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Dinamarqueses más ricos enfrentan recortes de beneficios en tanto se abandonan políticas de bienestar universal

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Iván Weissman Senno
Por : Iván Weissman Senno Editor El Mostrador Semanal
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Los ciudadanos dinamarqueses más ricos se ven excluidos de algunos beneficios sociales conforme el país más débil de Escandinavia revisa los servicios que paga el estado, algo que antes se consideraba un derecho universal.

“Observaremos una gradual optimización del estado de bienestar a los efectos de que funcione en un marco de globalización y competencia mundial”, dijo ayer el ministro de Hacienda de Dinamarca, Bjarne Corydon, en una entrevista en Copenhague. “Cambiamos constantemente nuestras prioridades y financiamientos para optimizar el modelo”.

Dinamarca es el país escandinavo que ha tenido el peor desempeño durante la crisis financiera global luego de un auge inmobiliario que alcanzó su punto culminante en 2007 y se derrumbó un año después. Si bien los hogares dinamarqueses son los más endeudados del mundo, el gobierno, que tiene una calificación de AAA, ha mantenido su endeudamiento en la mitad del promedio de la zona del euro, en parte después de negarse a rescatar bancos insolventes y derivar las pérdidas a los acreedores.

A esas medidas se suman intentos de asegurar que el gasto del estado no alcance niveles inmanejables. Los dinamarqueses, que pagan los impuestos más altos del mundo, han castigado al gobierno de la primera ministra Helle Thorning-Schmidt, que encabezan los socialdemócratas, por la pérdida de los beneficios y la mayor parte de las encuestas indica que su coalición se ubica por debajo de la oposición a medida que se acercan las elecciones, que se celebrarán a más tardar en noviembre de 2015.

Cambio de paradigma

Desde que entró en funciones en 2011, el gobierno ha reducido la ayuda estatal a los desempleados y ha elevado la edad jubilatoria. Se evalúan los medios de los estudiantes universitarios antes de conceder acceso a becas de estudios. A partir de este año, las familias que ganen más de US$130.000 por año no tendrán el mismo acceso a beneficios por hijos que las familias más pobres debido a que el gobierno quiere asegurarse de que los fondos lleguen a quienes más los necesitan.

La decisión constituye un abandono del principio de bienestar para todos, independientemente del nivel de ingresos, que había dominado la política dinamarquesa antes de la crisis financiera.

“Se trata de un cambio de paradigma”, dijo en entrevista telefónica Peter Kurrild-Klitgaard, un profesor de ciencias políticas de la Universidad de Copenhague. “Es probable que los dinamarqueses se hayan habituado a consumir más servicios sociales que los estrictamente necesarios”.

Según Corydon, el bienestar universal seguirá siendo un objetivo para ámbitos clave como educación y salud.

“Habrá un constante debate sobre las prioridades”, dijo Corydon. “En el proceso habrá que tomar decisiones sobre políticas más diferenciadas”.

Si bien Thorning-Schmidt indicó en un discurso del 1° de enero que su gobierno estaba dispuesto a proporcionar más respaldo a la economía en 2014, es improbable que esas medidas comprendan un estímulo directo, según surge de declaraciones de Corydon.

“Dadas las limitaciones presupuestarias de la UE, hemos instrumentado el estímulo para el que hay margen”, dijo. “Es prematuro decir qué planeamos hacer”. Las medidas se concentrarán en “trabajar de forma sistemática con nuestra capacidad estructural de crecimiento”.

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