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Adultos mayores frente a la digitalización: 66% se siente presionado a adaptarse Digital

Adultos mayores frente a la digitalización: 66% se siente presionado a adaptarse

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Una nueva encuesta revela el dilema que enfrentan las personas mayores en Chile: subirse al tren digital o quedar aislados.


En un país cada vez más conectado, donde las interacciones sociales, los trámites médicos y hasta el acceso al ocio se gestionan por vía digital, las personas mayores viven un proceso de adaptación que mezcla motivación con presión. Así lo confirma la encuesta Radiografía Digital de Personas Mayores: Senior Tech.

El estudio arrojó que el 66% de los adultos mayores en Chile se ha sentido presionado a digitalizarse.

Se trata de una adaptación que no siempre nace desde la comodidad, sino desde la necesidad. Alejandro Pantoja, director ejecutivo de OpenBeauchef, entidad que impulsó el estudio, explica que “en un entorno cada vez más conectado, donde las relaciones se establecen cotidianamente a través de dispositivos, o que los servicios se orientan principalmente a canales digitales, crea una sensación de ‘o me subo al carro o quedo aislado”.

El miedo a quedar desconectados

La urgencia por mantenerse vigentes en una sociedad digital no solo responde a una tendencia tecnológica, sino a una necesidad afectiva. El 70% de los adultos mayores considera que sin internet perdería el contacto con sus seres queridos. Para muchos, conectarse no es un lujo, es una forma de no desaparecer del radar familiar y social.

Pantoja enfatiza que “esta realidad es natural para las nuevas generaciones, pero no lo es tanto para la generación senior, quienes han tenido que adaptarse. El perder el acceso a internet se asume inevitablemente como un posible distanciamiento y aislamiento social”.

La mayoría quiere aprender

Pese a las dificultades, las ganas de seguir aprendiendo están presentes. Según el estudio, el 82% de las personas mayores está motivado a adquirir más habilidades digitales, lo que representa una oportunidad concreta para reducir la brecha digital si se les entregan las herramientas adecuadas.

El principal impacto creo yo es no quedarse fuera de lo que está ocurriendo en el mundo. Las habilidades digitales les hace sentirse parte”, agregó el experto. Desde conectarse a una videollamada hasta agendar una hora médica o ver una serie, la tecnología permite a las personas mayores ganar autonomía, entretenerse, informarse y relacionarse.

Una infraestructura que acelera el cambio

Chile cuenta con una de las mejores infraestructuras digitales del mundo, con la segunda velocidad de descarga más rápida a nivel global (272.01 mbps en promedio, según Speedtest Global Index). Pero esa misma fortaleza técnica también acelera la dependencia tecnológica para realizar actividades cotidianas.

Para muchos adultos mayores, digitalizarse se ha vuelto una forma de sobrevivir en un entorno diseñado para los nativos digitales. Sin embargo, no todo depende de la motivación individual. Existen barreras estructurales que impiden una verdadera inclusión digital.

“Los principales problemas que tienen las plataformas, aplicaciones o dispositivos, es que no están diseñadas pensando en la usabilidad y accesibilidad amplia que faciliten la adopción por parte de personas mayores”, advierte Pantoja.

Botones pequeños, menús complejos, lenguaje técnico y falta de tutoriales adecuados son algunos de los obstáculos que enfrentan a diario. Diseñar soluciones inclusivas, con interfaces intuitivas y pensadas desde el usuario senior, aparece como un desafío urgente para la transformación digital en Chile.

Más que acceso

Incluir a las personas mayores en el ecosistema digital no es solo una cuestión de acceso, sino de justicia social. “La tecnología está facilitando la socialización, el ocio, el acceso a salud y el conocimiento. No podemos permitir que las personas mayores queden fuera de estos beneficios. Incluirlas no solo es justo, es necesario para una sociedad verdaderamente equitativa y conectada”, concluye Pantoja.

Los resultados de la Radiografía Digital de Personas Mayores abren una oportunidad para que el Estado, las empresas y la sociedad civil actúen de forma coordinada. Cursos gratuitos, acompañamiento personalizado, dispositivos amigables y políticas que promuevan la inclusión tecnológica en espacios laborales y sociales pueden marcar la diferencia.

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