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La brecha socioeconómica y otros obstáculos en el aprendizaje de idiomas como el inglés Educación

La brecha socioeconómica y otros obstáculos en el aprendizaje de idiomas como el inglés

Con un nivel moderado y sexto dentro de los 20 países latinoamericanos, Chile quedó en la última edición del EF English Proficiency Index (EPI). Así como el inglés abre puertas, también las cierra: los obstáculos en el aprendizaje del idioma son diversos y se relacionan íntimamente con el origen socioeconómico de la persona. El diagnóstico de un especialista y el trabajo de una nueva “pedagogía crítica” que busca transformar al inglés en un espacio de formación significativo para el ejercicio ciudadano.


L.F tiene 33 años y es diseñador gráfico, industrial y de desarrollo de productos. Suma más de diez años de experiencia en su área, donde se transformó en uno de los referentes de la industria creativa asociada al arte y la cultura de la Región de Atacama. Como reconocimiento a su trayectoria, uno de sus clientes le ofreció la coordinación del diseño de un restaurante artístico que se inauguraría en Filadelfia, Estados Unidos.

Pero no llegó a subirse al avión; antes de eso, un petitorio le cerró las puertas de manera definitiva: manejo del idioma inglés.

La historia de L.F se replica en todo Chile y el mundo, sobre todo en quienes tienen más de 30 años. De acuerdo a cifras del estudio “Tendencias anuales en sueldos, beneficios y lugares de trabajo” de la consultora multinacional de Recursos Humanos Randstad, 64% de las empresas requiere personal con manejo medio-avanzado de inglés.

“Este panorama se incrementa en organizaciones que buscan perfiles senior y altos directivos, donde de acuerdo a la proyección de la consultora, el 75% de los cargos exige como requisito indispensable el conocimiento de un segundo idioma”, publicaron en su página en noviembre de 2018.

Según la última edición del EF English Proficiency Index (EPI), que mide el dominio de este idioma entre las poblaciones de 111 países, Chile quedó en el lugar 45 por debajo de Argentina, Paraguay y Bolivia. Tiene un nivel medio en relación a otros países, pero en el plano nacional coexisten diversas realidades que demuestran la histórica desigualdad socioeconómica chilena.

¿Tiene relación, por ejemplo, el tipo de establecimiento educativo en el que estudia un niño y su posterior dominio del idioma? La respuesta es tajante: existe relación directa entre el dominio del inglés y el origen educativo.

Un estudio titulado “El aprendizaje del idioma inglés y desigualdad: formación inicial docente y propuestas curriculares para primero básico” (2016), concluyó que las desigualdades en este sentido se plantean ya desde los cuatro años, pues “el programa de idioma de colegios privados se inicia en pre básica”.

“A pesar que la propuesta curricular para la enseñanza del inglés del Ministerio de Educación y la de un colegio privado para primer año de enseñanza básica sean similares en aspectos generales, la diferencia que se observa en el número de horas destinada al aprendizaje del inglés, la búsqueda del logro de certificar a sus alumnos con pruebas internacionales en el caso del colegio privado, afectará la implementación de los programas en los distintos contextos educacionales”, sostuvo la investigación.

En la misma línea, el estudio verificó que estas diferencias dan origen a “diversos resultados de aprendizaje” que se ven afectados además, por factores como el número de alumnos por sala, el porcentaje de inglés utilizado por el profesor y su nivel de dominio del idioma.

Factores que inciden en el aprendizaje 

Para el académico de la UMCE Mauro Ramos Roa, son varios los factores que inciden en el aprendizaje del inglés, algunos de ellos más personales y otros ambientales.

Uno de los más importantes es la exposición pues, según explicó, es vital porque “mientras más se expone la persona es mejor”, tiene relación con el contacto situacional (viajes, oportunidades de intercambios), la lectura de libros y escucha de música, así como también la visualización de películas y videos subtitulados.

Asimismo, la edad también juega un rol importante: mientras antes se adquiera se hará con mayor facilidad.

