Educación
Es la casa de estudios privada más grande de América Latina que nació al amparo del grupo mexicano Femsa. El vicepresidente de los campus del TEC, Alfonso Pompa Padilla, explicó cómo se gestó el proceso que considera una verdadera revolución.
La norteña ciudad de Monterrey, ubicada 932 kilómetros al norte de Ciudad de México, alberga las instalaciones del campus principal del Instituto Tecnológico de Monterrey (TEC), una universidad privada sin fines de lucro que está embarcada en cambiar los paradigmas de la educación superior tal como ha venido desarrollándose durante décadas.
Y no se trata sólo de una consigna. Basta recorrer sus amplias instalaciones para constatar que allí la innovación, el uso de nuevas tecnologías y el cambio de foco sobre cómo debe ser la relación entre los académicos y los estudiantes, inundan todos los espacios.
“La mayoría de las universidades están de alguna manera estructuradas para mantener el statu quo de cómo debe ser una universidad y un profesor. Nosotros estamos rompiendo ese paradigma, sí cuidando la esencia de espíritu universitario, que tiene que ser científico, que tiene que haber un rigor, que tiene que haber una disciplina clara, pero a la vez poniendo en duda todo lo demás”, dijo el vicepresidente de los Campus del TEC de Monterrey, Alfonso Pompa Padilla.
El académico abordó el tema durante un encuentro con distintos medios chilenos, entre ellos El Mostrador, que fueron invitados a México para conocer en terreno las distintas áreas de acción del grupo económico Femsa, que fue precisamente el que fundó la universidad el año 1943, y que tiene una relación cada vez mayor con Chile tras la compra primero del 60% de las Farmacias Cruz Verde y recientemente el 100 por ciento de la cadena de minimarkets Big John.
Sobre dicha relación, Pompa Padilla explicó que “probablemente el proyecto más grande que alguna vez se originó en Femsa, adicional a las empresas que son tan exitosas, ha sido el Tecnológico de Monterrey. Femsa sigue siendo nuestro principal donante a lo largo de todos los años, con aportes para investigación muy importantes. Tenemos una relación muy cercana y de hecho el presidente del Consejo de Femsa, José Antonio Fernández, es también el presidente del Consejo del TEC”.
Puso énfasis en que se trata de una universidad sin fines de lucro porque “todo lo que se genera aquí de remanentes de operación, se reinvierte en instalaciones, tecnologías, capacitación de profesores o becas para alumnos. Este es un tema muy delicado para nuestro país, porque el que clama que es sin fines de lucro tiene que probarlo”.
Alfonso Pompa explicó que tras la consolidación y el éxito alcanzado, hace unos cinco años la universidad se replanteó su futuro y tomó el camino de adaptar su modelo a los nuevos tiempos.
[cita tipo=»destaque»]Probablemente vamos a seguir teniendo una formación tan fuerte en los primeros años de nuestra vida, pero cada cierto tiempo vamos a tener que estar regresando a refrescarnos y aprender diferentes cosas, de lo contrario a los 40 años seremos personas de otro planeta”.[/cita]
“Hay mucha gente que prefiere estudiar en línea, que cuando menos tiene acceso a gran cantidad de información. Los jóvenes en la actualidad quieren estudiar de una manera diferente a cómo estudiamos algunos de nosotros y tienen que desarrollar competencias diferentes para el siglo que les tocó vivir”, dijo.
El TEC, de hecho, tiene convenios con distintas universidades de otros países, entre ellos Chile, para dictar diplomados y otras capacitaciones.
En vista de lo anterior, se abocaron a sacar adelante 16 estrategias, algunas de ellas más relevantes para el próximo trienio: la primera, detallo, es “la selectividad y el otorgamiento de becas. El objetivo es dar apoyo económico a jóvenes brillantes que no tienen los recursos para estudiar en el TEC de Monterrey. El talento está distribuido por todos lados y las economías exitosas son las que encauzan ese talento correctamente”.
En segundo lugar se propusieron contar con “profesores inspiradores para este mundo. Un profesor inspirador en la actualidad tiene que tener muchas más dinámicas para que el alumno se mantenga realmente motivado y participando activamente en el desarrollo de sus competencias y de sus conocimientos. Un profesor en la actualidad no puede hablar mucho, tiene que desarrollar técnicas donde el alumno es el que participa activamente, ya sea en trabajo en equipo, consultando información en internet o resolviendo problemas del mundo real, ya sea sociales o haciendo innovaciones”.
Las dependencias del Innovaction Gym del TEC de Monterrey.
Esto se refleja también en las aulas, en las que dejaron hace tiempo de lado el modelo de estudiantes sentados en línea frente al docente.
Y el resultado de toda esa sinergia se ve reflejado en eventos como la “Semana i”, una iniciativa que pusieron en marcha hace solo un par de años.
“Decidimos hacer una semana cada año donde no hay clases en ningún campus del Tecnológico de Monterrey profesional y todos los profesores trabajan con todos los alumnos para resolver problemas del mundo real. No es fácil para un profesor salir de su ambiente conocido, estar dando una clase y partir con sus alumnos a atender un problema social o el de una empresa. En esa semana está permitido fallar y equivocarse, porque es más importante el proceso de innovación que el resultado per se”.
“No es aprender la teoría, es aprender la aplicación de la teoría y esa es la revolución que traemos”, sostuvo.
«El triunfo de la Cultura», se llama el mural que realizó en 1954 ek escultor, pintor y muralista mexicano Jorge González. De su autoría es también el mural «Presencia Americana» (1965) que se encuentra en la Universidad de Concepción.
Para el directivo del TEC de Monterrey “el área que más va a crecer en la industria de la educación es la educación continua. Y muy probablemente va a implicar que las personas no tengamos el paradigma del pasado que es estudiar muy duro, de los seis años a los 24 y no volver a estudiar nunca en la vida”.
“En estos tiempos no parece que eso vaya a ser exitoso. Probablemente vamos a seguir teniendo una formación tan fuerte en los primeros años de nuestra vida, pero cada cierto tiempo vamos a tener que estar regresando a refrescarnos y aprender diferentes cosas, de lo contrario a los 40 años seremos personas de otro planeta”, concluyó.
