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Comer pasto, ¿una señal de alerta en los perros o algo natural? Mascotas Crédito: El Mostrador

Comer pasto, ¿una señal de alerta en los perros o algo natural?

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Lejos de ser raro, este hábito está presente en la mayoría de los perros. Aunque suele ser inofensivo, en algunos casos puede alertar sobre problemas estomacales o parásitos.


Durante un paseo con tu mascota, hay una escena que suele repetirse. El perro se detiene, olfatea y comienza a masticar pasto. Aunque muchos dueños se preocupan, este comportamiento es más habitual de lo que se piensa y no siempre está ligado a una enfermedad.

Durante años, la teoría más extendida fue que los perros comen pasto para provocarse el vómito y aliviar un malestar estomacal. Sin embargo, distintos estudios han ido derribando esta hipótesis. Según la organización británica Kennel Club, menos del 10% de los perros muestra síntomas de enfermedad antes de ingerir pasto y solo una cuarta parte vomita después. Es decir, no es un patrón general ni constante.

Un instinto que viene de lejos

Los veterinarios y etólogos sostienen que el acto de comer hierba puede tener un origen ancestral. Según la organización benéfica Dogs Trust, este comportamiento se ha observado históricamente en perros salvajes, lo que sugiere un componente instintivo. Además, como los perros son animales omnívoros, es probable que comer pasto les ayude a complementar su dieta con fibra vegetal.

Una hipótesis más reciente apunta a una causa bastante más simple: los perros pueden comer pasto porque les gusta. Así lo concluyó un estudio de la Universidad de Adelaida, en Australia, donde investigadores observaron el comportamiento de 12 perros durante más de 700 momentos en que consumieron hierba.

El hallazgo demostró que cuando los perros no comían su alimento habitual, buscaban pasto, lo que sugiere que podrían tener hambre o, incluso, que se sienten aburridos. La textura y el sabor del pasto, especialmente durante la primavera, también podría resultarles atractivos.

Pesticidas y parásitos

Aunque el pasto no es tóxico en sí mismo, su consumo sí puede implicar riesgos indirectos. Desde Dogs Trust advierten que el césped tratado con fertilizantes o pesticidas puede afectar la salud del perro. Además, hay posibilidad de que contraigan parásitos al ingerir hierba contaminada por babosas o caracoles infectados con gusano pulmonar.

En casos más serios, los perros pueden consumir pasto de manera compulsiva si tienen parásitos intestinales.

¿Cuándo preocuparse?

Que un perro coma pasto ocasionalmente no es, en general, motivo de alarma. Sin embargo, si el comportamiento es frecuente, si el animal vomita cada vez que lo hace o si muestra otros síntomas como diarrea, letargo o pérdida del apetito, es fundamental acudir al veterinario.

La presencia de signos como la “postura de oración”, esto es,  las patas delanteras extendidas y las traseras levantadas, también puede indicar dolor abdominal agudo. En estos casos, se recomienda una evaluación médica para descartar cuadros como gastroenteritis u otros problemas digestivos.

Algunas claves para los dueños

Aunque comer pasto no suele ser peligroso, los especialistas recomiendan no incentivar esta conducta. Para mantener la salud digestiva del perro:

  • Asegúrate de que su alimentación tenga el contenido de fibra adecuado.

  • Realiza desparasitaciones periódicas, especialmente si hay niños pequeños en casa.

  • Evita que accedan a jardines o plazas que puedan estar tratados con químicos.

  • Consulta con un veterinario ante cualquier cambio persistente en su comportamiento o digestión.

Comer pasto es un comportamiento frecuente y multifactorial en los perros, puede deberse a un instinto heredado, a la necesidad de fibra, al aburrimiento o, en casos más complejos, a parásitos intestinales. Aunque no suele representar un riesgo inmediato, es importante observar al animal y estar atentos a señales que requieran atención profesional.

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