
Contraseñas vulnerables y verificación biométrica: el dilema en la era digital
En un escenario dominado por hackeos y suplantaciones, la biometría y los sistemas de autenticación avanzados se imponen como respuesta a las limitaciones de las contraseñas.
Durante décadas, las contraseñas fueron el principal escudo para mantener seguras nuestras cuentas digitales. Sin embargo, en el marco del Día Mundial de la contraseña que se celebró el jueves 1 de mayo, expertos coinciden en que las contraseñas ya no bastan.
Y es que, aunque se exija mayor complejidad o longitud, las contraseñas siguen siendo vulnerables ya que pueden ser adivinadas, robadas o compartidas.
¿Biometría en lugar de contraseñas?
Frente a estas debilidades, la verificación biométrica, especialmente la facial, ha comenzado a posicionarse como una alternativa más segura. Este tipo de verificación es una tecnología que utiliza características físicas o comportamentales únicas de una persona para verificar su identidad. Entre los tipos más comunes de biometría se encuentran el reconocimiento facial, las huellas dactilares, el escaneo de iris y el análisis de voz.
En el caso de la verificación facial, se emplean algoritmos de reconocimiento de patrones faciales que comparan la imagen de una persona con una base de datos preexistente, validando su identidad con gran precisión.
A diferencia de una clave, un rostro no puede ser olvidado ni sustraído. Además, tecnologías con este tipo de detección permiten confirmar la identidad sin necesidad de ingresar códigos ni usar dispositivos adicionales.
¿Cómo saber si tu contraseña es segura?
Desde la empresa de ciberseguridad ESET, advierten que muchos usuarios siguen repitiendo errores básicos como usar claves débiles, compartirlas o reutilizarlas en varios servicios. Herramientas como Have I Been Pwned permiten verificar si una contraseña ha sido expuesta en alguna filtración. Si lo ha sido, es recomendable cambiarla de inmediato.
Pero incluso si no ha sido filtrada, eso no garantiza que sea segura. Los ciberdelincuentes utilizan programas que prueban miles de combinaciones por segundo. Por eso, la longitud, complejidad y aleatoriedad siguen siendo elementos clave en la creación de una buena contraseña.
Recomendaciones prácticas:
Para proteger nuestras cuentas, ESET propone:
- Usar contraseñas de al menos 12 caracteres.
- Incluir mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
- Evitar información personal y patrones comunes.
- No reutilizar contraseñas entre distintos servicios.
- Utilizar un administrador de contraseñas para generar y guardar claves de forma segura.
Además, ofrecen un generador gratuito que permite crear contraseñas robustas desde el navegador, sin que esa información se almacene en servidores externos.