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Inteligencia artificial: ¿Oportunidad o riesgo en la educación escolar y universitaria en Chile? Digital

Inteligencia artificial: ¿Oportunidad o riesgo en la educación escolar y universitaria en Chile?

Existe el desafío de establecer las bases para el buen uso de esta tecnología, que apoye la educación y saque el máximo provecho de las nuevas herramientas.


La tecnología avanza día a día entregando nuevas herramientas que pueden favorecer el desarrollo en distintas áreas, provocando que la sociedad tenga que realizar los ajustes necesarios para poder sacar el máximo provecho.

Hoy, la mayor irrupción se ha producido por la aparición de numerosas herramientas basadas en inteligencia artificial. Existen algunas que pueden escribir informes y textos acerca de cualquier tema en muchos idiomas; otras construyen o mejoran complejos códigos informáticos; y las hay que permiten crear o mejorar imágenes con alta resolución, elaborar obras musicales basadas o no en músicos famosos, y obtener diseños de casas y proyectos inmobiliarios en formato 3D con un alto nivel de detalle.

Se pueden llevar a cabo una gran variedad de acciones hasta ahora realizadas exclusivamente por personas. Y como muchos avances, los efectos o consecuencias de los mismos sobre la vida de las personas no son del todo predecibles, por lo cual es necesario conocerlas, aprender a utilizarlas, a evaluar las oportunidades que nos otorgan, así como los peligros asociados a su aplicación y su incorporación en nuestra vida cotidiana. 

¿Cómo lidiar con esta tecnología y cómo abordarla desde la educación? Distintos académicos y académicas de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso dan sus impresiones.

Para el profesor del Instituto de Matemáticas Manuel Goizueta, la llegada de nuevos elementos al aula de clases se ha dado siempre y es parte de un proceso natural en el desarrollo de las disciplinas y destaca que lo importante es lograr discernir y encontrar las utilidades que pueden tener en el aula de clases.

“Hoy tenemos que enseñar a discriminar información dentro de la sobreabundancia que internet pone al alcance de la mano. Antes las fuentes accesibles a través de bibliotecas no eran muchas, pero estaban desarrolladas por instituciones responsables de la fiabilidad de la información”, sostiene.

“Hoy las fuentes son innumerables, y el reto es formar competencias para elegirlas apropiadamente y para determinar su fiabilidad. La IA presenta retos similares. Si bien pondrá a nuestro alcance capacidades que antes no estaban disponibles, tendremos que formar las competencias necesarias para gestionar su uso y sacarle provecho”, agrega.

En la misma línea, el académico del Instituto de Química Cristian Merino cree que la IA puede jugar un papel preponderante dentro de las aulas escolares de nuestro país:“La Inteligencia Artificial puede jugar un papel significativo en los contextos escolares modernos, especialmente a medida que la educación evoluciona en respuesta a los desafíos globales, los cambios tecnológicos y las demandas cambiantes de la sociedad”.

“Algunos roles que la IA puede desempeñar en los entornos educativos actuales serían, por ejemplo, la personalización del aprendizaje, identificación temprana de problemas y asistencia virtual, entre muchos otros temas”, detalla.

Impulsar la educación

La idea de utilizar estas nuevas herramientas como un impulso en la educación es algo que comparten los expertos de la Facultad de Ciencias: el uso como apoyo al aula y la generación de conocimiento como punto de partida para reflexiones, son ítems a favor y a tener en cuenta al momento de realizar un primer análisis de esta tecnología.

Al respecto, la profesora del Instituto de Física Claudia Reyes, señala que “querer excluirla de contextos escolares sería un gran error. Esto no significa que la IA debe ser utilizada indiscriminadamente dentro de las aulas de clase, sino todo lo contrario, debe ser usada en pro de la formación de las y los estudiantes”.

Para la especialista, “el camino que nos espera, como profesores e instituciones educativas, no es sencillo, ya que se deben generar cambios, algunos radicales, en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es decir, tenemos que encontrar la forma de evaluar aprendizajes cuando se utiliza la IA, una tarea ya complicada sin considerarla; generar actividades de aprendizaje utilizando estas tecnologías y formar a toda la planta docente en este tema”.

“En este sentido, tenemos que poner manos a la obra para generar nuevas formas de trabajo en donde la inteligencia artificial sea nuestra aliada y no nuestra rival”, añade.

El desafío ahora será entonces establecer las bases para el buen uso de esta tecnología, sacar el máximo provecho de ella, y convertirla así en un instrumento que apoye la educación en todas las etapas de la vida y en diversos ámbitos.

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