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Chilena en España relata huelga de hambre de cuatro mujeres en contra de la violencia machista Destacado

Chilena en España relata huelga de hambre de cuatro mujeres en contra de la violencia machista

Constanza Portigliati
Por : Constanza Portigliati Periodista Universidad Diego Portales. Fue investigadora y realizadora del Área de Reportajes de Canal 13 y Área de Reportajes de Chilevisión. Actualmente estudiante del Máster Periodismo Multimedia en la Universidad Complutense de Madrid y practicante en la Agecia EFE TV.
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Bajo la consigna “Con maltrato no hay trato” este grupo ha resistido los problemas de salud que provocaron que muchas de las huelguistas abandonaran la larga lucha. Sin embargo, el pasado viernes se unieron 11 personas más. Una realidad que no es ajena y nos muestra como el mundo está exigiendo cambios.

La Puerta del Sol es el punto neurálgico de Madrid, el kilómetro 0, lugar de encuentro y paso obligado de los miles de turistas que visitan la ciudad cada día. Allí conviven estatuas humanas, corpóreos de dibujos animados, músicos y un sinfín de personajes que buscan la atención de los visitantes.

Por esto no es casualidad que fuera el sitio elegido la Agrupación Ve la Luz, auto definida como “mujeres de diferentes ámbitos sociales y profesionales, con una postura clara frente al fenómeno de los malos tratos: Prevenir, Apoyar, Denunciar”, para que ocho mujeres comenzaran hace 27 días una huelga de hambre que busca presionar a las autoridades para que la legislación cambie. Exigen, entre otras cosas, que se cambie el término “violencia machista” por “femicidio” y que las víctimas reciban los mismos derechos que los afectados por el terrorismo.

En una especie de memorial, ubicaron cientos de zapatos rojos y lápidas con el nombre de las víctimas de violencia machista del 2016.

A pesar de que cuatro de las huelguistas desertaron por problemas de salud, las cuatro restantes están resistiendo. Siempre con una sonrisa en la cara, bebiendo agua y comunicando sus demandas a las personas que pasan y no quedan indiferentes con las cifras que se exponen. Es que en España durante los primeros dos meses del año 19 mujeres han perdido la vida en mano de sus parejas o ex parejas, la cifra más alta desde el 2008 en el país.

Las cuatro mujeres en huelga están en la Puerta del Sol 24/7. Llevan poleras con la consigna “con maltrato no hay trato”, instalaron carpas para dormir y se han convertido en las líderes de los voluntarios que se han ido sumando a la causa. Hay encargados de recolectar firmas, vender chapitas y hacer shows de música, magia y charlas. Además, desde el viernes pasado se unieron a la huelga de hambre once jóvenes más, entre ellos un hombre llamado Adolfo, quien mantiene un muy bajo perfil porque “no puede ser que la noticia sea que un hombre está haciendo la huelga de hambre. La noticia son ellas, yo quiero apoyar porque es mi deber”.

Todos concuerdan que después del tercer día ya no sienten hambre y que lo físico queda en un segundo. “Mentalmente estamos muy orgullosas, es el apoyo mutuo el que nos permite seguir”, dice Marta, una chica de 22 años que se unió a la cruzada.

[cita tipo=»destaque»] “no somos solo las mujeres que hemos sido víctimas de violencia. Son nuestros hijos, nuestros nietos, todo nuestro entorno se destruye. Porque durante 20 años yo sentí que mi nombre podía estar ahí, en esa lápida”[/cita]

 

 

Y es que aunque suene cliché, emociona el compañerismo y la unión en un lugar tan emblemático de España y Europa entero. Emociona pensar en el alcance que esta acción puede estar teniendo en el mundo, emociona también ver a hombres asombrados por este grupo de mujeres que exigen algo que es tan lógico como no ser agredidas por las personas que supuestamente las aman.

Y creo que lo que más emociona es observar cómo este lugar se ha convertido en una especie de escape para todas las mujeres que pasan por ahí, un lugar de catarsis. Una de las visitantes es enfática en decir que “cualquier mujer que haya tenido una relación ha sido víctima de maltrato sicológico o físico”. Y otra la corrige: “no solo las que hemos estado en una relación. Lo vivimos al caminar a nuestra casa, en manos de nuestros padres, de los hombres que te gritan en la calle. Hemos vivido con eso y no puede seguir así”.

De pronto una mujer alza a voz y las corrige a las dos: “no somos solo las mujeres que hemos sido víctimas de violencia. Son nuestros hijos, nuestros nietos, todo nuestro entorno se destruye. Porque durante 20 años yo sentí que mi nombre podía estar ahí, en esa lápida”, dice indicando el nombre de una de las víctimas mortales del 2016.

Las dos chicas la abrazan y ella me pide que no publique su nombre “porque aunque me separé hace 27 años no me fío y en la calle siempre miro para atrás. Han pasado 27 años y aún tengo miedo”.

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