Las míticas viñetas del dibujante argentino Joaquín Lavado ‘Quino’ (Mendoza, 1932) salen una vez más a la luz en España, México y en su país natal con el volumen «Femenino Singular» (Ediciones La Flor) para «hacer pensar» a grandes y pequeños, mujeres y hombres, sobre el estado de la lucha feminista a través de la inquisidora Mafalda.
«¿Leíste alguna vez Mafalda?, ¿leíste lo que decía sobre lo que tendríamos que hacer las mujeres?», pregunta Kuki Miller, editora de la primera recopilación de las tiras ‘feministas’ del universal personaje, que busca, si no lograr una revolución, hacer reflexionar antes de pasar de página.
Las míticas viñetas del dibujante argentino Joaquín Lavado ‘Quino’ (Mendoza, 1932) salen una vez más a la luz en España, México y en su país natal con el volumen «Femenino Singular» (Ediciones La Flor) para «hacer pensar» a grandes y pequeños, mujeres y hombres, sobre el estado de la lucha feminista a través de la inquisidora Mafalda.
«Tú no puedes leer una tira de estas y no pararte a pensar en lo que está diciendo», señala en una entrevista con Efe Miller, directora de La Flor, tras añadir que las viñetas que aparecen son las más «directas».
«En un momento en el que la lucha de las mujeres por sus derechos está en ebullición pensamos que era muy interesante hacer una selección de historias en donde Quino es un adelantado y Mafalda es una progresista» por los planteamientos que elaboraba en plenos años 60 y 70.
Hace no mucho tiempo Miller, que admite considerar a Quino como uno más de su familia, le llamó y le dijo: «Quinito quería decirte que la gente tiene razón ¡sos verdaderamente genial!».
Sin embargo, la genuina modestia del autor tan solo le hizo responder: «¿Te parece?»
Todavía él no se explica cómo las aventuras de Mafalda han podido recorrer el mundo entero con las diferentes publicaciones que se han emitido desde que dejó de dibujarla en 1973 y puedan releerse hasta hoy, 55 años más tarde.
Como explica orgullosa la editora, encontrar un personaje de cómic que todavía continúe vigente y sea un «símbolo de libertad, igualdad y paz», entre otros calificativos que le asigna, es «realmente» es «algo excepcional».
Esta pequeña argentina cuestiona, por ejemplo, cuáles son los temas de conversación aptos para las mujeres o para los hombres, la figura del «jefe de familia», si las amas de casa no preferirían continuar estudiando o si la finalidad de la vida para todas las mujeres debe ser casarse y cuidar niños.
En definitiva, pone sobre la mesa estereotipos de género que comenzó a criticar en tiempos en los que gran parte de la sociedad no se atrevía.
«Mafalda se enfrenta a la posición de los demás personajes, plantea sus dudas, les replica… Siempre cuestionando las cosas establecidas con las que no coincide» con el fin de sugerir «un camino abierto y amplio para las mujeres».
Esta es la manera con la que Quino en 1964, desde el número 371 de la calle Chile en el barrio porteño de San Telmo, empezó a dibujar estas tiras cómicas de Susanita, Manolito y Mafalda, que desafiaban a la sociedad argentina, y pronto al mundo entero, a inspirar la posibilidad de cambiar todo aquello que la sociedad tenía establecido para la mujer.
En definitiva, «Mafalda plantea el avance de la mujer, un camino posible, el no en quedarse estancada en los roles que le eran dados. Se le exigía representar y eran su felicidad», asegura la editora, que bien conoce las viñetas desde que su editorial empezó a publicarlas en 1970.
«Cuando a Quino le preguntan qué sería hoy Mafalda si no la hubiera dejado de hacer, él dice: seguiría en las mismas porque el mundo no ha cambiado», repite Miller al recordar sus palabras.
Ella también opina que el mundo que Quino representó en el papel y que saltó a la televisión española en 1993 «lamentablemente» cambió muy poco, pues la lucha por la igualdad continúa.
El único hecho que la editora recuerda que se refleja en las tiras y sí varió es que la mujer alcanzara a ser presidenta -labor con la que fantasea Mafalda y se irrita cuando sus amigos al principio no se lo quieren permitir-.
Por su parte, Miller desea que este tomo, donde la protagonista se muestra con una actitud que invita a la lucha, contribuya a que las cosas que plantea Mafalda en sus aventuras «se consigan y pasen a ser historia».