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Vejez: la gran ausente de las primarias Opinión

Vejez: la gran ausente de las primarias

Camila Quinteros
Por : Camila Quinteros Socia Fundadora 60 y Más Consultores
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Para votar informada en las primarias del 2 de julio, revisé los programas de gobierno que los candidatos han publicado en sus respectivos sitios web y he descubierto varias cosas interesantes respecto a las temáticas de vejez y envejecimiento que son las que más me interesan en este momento. Vamos viendo.


Beatriz Sánchez se refiere a la vejez en tres oportunidades: primero en su mensaje introductorio como un espacio” para ser libres y queridos”; luego en el capítulo de Derechos Sociales y Vida Segura la define como una situación que, “al tener que ser enfrentada de manera individual, hace que las familias vivan en una condición de vulnerabilidad y miedo permanente” y, finalmente, en las propuestas donde busca asegurar una vejez “sin pobreza, con mayor igualdad y menor vulnerabilidad” a través de un cambio en el sistema de pensiones.

Alberto Mayol, habla de la vejez en el capítulo dedicado a las pensiones, incluso el respeto a esta etapa de la vida estaría relacionado con ellas. Más allá de proponer reformar el sistema, no hay propuestas relativas al bienestar de las personas mayores.

Por su parte, Felipe Kast se refiere a los adultos mayores como grupo vulnerable en riesgo de pobreza y se refiere al envejecimiento en su capítulo de Legislación Laboral para el Siglo XXI, donde lo menciona como un desafío que debe afrontarse, al igual que el cambio tecnológico, con un mejor sistema de capacitación y formación permanente. Y, como los demás candidatos, también plantea una serie de medidas para enfrentar el desafío de las pensiones.

Pareciera que están lejos de ver al envejecimiento como lo que es: un proceso permanente, transversal y que cruza todas las áreas de la vida, pues para llegar a viejos en buenas condiciones necesitamos hábitos de vida saludable, educación, buenos sistemas de transporte, áreas verdes, seguridad social, salud, vivienda, etc.

Las propuestas del ex Presidente Sebastián Piñera consideran tanto el sistema de pensiones como a los adultos mayores. En sus propuestas considera mejorar el monto de las pensiones, perfeccionar el sistema previsional, crear un nuevo Auge para los mayores de 60 años, promover el empleo para este grupo etario y, curiosamente, aprobar la Política de Envejecimiento Positivo. Digo curiosamente porque durante su gobierno ya se aprobó una Política de Envejecimiento Positivo para el periodo 2012 – 2025, que buscaba responder en forma orgánica y sustentable a los desafíos del envejecimiento demográfico en todos sus aspectos. ¿Será que se trata de un nuevo proyecto o la idea es desempolvar lo ya realizado?

Finalmente, Manuel José Ossandon, en el capítulo dedicado a la Familia y Sociedad, menciona la necesidad “urgente” de contar con una “política de envejecimiento inclusivo que no vea a los adultos mayores como una carga sino como un aporte, discusión que está íntimamente ligada con el debate de cómo asegurar pensiones que permitan un buen vivir en esta etapa de la vida”. Esta política de envejecimiento inclusivo tiene una mirada integral que abarca no solo a las actuales personas mayores, sino que también a las nuevas generaciones de viejos y considera aspectos tan olvidados por otros candidatos como el cuidado y el autocuidado del adulto mayor, la participación social, los derechos de las personas de 60 años y más, el incentivo a la permanencia en el trabajo y una serie de medidas que apuntan a incentivar el ahorro de los trabajadores dependientes e independientes a lo largo de toda la trayectoria laboral, sumado a los cambios que piensa hacer en el sistema de pensiones.

Si bien no podemos desconocer que las pensiones son importantes para las personas que se acercan a la edad de jubilación y que ya están jubiladas, no podemos reducir el desafío del envejecimiento del país y el propio envejecimiento a una cuestión netamente monetaria.

La semana pasada se dio a conocer la Encuesta Casen 2015 Adulto Mayor que nos dice que en Chile el 17,5% de la población tiene 60 años y más, es decir, más de 3 millones de chilenos hoy son viejos y de ellos, poco más del 50% tiene entre 60 y 69 años; el resto de 70 y más años. La medición también arroja que en el 60% de los hogares del país solo viven personas mayores y en el 34% de los hogares, el jefe o jefa de hogar es un mayor de 60 años. Respecto de la pobreza, el 6,6% de las personas mayores está en situación de pobreza por ingresos y la cifra se dispara al 21,6% cuando se pone el acento en la pobreza multidimensional. Este indicador mide áreas tan diversas como educación, salud, vivienda, empleo, discriminación, empoderamiento, seguridad personal, entorno, redes sociales, entre otros, entonces, si una parte importante de la población adulta mayor del país está en situación de pobreza multidimensional, ¿no sería adecuado implementar medidas que buscaran que las personas mayores superen dicha condición?

Dado los desafíos que, como país, como sociedad, como familias y como personas, deberemos enfrentar para hacernos cargos del envejecimiento demográfico y personal, los candidatos que aspiran a dirigir este país debieran tener una mirada más amplia respecto de fenómenos sociales que afectan los diversos ámbitos de la vida cotidiana y económica de Chile. La vejez y el envejecimiento no se enfrentan solo con un nuevo sistema de pensiones. La calidad de vida en la vejez no depende solo de si existen o no las AFP o de si aumenta el tope de cotización o la edad de jubilación y, en ese contexto, nuestros candidatos deben responder a las exigencias de estos desafíos con una mirada integral y de largo plazo. No solo responder a las demandas de la calle, que reducen el fenómeno a su mínima expresión.

Sí, el dinero es importante, pero la vejez es mucho más que dinero y, por cierto, es mucho más que pensiones.

 

 

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