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Despatriarcalizando la internet con Karen Vergara : “La violencia de género digital tiene consecuencias muy dañinas” BRAGA Créditos: Ilustración de @bruta_queesbruta para Proyecto Aurora

Despatriarcalizando la internet con Karen Vergara : “La violencia de género digital tiene consecuencias muy dañinas”

Julieta Salazar Maturana
Por : Julieta Salazar Maturana Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile
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La ciberfeminista y Coordinadora de Proyecto Aurora se refiere a la violencia de género en línea y plantea nuevas formas de habitar Internet de manera segura.


La periodista e investigadora en tecnología, género y cultura, Karen Vergara, se introdujo en el ciberfeminismo luego de recibir comentarios negativos en la revista  digital que tenía en la universidad, junto a su mejor amiga y Directora de ONG Amaranta, Cecilia Ananías. Desde ese momento se dieron cuenta que Internet podía llegar a ser un espacio hostil. Así fue como descubrieron una comunidad internacional que pensaba la tecnología desde una perspectiva feminista; que planteaba espacios seguros; que buscaba “despatriarcalizarla” y traspasar fronteras. “Identificarse como ciberfeminista, más allá de lo teórico, tiene que ver con un pensamiento profundo de cómo nosotras, en cuanto mujeres y disidencias, habitamos este espacio virtual”, comenta Vergara.

Además de ser Coordinadora de Proyecto Aurora y Directora de Comunicaciones de ONG Amaranta, Karen Vergara es integrante de Colectiva Mecha y de Ciberseguras, una comunidad que agrupa ciberfeministas de distintos países de Latinoamérica.

¿Cómo comenzó Proyecto Aurora?

“Comenzó el año pasado después de postular a muchas cosas en la ONG Amaranta. Con Ceci teníamos la idea de hacer un proyecto específico que abordara la violencia en Internet hacia mujeres, ya sea cis, trans o no binarie. Gracias a una subvención internacional, obtuvimos los fondos que nos permitieron actualizar las cifras de violencia de género digital, que existían en Chile”, explica Vergara.

Proyecto Aurora cuenta de tres etapas; en primer lugar, con la visibilización de este tipo de violencia a través de estudios; en segundo lugar, con la creación de material didáctico complementario; en tercer lugar, con la socialización de todos estos antecedentes, a través de charlas y talleres gratuitos. Sin embargo, “este proyecto no está enfocado en activistas, sino en mujeres que utilizan los dispositivos por primera vez o mujeres que están en el territorio: en juntas de vecinos, en poblaciones o en organizaciones sindicales”, comenta la ciberfeminista.

“Hicimos un estudio a más de 500 mujeres a lo largo de todo Chile, preguntándoles cuáles eran sus experiencias en Internet; de qué forma lo habitan; si se habían encontrado con agresores dentro, y si existía violencia a través de eso”, agrega. Según el informe, un 73,8% de las encuestadas ha sufrido violencia en espacios digitales, ya sea, violencia verbal; hostigamiento y/o acoso; difamación; amenazas; entre otras.

De este estudio, un 10,9% de las encuestadas negó haber sufrido violencia en Internet, sin embargo, declararon haber sido controladas digitalmente. ¿Por qué cree que este porcentaje no reconoce el control de nuestros dispositivos como violencia de género?

“Yo creo que, en esos casos, se naturaliza el control porque se generan espacios íntimos con alguien que conoces; con quien duermes; o que fue parte de tu vida de una manera muy cercana. Así como el ‘me controla porque me ama’, ‘me escribe porque no sabe vivir sin mí’, ¿cachai?, como que siempre hay una minimización de los riesgos, y creo que eso pasa por la forma en que los medios cubren estas noticias”, explica.

“Pensemos también, cómo se cubren los femicidios; los espectacularizan tanto que al final no te sientes representada con ese tipo de hechos y no te das cuenta del riesgo que puedes estar viviendo en tu propia casa”.

El paso de reconocerse como víctima es un tema, y por otro lado, ¿qué hago con eso? La mayoría de las mujeres sigue viviendo ese tipo de ataque, entonces hay que acompañarlas, hay que contenerlas. Ahí hace falta una pega súper grande. Con Cecilia estamos entregando contención y acompañando a mujeres en situación de violencia. Pero hace falta que la institucionalidad tome parte de esto, porque cuando ellas van a denunciar a las policías, las mandan pa’ la casa; cuando lo mencionan en los SernamEG (Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género), no las toman en cuenta. Entonces las organizaciones e instituciones gubernamentales están fallando”, insiste.

