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Radiografía de las conductas sexuales de los adolescentes: poco uso de condón, embarazo no deseado y falta de educación sexual Informe

Radiografía de las conductas sexuales de los adolescentes: poco uso de condón, embarazo no deseado y falta de educación sexual

Corporación Miles realizó un informe para monitorear y dar seguimiento al estado de la salud sexual y reproductiva de nuestro país en el contexto de acuerdos y compromisos internacionales suscritos por Chile en estas materias. Para ello solicitaron vía ley de transparencia informes y revisaron datos estadísticos tanto de organizaciones gubernamentales como investigaciones de centros de estudio independientes. Y entre sus conclusiones establecieron que el embarazo adolescente y el aumento en el contagio de VIH, entre otras cosas, se debe a la casi nula educación sexual que existe en nuestro país.


Las estadísticas mundiales indican que el 40% de los embarazos no son deseados. Esos estudios revelan también que la mayor parte de los embarazos no deseados se producen durante la adolescencia.

¿Cuál es la realidad chilena? Según datos estadísticos del Minsal y del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), en el 2015 el promedio de edad de inicio de actividad sexual en hombres era de 16,4 años y en mujeres de 17,1 años de edad. Otro dato relevante es que a menor nivel socioeconómico, disminuye también la edad promedio en que se inicia la actividad sexual.

Según los datos de ese año, la tasa de embarazo adolescente disminuyó en 4 puntos, lo que corresponde a cerca de 3.200 embarazos menos en mujeres entre los 15 y 19 años. Pero pese a que en  general disminuyó la cantidad de embarazos adolescentes, las madres de 11 años han ido aumentando de 0 en el 2013 a 14 en el 2015. En el 2013 también se registraron 15 madres de 12 años, lo que aumentó a 29 el 2015.

Fuente: Corporación Miles, 2016. A partir de datos del Registro Civil. Estadísticas con Enfoque de Género. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. 2015

“Si bien los embarazos adolescentes han bajado en los últimos años, hay dos cuestiones centrales que es necesario declarar, aumenta el segundo y tercer embarazo de un número importante de adolescentes y aumenta el VIH y Sida así como las infecciones de transmisión sexual”, explica Claudia Dides, directora de Corporación Miles.

«La maternidad adolescente afecta en mayor medida a mujeres en situación de pobreza y con menor nivel educativo. Las adolescentes que se embarazan tienden a dejar la escuela, y se someten a trabajos de baja productividad, bajos salarios y sin cobertura de seguridad social, limitándoles su crecimiento personal, lo que les afecta no sólo a ellas, sino también a su familia y entorno», señala el informe Salud Sexual, Salud Reproductiva y Derechos Humanos en Chile 2016 elaborado por el organismo.

Para Miles, actualmente en Chile no existe una política de educación sexual ni tampoco se ha debatido el tema adecuadamente pese a la reforma educacional que se lleva adelante. “No existe una política de educación sexual que obligue a tener en todos los colegios de Chile, en las universidades, centros de formación, institutos mantener educación sexual laica en todas las etapas de enseñanza. Por supuesto que han habido intentos, pero finalmente la Ley 20.418 no se está cumpliendo y tampoco ha sido materia de la reforma educacional», señala Dides.

Pese a que la Ley N°20.418 reconoce el derecho a recibir educación, información y orientación en materia de regulación de la fertilidad, en la práctica es poco lo que se realiza realmente. Y así lo perciben también los estudiantes: de acuerdo al sondeo sobre derechos reproductivos del 2014 realizado por el Injuv, los jóvenes y adolescentes en su mayoría evalúan la educación sexual impartida en su colegio como regular (36%) o muy mala/mala (34%).

“Generalmente las políticas asociadas a los temas de sexualidad y reproducción en Chile han tenido avances y retrocesos dependiendo de a quien le toca decidir. Es impresentable que las políticas públicas en estas materias estén a la suerte de decisiones subjetivas y muchas veces atravesadas por cuestiones de índole religiosa. Este ha sido una constante en los últimos 28 años desde que llegó la democracia”, dice la directora de Miles.

Para Miles, es necesario tomar en cuenta que existen dos enfoques predominantes en cuanto a sexualidad en la población adolescente: el de subordinación y el de factores de riesgo. «En el primero los/as jóvenes son considerados como un grupo dependiente, limitado y excluido de la participación; son constantemente controlados por adultos que definen el marco dentro del cual deben actuar, controlando sus recursos materiales y psicosociales», indica el informe.

A su vez, el segundo enfoque se centra en las principales áreas de riesgo como embarazo no deseado, posibles abortos, enfermedades de transmisión sexual, VIH/Sida, cáncer de cuello uterino y a largo plazo, cáncer a la próstata e infertilidad, además de las consecuencias emocionales y físicas que puede acarrear uno de estos factores.

Anticonceptivos

De acuerdo a los tres tipos de métodos anticonceptivos que se entregan -Dispositivo Intrauterino, Hormonal y Preservativo- el método más utilizado por la población femenina adolescente es el método hormonal oral combinado, seguido del método hormonal inyectable combinado y del  D.I.U. El menos utilizado en mujeres es el preservativo, el que es aún menos usado en hombres.

 

“Existe un serio problema respecto al uso del condón masculino en la población adolescente. Del total de la población adolescente en control en la atención primaria sólo un 3% usa condón. Esto trae consecuencias que se vieron con las cifras del aumento del VIH y Sida en población adolescente y joven en Chile que da cuenta de la ausencia de políticas públicas consistentes en el tiempo», sostiene Dides.

En el sondeo del Injuv del 2014, por ejemplo, los jóvenes y adolescentes consideraron que la principal razón para usar condón era para prevenir un embarazo (71%) y un menor porcentaje señala que utiliza condón para evitar contraer infecciones de transmisión sexual (22%) o para protegerse del VIH/SIDA (6%).

«Todas estas cifras afectan no solo los proyectos de vida de las y los adolescentes más vulnerables del país, sino también su calidad de vida. Y este tema a pesar de tener consensos en términos de los cientos de publicaciones, seminarios que se han hecho, las políticas públicas se han dejado maniatar por los sectores conservadores y tampoco han sabido trabajar con la sociedad civil», manifiesta la socióloga.

«Existe un déficit de campañas en estas materias. Las campañas deberían ser permanentes en los diversos medios de comunicación sobre todo en TV nacional que tiene un rol cultural. Creo que en estas materias no hay una verdadera voluntad política», finaliza.

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