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El lado frágil del sexo fuerte Mes Internacional de la Salud Masculina

El lado frágil del sexo fuerte

Un 20% de los casos de cáncer a la próstata diagnosticados en Chile llega a la consulta en un estado avanzado o metastásico; cifra mucho más alta que en los otros países de la OCDE, donde bordea el 5%. Un paciente diagnosticado hace 20 años busca empoderar a otros hombres para crear una Agrupación de Pacientes con Cáncer de Próstata.La idea es ayudar a la prevención, darse apoyo mutuo y visibilizar la salud masculina cuando se discutan políticas públicas de salud. De esta forma, esperan que iniciativas como la Ley Ricarte Soto o el GES incluyan los últimos tratamientos desarrollados para combatir esta y otras enfermedades, tanto físicas como psicológicas.


Noviembre fue proclamado internacionalmente como el Mes de la Salud Masculina. La idea nació en Australia y se llamó «Movember», porque une las palabras inglesas ‘moustache’ y ‘november’.  Como una forma de llamar la atención, grupos de amigos y familias se dejan crecer el bigote para visibilizar enfermedades físicas y mentales que afectan al género, como cáncer de testículo, suicidio y cáncer de próstata.

La necesidad surgió de lo que podría llamarse el lado más frágil del llamado sexo fuerte: tomarse la salud en serio y someterse a los chequeos correspondientes para cada edad. Suena fácil, pero es un hábito difícil para la mayoría de los hombres. La naturaleza masculina se enfoca más en sumar logros que en medir riesgos; en la acción que en la prevención. Se podría decir que hasta cierta edad se sienten inmortales e invulnerables. Y si a esto se suma la incomodidad de ser observado o ‘tocado’ por un profesional de la salud, para muchos la situación se transforma en un trámite que es mejor evitar.

El resultado es que exámenes como el que previene el cáncer de próstata -o una oportuna visita al psiquiatra en caso de depresión- se postergan al infinito. El mito de no ser «lo suficientemente hombre» si se acude a pedir ayuda, está profundamente  arraigado en nuestra cultura, donde tabúes y machismo se mezclan en un cóctel que, literalmente, puede llegar a ser fatal.

En este escenario, el cáncer de próstata resulta paradigmático, ya que la prevención puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Un diagnóstico temprano va regularmente acompañado de un buen pronóstico de la enfermedad y es incluso curable, no así un descubrimiento tardío.

Se trata de una realidad a la que se debe estar alerta, ya que en Chile, el cáncer de próstata mata a 2.000 personas al año. Es el tumor maligno de más alta incidencia masculina en el país (siete mil nuevos casos al año) y se estima que al menos uno de cada seis o diez hombres lo padecerá en el transcurso de su vida. Además, un 20% de los casos diagnosticados en chilenos llega a la consulta con un cáncer avanzado o metastásico, una cifra mucho más alta que en los otros países del OCDE, donde bordea el 5%.

Debido al crecimiento de la incidencia y letalidad de este tipo de enfermedad oncológica -se proyecta para el 2020  cerca de tres mil muertes al año- es que Chile necesita desarrollar políticas públicas que incluyan tanto programas preventivos, como el acceso a las nuevas drogas que garantizan más años y mejor calidad de vida a quienes ya no les resultan eficaces los tratamientos convencionales. «El hombre es discriminado si hablamos de políticas públicas de salud. Existe un programa enfocado en el niño, otro en la mujer y también en el adulto mayor, pero no existe uno que atienda a la salud masculina», explica Diego Reyes, urólogo-oncólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y del Instituto Nacional del Cáncer.

El método estándar para este tipo de enfermedad oncológica pasa primero por la privación de andrógenos o ‘castración farmacológica’ que suprime la testosterona, hormona que favorece el crecimiento de células cancerígenas. Según el doctor Reyes, el problema es que al cabo de uno o dos años, lo común es que el cáncer se vuelva a activar, ya que se generaría una especie de resistencia al tratamiento. Existen diferentes teorías que explican esta ‘recaída’, sin embargo, se han desarrollado nuevos fármacos orales que aumentan la sobrevida de estos pacientes en tres años o más. «La gran diferencia es que son medicamentos orales y con pocos efectos adversos lo que, junto con añadir más años, mejora la calidad de vida de los pacientes», explica el especialista.

Jorge Lazcano (70) lleva veinte años con cáncer metastásico y hoy está empeñado en crear una Agrupación de Pacientes con Cáncer de Próstata. Inspirado en el legado de Ricarte Soto, su objetivo es que los hombres pongan la salud masculina en la agenda de la misma forma en que las mujeres lo han hecho con el cáncer de mama y cérvico-uterino. Sólo a través de la unión -dice Lazcano- las nuevas drogas oncológicos para enfermedades metastásicas sería incluidas como patologías GES o dentro de la Ley Ricarte Soto. Costear una terapia de última generación en caso de metástasis bordea los dos millones y medio de pesos mensuales. «Las mujeres han sabido sumar fuerzas para enfrentar las enfermedades que las afectan, como es el caso del cáncer de mama. Han sido inteligentes, unidas y muy inspiradoras. Nosotros, en cambio, estamos llenos de tabúes, de un mal entendido sentido de lo que es la hombría. Yo estoy dispuesto, en la medida de mis posibilidades, a cambiar esta realidad», dice Lazcano.

Cómo prevenir

El cáncer de próstata se presenta preferentemente en hombres mayores de 50 años.

  • Para su prevención precoz es vital ser activo y acudir a chequearse, ya que en las primeras etapas es asintomático.
  • Se debe realizar un examen de sangre que mide el antígeno prostático específico que, cuando está elevado, permite sospechar la presencia de un tumor. Este debe ser combinado con el tacto rectal para un resultado más preciso. Ambos  deben efectuar de regularmente y una vez al año a partir de los 50 en la población general, y a partir de los 40 en quienes tienen antecedentes familiares.
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