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Cuidado con las dietas sin supervisión Opinión

Cuidado con las dietas sin supervisión

Cinthia Quezada
Por : Cinthia Quezada Nutricionista y académica de la Escuela de Nutrición y Dietética Universidad San Sebastián
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Realizar modificaciones en la alimentación sin la supervisión de un profesional nutricionista puede traer consigo una serie de problemas, por ejemplo, alteraciones metabólicas como hipoglicemia, ganancia de peso post-dieta, hipovitaminosis, mareos, desmayos o deshidratación, entre otros.

Habitualmente, al seguir algún tipo de dieta “de moda” o “dieta mágica”, se altera la ingesta de alimentos y, por lo general, se disminuye drásticamente la cantidad de alimentos o los tiempos de comida. Como no hay una supervisión de esta alimentación, quienes las siguen tienen periodos de apetito excesivo asociados a la baja ingesta calórica.

Finalmente, luego de 7 a 10 días de seguimiento de estas dietas, el paciente puede o no lograr la baja de peso esperada, pero al no haber combinado actividad física y haber pasado hambre durante tantos días, vuelven a la alimentación de antes, que en general es poco saludable, excesiva en calorías, alta en nutrientes críticos como azúcar, grasas saturadas y sodio. Como consecuencia, recuperan en poco tiempo el peso perdido.

Ahora bien, existen fármacos supresores del apetito, que pueden tener un efecto rebote en el peso del paciente al momento de dejar de consumirlos, dado que su uso no está asociado a un cambio de estilo de vida. Por lo tanto, el usuario deposita toda la responsabilidad de disminuir la ingesta de alimentos a un fármaco y cuando termina su uso, se retoma la alimentación previa en calidad y cantidad.

A la luz de estos antecedentes, la recomendación que entregamos como nutricionistas es realizar cambios de hábitos que se mantengan en el tiempo, como fomentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescados, lácteos, frutos secos y semillas; aumentar el consumo de agua; disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados y realizar actividad física en forma diaria.

Al integrar estos elementos, es muy probable que las personas a lleguen a su peso ideal. De esta forma, evitamos pasar hambre, consumir fármacos que alteren su metabolismo y el famoso efecto rebote provocado luego de seguir dietas extremadamente restrictivas.

¿Cómo reconocer un desorden alimentario/alimenticio en un menor? Los síntomas de los trastornos alimentarios varían, dependiendo del trastorno.

Los síntomas de los “atracones de comida” incluyen:

– Comer cantidades muy grandes de alimentos en un período de 1 a 2 horas.

– Comer cuando la persona está satisfecha y no necesariamente tiene apetito.

– Comer muy rápido muchos alimentos durante los episodios de atracones.

– Comer solo o en secreto para evitar la vergüenza.

– Sentirse angustiado, avergonzado o culpable por su alimentación.

– Hacer dieta con frecuencia, posiblemente sin pérdida de peso,

En tanto, los síntomas de la “bulimia nerviosa” incluyen los mismos síntomas que los atracones, además de tratar de deshacerse de la comida o el peso después de atracones:

– Purga al vomitar o usar laxantes para acelerar el tránsito de los alimentos.

– Hacer ejercicio intenso y excesivo durante muchas horas al día.

– Ayunos prolongados

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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