La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones ratificó un fallo trascendental para las demandas por despido injustificado, luego de condenar al Colegio Dunalastair a pagar una indeminización por daño moral de $3 millones a la profesora Mónica Mac-Vicar Munita.
La importancia del fallo radica en que se aceptó la tramitación de la acción a través de la justicia civil y no de la justicia laboral, en donde se llevan la mayoría de estos casos.
La profesora de biología, quien ejerció en el establecimiento desde junio de 1999, fue despedida, el 7 de agosto de 2003, por una supuesta falta de control de los alumnos en una clase realizada el día anterior.
El fallo de la Corte de Apelaciones desestima el recurso de apelación presentado por el colegio, que argumentó que no existía competencia del tribunal civil para determinar indemnizaciones en el marco de una relación laboral.
La sentencia de primera instancia del 2° Juzgado Civil de Santiago había resuelto la procedencia del pago en un ámbito diferente a la justicia especializada.
«Que sin perjuicio de lo considerado precedentemente, es aceptable que, en casos especiales si se prueban perjuicios extraordinarios, como lo sería el daño moral experimentado por el trabajador abusivamente despedido, pueda reconocerse a favor de éste último una indemnización adicional, no prevista especialmente por la Ley Laboral», dice el fallo de la jueza Inelie Durán, ratificado por el tribunal de alzada capitalino.
En la justicia laboral, el 3er Juzgado del Trabajo de Santiago había determinado, hace seis años, que el despido de la profesora era injustificado y establecido que el Colegio Dunalastair debía pagar las prestaciones y recargos propios de este ámbito.
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