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El amigo de Eiffel que voló el primer avión en Chile

El amigo de Eiffel que voló el primer avión en Chile

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La proeza se celebró ste viernes 17 en el Parque Ramón Cruz de Ñuñoa, en el mraco del aniversario de la Dirección General de Aeronáutivca Civil (DGAC) Se trata del mismo lugar donde César Copetta se elevó a las cuatro de la tarde del 21 de agosto de 1910, haciendo varias piruetas que duraron apenas unos cuantos minutos en los cielos capitalinos.


No siempre los grandes protagonistas de la historia coinciden ó se conocen en el tiempo. Sin embargo el nacimiento de la aviación en Chile fue el resultado de una situación que se empezó a tejer en Paris entre el mismísimo constructor de la torre Eiffel, Gustave Eiffel y los hermanos César y Félix Copetta.

Eiffel y los Copetta compartían un interés común por el arte de la construcción en hierro y metal y fue el primero quien ejerció una influencia decisiva en que los dos hermanos italianos viajaran a Sudamérica y a Chile para participar en proyectos y obras públicas.

Esa fue la verdadera motivación que impulsó a los hermanos Copetta a afincarse en el territorio nacional e iniciar una serie de proyectos que no estaban relacionados con el arte de volar, pero que poco a poco los llevó a él.

César y Félix, estudiando qué hacer en Chile, se convirtieron en los primeros en fabricar bicicletas y exportarlas, motivando e inaugurando con ello las competencias de este deporte en el país.

Inquietos por naturaleza, los Copetta también incursionaron en mecánica en de los primeros automóviles llegados al territorio nacional, ganando la primera carrera de autos organizada en el Club Hípico de Santiago, el año 1904, a la friolera velocidad de 35 kilómetros por hora.

Poco a poco una cadena de hechos en diferentes partes del mundo, protagonizados por personas que no se conocían entre si y que tampoco estaban ligadas directamente al emergente mundo de la aviación comenzaban a reunirse.

Mientras tanto, en Francia, dos chilenos, David Echeverría Valdés y Miguel Covarrubias Valdés, que pasaban unas vacaciones en ese país, tuvieron la oportunidad de observar el sorprendente vuelo de aeroplanos en una serie de presentaciones festivales que se realizaban en esa época.

Idearon comprar uno, traerlo a Chile y presentarlo para la ceremonia del centenario de la independencia.

Así lo hicieron. El biplano Voisin, de 50 HP, fue llevado hasta el Parque Cousiño en donde fue estacionado, bajo una carpa proporcionada por el Ejército, para que todo el mundo lo observara.

Programación histórica

Sin saber que la historia tenía planeado convertirlos en pioneros de la aviación, atraídos por la novedad, los hermanos Copetta visitaron el biplano y hasta conversaron con los jóvenes dueños de la aeronave.

Con ello la cadena de hechos históricos nacidos en diferentes lugares y con distintos actores estaba a las puertas de completarse.

Muy seguro de si mismo, César planteó a David Echeverría y Miguel Covarrubias que él podría viajar a Francia a hacer el curso de piloto y volarlo en Chile.

Tras permanecer unos pocos meses regresó al país para un 21 de agosto de 1910, desde un campo de la Chacra Valparaíso, lugar que hoy ocupan las calles Irarrázaval y Ramón Cruz, en la comuna de Ñuñoa, despegara raudo, inaugurando con ello la era de la aviación en Chile.

 Aniversario de la DGAC

A propósito de este hito, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) celebró este 17 de agosto, en la Plaza-Parque Ramón Cruz, en la comuna de Ñuñoa, 102 años del primer vuelo de un avión en Chile, hecho que marcó el desarrollo  y evolución de la aeronáutica en el país.

La actividad fue encabezada por el alcalde Pedro Sabat y el director de la Dirección General de Aeronáutica Civil, General  de Aviación, Jaime Alarcón Pérez, entre otras autoridades, y se enmarca dentro de la agenda de conmemoración del 82ª aniversario de la DGAC.

El lugar escogido correspondió a la ubicación geográfica en que hace 102 años César Copetta se elevó a las cuatro de la tarde del 21 de agosto de 1910,  haciendo varias piruetas que duraron apenas unos cuantos  minutos en los cielos capitalinos.

El biplano había sido trasladado desarmado a bordo de un gran carro de madera de cuatro ruedas, tirado por dos caballos, desde el centro de la capital por uno de los polvorientos caminos que llevaban desde el centro de Santiago hasta el campo de Don Ramón Cruz.

El año 1997, el Director de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la época, General Gonzalo Miranda, instauró el 21 de agosto oficialmente el Día de la Dirección General de Aeronáutica Civil como una forma de destacar ese primer vuelo y al personal que trabaja las 24 horas y los 365 días del año permitiendo una navegación aérea segura, eficiente y sustentable.

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