
Día Mundial de las Ballenas: llaman a proteger a nuestros gigantes marinos
Cada tercer domingo de febrero se celebra el Día Mundial de las Ballenas, una fecha para concientizar sobre la importancia de proteger a estos cetáceos y preservar el equilibrio de los ecosistemas marinos.
Hace unos días se viralizó un video que mostraba el impactante momento en que una ballena jorobada engulló y luego liberó a un kayakista en el Estrecho de Magallanes. Este incidente, puso nuevamente la mirada en la relación entre humanos y ballenas, recordando la importancia de proteger a estos majestuosos cetáceos y sus hábitats.
Un evento que ocurrió en un mes importante para estos animales. Cada tercer domingo de febrero se conmemora el Día Mundial de las Ballenas, una fecha clave para reflexionar sobre la alarmante situación que enfrentan estos gigantes marinos. La pesca excesiva está acabando no solo con sus fuentes de alimento, como el kril y los peces pequeños, sino también con sus propias vidas, debido a la captura incidental en redes de arrastre. Proteger a las ballenas es esencial para mantener el equilibrio de los océanos y evitar su desaparición.
El peligro de la sobrepesca
Las ballenas se alimentan principalmente de krill, crustáceos planctónicos, pequeños peces y plancton. La sobreexplotación de los océanos ha reducido drásticamente la cantidad de estos recursos debido a los métodos destructivos como la pesca de arrastre, que incluso han provocado que miles de cetáceos queden atrapados en sus redes. Se estima que más de 300.000 ballenas, delfines y marsopas mueren cada año debido a la captura incidental en la industria pesquera.
Sumado a esto, el aumento del tráfico marítimo, el ruido submarino y la contaminación plástica agravan aún más la situación.
La necesidad de un cambio legal
El Día Mundial de las Ballenas pone sobre la mesa la urgencia de dejar de ver a los animales como simples recursos y reconocerlos como seres sintientes con derechos propios. En este contexto, surge la necesidad de un cambio legal que garantice su protección.
“Las ballenas, como todos los animales, son seres sintientes y es fundamental que las leyes las protejan. Desde Fundación Veg trabajamos en el proyecto de ley ‘No Son Muebles’ para que todos los animales sean reconocidos legalmente como lo que son: seres con capacidad de sentir y no simples objetos”, señaló Magdalena López, directora de Campañas de Fundación Veg.
En el Día Mundial de las Ballenas es fundamental reconocer que su protección no solo salvaguarda la biodiversidad marina, sino que también refleja el respeto por los ecosistemas y los seres que los habitan. La pesca intensiva, la contaminación y la explotación de los océanos. Proteger a las ballenas es proteger la vida en el océano y garantizar un futuro sostenible para todas las especies, incluida la nuestra.

Un rol clave
Es importante celebrar y reconocer el aporte de estos grandes cetáceos, que realizan una serie de contribuciones a la naturaleza y los seres humanos y enfrentan diversas amenazas en Chile y a nivel global.
Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, explica que las ballenas actúan como “fertilizadoras” de los océanos. Esto, debido a que se alimentan de krill, un crustáceo con alto contenido de hierro, el cual al ser reintegrado al mar luego de su digestión favorece la formación de fitoplancton, que es la base de la cadena alimentaria, aportando así a la productividad de las aguas y a las pesquerías.
“Por otro lado, estos animales también nos ayudan a hacer frente al cambio climático, ya que este mismo fitoplancton que se ve favorecido por la reinserción de hierro al océano, es uno de los elementos claves en la captura de carbono desde el mar, a través del proceso de fotosíntesis. En este sentido, dicho fitoplancton es el responsable de capturar hasta un 40% de CO2 desde la atmósfera para transformarlo en oxígeno, todo gracias al proceso de fertilización de los océanos que realizan los grandes cetáceos”, agrega la experta.
Urgencia de proteger rutas migratorias y ecosistemas clave
Sin embargo, estos gigantes oceánicos enfrentan riesgos a causa de diversas actividades humanas, desde la sobreexplotación de recursos marinos, la contaminación por plásticos y el tráfico marítimo, hasta la extracción de hidrocarburos. En Chile, la colisión con embarcaciones es la principal causa de muerte no natural para estos gigantes marinos, según un estudio de la revista Marine Policy.
Para disminuir este riesgo, WWF ha colaborado con actores del transporte marítimo, promoviendo acuerdos voluntarios para reducir la velocidad de navegación en zonas críticas del sur de Chile. Asimismo, la organización impulsa la protección del “Corredor Azul del Pacífico Oriental”, una ruta migratoria esencial para ballenas como la azul, la jorobada, la fin y la sei. Este corredor conecta las aguas de la Península Antártica y el sur de Chile con las costas de América Central, y su conservación es clave para la salud de los océanos y la estabilidad climática global.
“El Corredor Azul es esencial para que estas especies alcancen sus áreas de alimentación y reproducción y así cumplir con etapas críticas dentro de su ciclo de vida y que finalmente les permitan lograr instancias de aumento de su tamaño poblacional. Sin un esfuerzo coordinado entre los países de la región, las amenazas continuarán afectando no solo a las ballenas, sino también a los ecosistemas y comunidades que dependen de ellas”, señala Yacqueline Montecinos.
También reiteró el llamado de WWF al establecimiento de una red de Áreas Marinas Protegidas en la zona, como una medida concreta de protección para las ballenas y otras especies migratorias. Esta acción, además, sería una directa contribución de nuestra región al cumplimiento de la conocida Meta 3 o Meta 30X30 del Marco Global de Biodiversidad, así como también para facilitar la implementación del llamado Tratado de Alta Mar o BBNJ, por sus siglas en inglés.