“Existe una hipótesis que plantea la existencia de un periodo crítico: desde que la persona nace hasta antes de la pubertad, por la configuración del cerebro, es más fácil aprender el idioma de manera subconsciente y esta neuroplasticidad cambia: eso se llama el periodo crítico”, indicó el candidato a doctor en psicología de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).

Y el aspecto primordial es, a su juicio, la motivación, “más importante que la misma aptitud”.

“La motivación es un factor clave para poder aprender; si hay motivación es muy probable que se logre”, subrayó y remarcó que motivar a los estudiantes “es un factor que sin dudas incide”. Así pues, la psicología tiene aquí un papel importante.

“La teoría de la autodeterminación con la que trabajo es intuitiva y reconoce tres necesidades psicológicas básicas; autonomía; competencia (como habilidad) y conexión (conexión con el entorno)”, señaló el Magíster en Lingüística Aplicada.

Al satisfacerlas las personas, propone la teoría, y desarrollando la motivación se logran mejores resultados en el aprendizaje.

“En un colegio bilingüe se estudia el idioma no sólo en sí, sino que es parte de las clases de matemáticas, química, son curriculums diseñados para explorar el idioma, en cambio en los públicos cuesta más porque es otro lineamiento, otros recursos económicos y culturales, quienes viajan de vacaciones ya tienen una ventaja considerable, o quienes se vayan de intercambio”, remarcó.

En el caso de Francisco López, por ejemplo, los estudios escolares fueron realizados en un colegio público entre los años 90 y 2007, con aulas de entre 40 y 45 alumnos. Y aunque siempre estuvo conectado con la cultura pop (debido al consumo de música y películas realizadas en EEUU) su nivel actual de inglés es A2: segundo nivel básico.

Al encontrar en el idioma “una barrera laboral y académica” inició cursos de formación junto a otros colegas, con quienes coincidió  en que la metodología de enseñanza en épocas anteriores “no tomaron con seriedad el tema” pues era usual transformar la clase en espacios de promoción de “risas” y “vergüenzas”, en lugar de promocionar el inglés como propulsor académico y profesional como una de las motivaciones.

En este sentido, el académico y docente de la UMCE valoró los avances que hubo en los últimos años en relación al enfoque de la enseñanza.

“Durante mucho tiempo se criticó la idea de que la enseñanza del inglés estaba desconectada del contexto, por ejemplo los libros tenían apartados que se llamaban Una noche en Boston, algo totalmente desconectado de la realidad de los estudiantes, lo cual genera una pérdida de sentido, y eso es muy importante para que el aprendizaje sea significativo y considere elementos dentro del contexto sociocultural de los estudiantes”, advirtió Mauro Ramos Roa.

Un nuevo giro en la educación: situada y ciudadana

La forma en que históricamente se produjeron los libros de inglés responden a una lógica monopólica. Según mencionó el docente, ante la explosiva necesidad de producción de libros para enseñar el idioma en todo el globo, las empresas produjeron contenidos homogeneizados y uniformes, que tuvieron consecuencias en las aulas.

“Hace algunos años, emergió un movimiento de pedagogía crítica del inglés que reivindica una enseñanza más conectada con las experiencias situadas de los estudiantes, que el idioma sea un vehículo que permita dialogar temas de contingencia y ciudadanos, ha habido un giro bien importante”, enfatizó.

En definitiva, este grupo responde a algunas de las demandas históricas en relación al tema, que se relaciona con qué estatus se le da al idioma. De allí derivan aspectos como la inversión de recursos, el fortalecimiento de la educación pública, la transformación de los currículums y el tiempo dedicado al idioma, y la transversalización del mismo, esto es, que salga de la clase de inglés y transcurra en otras instancias, como la clase de matemáticas. La capacitación y las condiciones laborales docentes, son otro aspecto en el que puntualizó el especialista, además de la necesidad de fortalecer el vínculo universidad y escuela para trabajar de manera conjunta.

“El giro crítico que ha tenido la enseñanza del idioma ha sido muy positivo, va democratizando la base sobre la cual se aprende el idioma y en esta línea el inglés puede ser un muy buen vehículo para desarrollar habilidades ciudadanas”, cerró el profesional.

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