
Cómo prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono con estufas y calefacción en invierno
Ante el sistema frontal y ola de frío que afecta al país, expertos advierten sobre los riesgos de intoxicación por monóxido de carbono en el hogar. El uso de estufas, calefones y braseros en espacios cerrados sin ventilación adecuada puede provocar desde cefaleas hasta paros respiratorios.
Cuando llega el invierno y las lluvias, las enfermedades respiratorias suelen ser la principal preocupación. Sin embargo, hay otro peligro silencioso que aumenta en esta temporada: las intoxicaciones por monóxido de carbono. Especialistas alertan sobre los riesgos que implica el uso de sistemas de calefacción sin ventilación adecuada, un problema que cada año provoca emergencias y hospitalizaciones en todo el país.
Con seis días seguidos de lluvias anunciados para la zona centro-sur del país, incluyendo Santiago, y una ola de frío que se extenderá durante gran parte de la semana, muchas familias ya comenzaron a preparar sus hogares para enfrentar las bajas temperaturas. Sin embargo, especialistas advierten que el uso de sistemas de calefacción contaminantes en espacios cerrados puede convertirse en un serio peligro para la salud.
Según el toxicólogo Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, todos los años se registran múltiples casos de intoxicación por monóxido de carbono durante el invierno. La causa más común es el mal uso de estufas, braseros, calefones y cocinas a gas que no cuentan con una correcta ventilación.
Puede ser letal
“El monóxido de carbono es uno de los agentes más tóxicos y peligrosos a los que estamos expuestos en el hogar durante esta temporada”, señala Torres. Este gas es incoloro, inodoro e insípido, y se genera por la combustión incompleta de materiales como madera, papel, parafina, aceites o carbón. “Lo más complejo es que no se detecta fácilmente y tiene una afinidad 200 veces mayor por la hemoglobina que el oxígeno, por lo que interfiere gravemente en la oxigenación del cuerpo”, explica.
Una persona expuesta puede sufrir cefalea, náuseas, fatiga, irritabilidad, vómitos, taquicardia e incluso alteraciones en la conciencia. En casos severos, puede provocar convulsiones, coma o paro respiratorio. Los lactantes y recién nacidos son especialmente vulnerables, y pueden presentar apnea e hipotermia.
Recomendaciones
Torres enfatiza que una intoxicación con monóxido de carbono puede afectar a todos los miembros de una familia en pocos minutos si no hay ventilación. Por eso, ante el frente de mal tiempo, el especialista recomienda:
- Utilizar sólo estufas y calefactores certificados.
- Evitar braseros y estufas a parafina en espacios sin ventilación.
- No usar calefones en baños cerrados y revisar periódicamente su estado.
- Asegurar ventilación cruzada en el hogar, incluso cuando hace frío.
- No obstruir ductos de evacuación de gases.
Si una persona presenta síntomas compatibles con intoxicación, el toxicólogo indica que se debe retirarla de inmediato del lugar contaminado, ventilar el ambiente, abrigarla e hidratarla, y llevarla a un centro asistencial si no mejora o si hay pérdida de conciencia.
Prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono: un acto clave para proteger a tu familia en invierno
Atender estas recomendaciones puede hacer una gran diferencia, especialmente en invierno, cuando el frío intenso y los sistemas frontales nos obligan a mantenernos en espacios cerrados y utilizar constantemente sistemas de calefacción. Prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono no solo es una cuestión de salud, sino también de responsabilidad con quienes comparten nuestro hogar. Asegurar una ventilación adecuada, revisar los artefactos y optar por equipos certificados son acciones simples que pueden evitar emergencias graves, hospitalizaciones e incluso muertes. Mantener el hogar seguro frente a este “enemigo invisible” sí está en nuestras manos y puede salvar vidas.