante el estallido social. “Los chicos tienen memoria… alguna vez corrió un río”, dijo al recordar las imágenes que captó en ese entonces. El río dejó de correr en pandemia.
“La falta y defensa del agua también es identitaria, por qué estamos secos o por qué perdimos lo verde es una pregunta que se da en todos los cursos donde se habla mucho del tema, todos se preguntan dónde está el agua, por qué se la llevan”, recordó la educadora Mabel Tapia.
Desde 2017, la agrupación realizó diversas actividades para la puesta en valor del patrimonio local y viajó a diferentes lugares a conocer experiencias similares. Fue en Cartagena de Indias (Colombia) donde conoció a un artista que pone en valor la ciudad a través de la gráfica y pensó esa posibilidad para preservar las memorias del territorio de Atacama.
“Copayapu Ilustrado nació en 2018, nos trajimos al creador de Cartagena Gráfica a dar talleres a estudiantes de diseño en principio e hicimos un taller de fanzine y una actividad con Urban Sketcher Copiapó y otras convocatorias, todas ellas se preguntaron y cuestionaron cosas como la identidad y la ciudad”, detalló la educadora.

Estas producciones forman parte del catálogo Copayapu Ilustrado
Collages análogos, catálogos de diseño e ilustración, preservación y valoración de archivos y objetos son otras de las actividades que realizan de manera autogestionada desde Patrimonio del Barrio. Además, una línea de investigación encabezada por Ricardo Cossio está por publicar un libro sobre las veneraciones a la Virgen del Carmen y la comunidad de promeseros locales, dado la importancia que tienen estas festividades religiosas en la zona.
El cerro de la cruz, los pimientos, el agua. En cada taller, las y los participantes de diversas edades plasman estos elementos constitutivos de la identidad copiapina y atacameña, marcadas por “un sentimiento constante de abandono”, subrayó Tapia, que tiene relación “con una falta de norte en la gestión pública”.
“Nadie ha pensado en lo importante que es el cerro de la cruz como elemento del paisaje patrimonial, desde la mayoría de las calles se podía ver el cerro pero construyen edificios que lo tapan. Los arboles del paisaje natural son muy importantes, se paralizó la ciudad por la tala de pimientos para construir el mall, hubo globos negros, cuando intervinieron el parque El Pretil hubo barricadas, se han tomado muchas decisiones sin tomar en cuenta la opinion de los ciudadanos y estas demandas tienen mucha relación con una necesidad de identidad: hay identidad en pimientos, en el paso del rio, en el cerro de la cruz…”, destacó la educadora.
Políticas públicas y la desconexión con las necesidades territoriales
Ya en 2014 se hablaba de una de las necesidades urgentes de la región: actualizar su plan regulador. Para Mabel Tapia este es uno de los puntos epicentrales del debate de las ciudades de la región ya que según su relato “el plan está desactualizado, el centro está lleno de peladeros, casas abandonadas, y toda la plata se va en estudios que muchas veces lo hacen consultoras externas a la ciudad que no conocen el territorio”.
Por último, la educadora cerró con una reflexión sobre la valoración de la identidad territorial y con ello, la defensa del territorio: “Cuando no conoces tu territorio y te es más fácil encontrarlo feo es más fácil entregarlo, intercambiarlo, venderlo y nosotros consideramos que ese es el motivo por el cual teniendo tanto atractivo siempre hemos sido invisibilizados. Estamos en un proceso súper importante como país y las generaciones más grandes tienen una responsabilidad muy grande respecto de lo que hay y habrá, nosotros queremos hacernos cargo de nuestra responsabilidad”.