BRAGA
Créditos: Dragomir Yankovic/ Aton Chile.
Enero y febrero serán meses donde los niños no tendrán actividades escolares, por tanto, aún más tiempo libre en los hogares. Sin embargo, esta situación que podría alegrar a los más pequeños constituye una nueva sobrecarga para las mujeres, quienes han sido las más afectadas con esta pandemia.
Debido a la pandemia por coronavirus, niñas y niños no asistieron presencialmente a los colegios este año, provocando que en la mayoría de los casos, fueron las mujeres quienes debieron destinar más tiempo al cuidado de estos y del hogar. Esta brecha de género, de la que fuimos testigos durante 2020, ahora, podría agravarse, ya que las y los hijos dejarán de recibir las actividades escolares que los mantenían “ocupados” y serán las madres, nuevamente, quienes utilizarán el poco tiempo disponible para sortear este nuevo escenario.
En algunos casos, la situación es aún más compleja, ya que se suma el teletrabajo que están realizando miles de madres. “Agradezco pasar más tiempo con mi hijo y disminuir el riesgo de contagio, sin embargo, el problema es la calidad de ese tiempo. La atención que le puedo prestar es mínima por lo que finalmente termina causando mucha ansiedad y culpa ya que es inevitable caer en el recurso de la televisión para mantenerlo entretenido y poder cumplir con el trabajo”, señala una madre con teletrabajo, Antonella Ferma.
De hecho, 38% de los hombres destina cero horas semanales a tareas domésticas, 57% no destina nada al cuidado de niños y 71% dedica cero tiempo al apoyo escolar de sus hijos, según evidencia un estudio del Centro UC de Encuestas evidencia esta situación. Por este motivo, el psicólogo de psyalive.com, Manuel Araya, recomienda 4 consejos para lograr equilibrar esta situación.
1.- Considerar el número de personas en la casa cuidando a los niños, para que se puedan distribuir tareas y los niños sepan a quién recurrir en qué situación y en qué horario.
2.- Marcar límites simbólicos para distinguir el espacio de teletrabajo con los espacios de ocio, con papeles de mantener silencios o no molestar, así los niños que pueden racionalizar entenderán y los más pequeñas sentirán algo diferente en el entorno.
3.- Cumplir con los horarios laborales y a su vez, con los tiempos destinados al cuidado de los hijos, no sólo de labores domésticas, sino que tiempos de entretención y de ocio. Poner alarmas que indiquen los inicios de estos espacios.
4.- Finalmente, no abusar de las pantallas para “entretener” a los niños, ya que estas adormecen a los menores y disminuye el flujo de neurotransmisores lo que provoca un mal desarrollo motor. Reemplazar las pantallas por juegos tradicionales como puzzles, juguetes físicos, colorear y actividades que ayuden a desarrollar la inteligencia y la actividad motora de los niños.
