Quienes crecieron en los años 70, 80 y 90 probablemente hayan escuchado, o vivido en carne propia, la gloriosa etapa del comienzo de los videojuegos. Cómo olvidar a Atari y el Pong, que simulaba algo tan simple como un juego de tenis de mesa pero con dos barras blancas que golpeaban una pelota cuadrada. O Super Nintendo, unos años después, junto a Mario y Luigi en busca de la Princesa. Tantos recuerdos de la infancia pero… ¿y si esos juegos, esos que te tenían horas frente al televisor, hubiesen sido creados y desarrollados en Chile? Aún con timidez, pero a pasos agigantados, la industria del videojuego «made in Chile», jóvenes creativos que crecieron con controles en sus manos, salen a conquistar el mundo.
Presionar «start» era la bienvenida a toda una aventura virtual. Super Mario, Sonic, Pacman y el inolvidable Duck Hunt, dónde el objetivo era cazar patos con ayuda de un perro que se reía si no dabas en el blanco, son algunos de los títulos que, provenientes del extranjero (en su mayoría Estados Unidos y Japón), marcaron la niñez de toda una generación que hoy que se toma el juego en serio y decidió dar un paso más allá preguntándose por qué no hacer cosas como estas en el país.
La industria del videojuego existe y ha crecido sustancialmente con el paso de los años. Tan solo el año pasado facturó cerca de US$ 95 mil millones en el mundo. En Chile los números no son menores y en el mismo año logró un total de US$15 millones de acuerdo a la asociación Video Games Chile (VG Chile).
Pero los números son una cosa y otra muy distinta es la creatividad. Y es que los desarrolladores nacionales, muchas veces autodidactas, se han esforzado por imponer un sello y crear juegos únicos y originales.
A pesar de que el mercado criollo aún está en pañales, siendo alrededor de 7 millones quienes se declaran jugadores de consolas, PC o móviles, la industria del videojuego en Chile ha aumentado un 43% en los últimos tres años.
Invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la creación de juegos con un sello nacional es factible y el país se hace cada vez más presente en el mundo gamer internacional, compitiendo incluso con las grandes marcas.
Estos son algunos de los casos de éxito, de entre muchos otros que les pisan los talones, de juegos hechos en Chile.
Quizá el juego más destacado de los chilenos. A pesar de estar asociado a la empresa canadiense Behaviour, el juego fue creado íntegramente por su sede en Chile. Fue tal su éxito que ganó diferentes premios y desplazó, durante semanas, al popular Candy Crush.
El juego, desarrollado para móviles y amparado por su hermano grande, “Fallout 4”, tiene como objetivo mantener una colonia de sobrevivientes de un desastre nuclear.
El juego, creado por IguanaBee y exclusivo para PS Vita, es una mezcla entre puzzles, plataformas y acción que muestra la aventura de un monstruo para llegar donde su amiga llamada Nia.
Probablemente uno de los juegos desarrollados en Chile más antiguos. Creado hace siete años por ACE Team, inventores de otros juegos conocidos como “Rock of Ages”, el título es una mezcla de acción y aventura en primera persona con un toque de juegos de lucha.
“Zeno Clash” fue galardonado recibiendo el premio al mejor juego indie de la revista PC Gamer el año 2009, entre otros reconocimientos. Tal fue el éxito que el año 2013, lanzaron su secuela llamada “Zeno Clash 2”.