
Consejos para evitar la acumulación de objetos: separa lo que no se usa
Hay cosas que tenemos guardadas por años sin usar y sólo están ocupando espacio.
La falta de espacio en el clóset es un tema conocido para muchos. Y, por más que detestemos ver los cajones y estantes abarrotados y que nos fijemos como meta liberarlos de las cosas que ya no se usan, no siempre lo logramos. ¿Cómo lograrlo? Acá, algunos tips que ayudarán a emprender esa (para tantos) difícil tarea.
Un punto que nos permite darnos cuenta que hay demasiada ropa es cuando las perchas están muy apretadas y cuesta separarlas para ver qué hay entre ellas. Si pasa porque el clóset es muy chico, será mejor buscar perchas más chicas o idear más estantes, para guardar ropa doblada.
Agendas viejas, recibos y cuentas de años anteriores. No es ninguna novedad que el mundo está digitalizado. Entonces, ¿por qué juntar papeles y papeles? Todo lo que podamos digitalizar ¡hagámoslo! Los artículos rotos o envejecidos por el tiempo, que decimos que alguna vez vamos a arreglar o pegar y nunca lo hacemos o incluso si lo hiciéramos, ya cumplieron una etapa. La idea es renovar, y no recauchar. Esto último, solo disfraza lo que en realidad debemos hacer: renovarnos.
Productos de perfumería acumulados. Las fanáticas de la cosmética podemos llegar a tener en el estante del baño casi el stock de una perfumería. Para que eso no ocurra, un buen hábito es, cuando abrimos un envase nuevo, sacar de circulación el anterior. Por más que quede un dedito, no lo volveremos a usar. Además, si no nos gustó un producto, dárselo a alguien en el momento. No hace falta que quede esperando otra oportunidad. También es fundamental chequear cada tanto en cada envase las fechas de vencimiento. ¡Los champúes y cremas no son eternos!
La regla fundamental: darle un nuevo destino a lo que ya no usamos, lo que reemplazamos por algo nuevo, lo que ya cumplió su función. ¡A regalar también se aprende!
Por Brenda Haines, diseñadora de interiores y organizadora de espacios para El Clarín de Argentina.