Entonces, ¿dónde deben acudir las mujeres en situación de violencia digital?, en Chile ¿quién las protege?

“Depende del tipo de ataque. En primer lugar; nosotras recomendamos recabar la mayor cantidad de antecedentes posibles: tomar pantallazos; guardar las URL de las cuentas que te escriben; los teléfonos, sobre todo si te escribe gente que no conoces o desde cuentas anónimas. En segundo lugar; deben ir a la PDI con toda esa información. Igual depende de la persona que recibe la denuncia; si tiene formación de género o si hay una preocupación sobre el tema”, explica la especialista en tecnología y género.

Por otro lado, Karen aconseja activar comunidad, y considera necesario que todas las mujeres tengan noción de lo que significa la violencia digital: “Finalmente este tipo de violencia está invisibilizada porque la gente no la comprende. Y cuando no la comprende, no puede entregar contención en su propio círculo cercano” (…) “con Aurora tratamos de demostrar que este tipo de violencia es real, está ocurriendo y puede tener consecuencias muy dañinas”.

Además, la periodista explica que no todas las mujeres deciden denunciar porque “lo punitivo no entrega garantía. Los casos que llegan a un tipo judicial son escasos, y la mayoría son sobre menores de edad”. Encima, comenta que las mujeres adultas están súper desprotegidas.

Según el informe de Aurora, las principales redes por donde se manifiesta la violencia en Internet son: Facebook, Instagram y Whatsapp. Cuando se trata de divulgación de archivos íntimos sin consentimiento, suele ser Whatsapp porque, según Vergara, necesitas conocer el teléfono de la persona y debe existir una capa de intimidad. Además, agrega que “Instagram es una de las plataformas que ha crecido más últimamente porque entrega de todo; sirve para subir imágenes, videos y mensajes”.

Por otro lado, también existen los foros. “Aparte de Nido hay otros foros internacionales que están exponiendo a mujeres y que están llamando a acosarlas, entonces creo que hay que tener los ojos en todas partes”, concluye.

Hace unas semanas Facebook lanzó un programa para combatir las amenazas de difusión de fotos y videos sexuales en sus plataformas. Sin embargo, para que tu contenido no sea publicado, debes enviárselo previamente al equipo de Facebook. ¿Cree que nuestra privacidad también se verá vulnerada con esta condición?

“Es fundamental hablar de consentimiento cuando nos llegan estos casos. Lamentablemente las redes sociales tienen pocas herramientas de apoyo, entonces es importante levantar esta información y presionar a las organizaciones para que creen nuevos protocolos. Por un lado, están utilizando nuestros datos para ganar montones de dinero y, por otro lado, los términos de seguridad y condiciones son vagos. Por eso mismo, en Aurora queremos generar estudios e información cuantitativa sobre estos temas para mostrarle a las autoridades que esto es serio y tenemos que hacernos cargo”, explica la Coordinadora de Proyecto Aurora.

Para finalizar, ¿qué le recomendarías a las activistas para movilizarse en línea de una manera segura?

“Lo primero que aconsejaría es tratar de usar plataformas más seguras, y por otro lado, que sean creadas por las mismas comunidades, no bajo estos grandes magnates corporativos”. Karen Vergara recomienda Rise Up para el correo electrónico; Signal para comunicación y mensajería; y Jitsi como reemplazo de Zoom.

“Si vamos a hacer llamados a movilizaciones hay que tener cuidado con los grupos odiantes, que están muy atentos en todo momento; que las cuentas de las colectivas se administren por una persona, pero que además tengan respaldo de toda su información”. Además, aconseja privilegiar las comunicaciones de audio en lugar de videos.

También, considera sumamente importante hablar de consentimiento en Internet porque “a veces no nos damos cuenta de toda la información que subimos de nuestro entorno más cercano, sin pedirle su consentimiento: etiquetamos a amigas en fotos y subimos contenido con nuestros amigos, pero no sabemos si esas personas están viviendo violencia a través de sus parejas o dispositivos”.

Para la ciberfeminista, es fundamental construir nuestros propios pactos para habitar Internet: decidir qué vamos a hacer; qué vamos a escribir; y de qué manera nos vamos a exponer a grupos odiantes que se encuentran vigilando desde distintos flancos. En el fondo, estar conscientes de que Internet puede ser un espacio público. “No para autocensurarse, sino para plantearnos pactos de cómo vamos a habitarla; qué tanta información personal vamos a entregar; si expondremos a nuestros seres queridos, si usaremos seudónimo; o si privilegiaremos el anonimato”, finaliza Vergara.

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