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La historia de la creación de la cárcel de mujeres: “Un hospicio que sirva de corrección y ocupación al sexo débil» BRAGA

La historia de la creación de la cárcel de mujeres: “Un hospicio que sirva de corrección y ocupación al sexo débil»

Javiera Bruna
Por : Javiera Bruna Fonoaudióloga y Comunicadora
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“La cárcel de mujeres se constituye a partir no sólo del castigo en términos legales, sino que hay un castigo moral, la imagen del hombre delincuente es algo que se realza no sólo en la historia o en la literatura ‘hacer cana te da un estatus’, distinta es la situación de las cabras (…) ellas sienten vergüenza de estar ahí porque la figura de la mujer delincuente es algo que moralmente no está permitido”, explica Javiera Zeme, directora de compañía ‘Las Brutas’.


En nuestro país, la cárcel de mujeres no se crea solo con el fin de tener un espacio diferenciado por género entre quienes cometen delitos, sino que por una razón mucho más sexista. Todo comienza con el gobernador Francisco Ruiz Tagle, quien envía a Bernardo O’higgins una carta exponiendo la necesidad de crear un “hospicio de mujeres que sirva de corrección y ocupación al sexo débil, que por falta de recursos, se abandona a excesos perjudiciales para la sociedad”, mujeres que a la vez “son la piedra del escándalo”, es así que la tarea de ocultarlas de la visión pública se hace una tarea urgente para recobrar el «orden social».

Esto es una parte de la completa obra que se narra en el radioteatro “Hilandera. Libre puntada cautiva”, la cual cuenta la historia de Ana y Luna, quienes, en medio del encierro, van describiendo la doble opresión que han sufrido a lo largo de la historia las mujeres privadas de libertad. De esta forma, se va entrelazando un relato a partir de datos históricos sobre la aparición de esta institución punitiva contraponiéndolo a una relación de «amistad y solidaridad entre los dos personajes”, explica Javiera Zeme, actriz y directora de la compañía de teatro “Las Brutas”, en entrevista con El Mostrador Braga.

Cada puntada de Hilandera es una invitación a reconstruir la historia de la creación de los penales femeninos en Chile, a través de un guion que revela la sensibilidad de sus protagonistas y de un universo sonoro que transporta a las profundidades de la cárcel. Todo esto en medio de un estallido social y luego de más de nueve meses de aislamiento extremo producto de la pandemia.

“Una de las cosas más importantes cuando me puse a escribir el texto, fue no retratar ese universo carcelario pornográfico que estamos acostumbradas a ver, sino relevar el mundo sensible de las chiquillas, por ende, sus recuerdos, sus anhelos, cómo viajan a partir de lo que imaginan (…) ¿cómo se sobrevive al encierro? Creo que es a través de la imaginación”, dice Javiera para iniciar esta entrevista.

La piedra del escándalo

El relato se inicia con la lectura de la carta entre Francisco Ruiz Tagle y Bernardo O’higgins, y continúa ahondando acerca del contexto político en el que nace esa institución, que es post constitución del Estado chileno. «Una vez que surge el Estado chileno, se empieza a aplicar esta política de ‘moral’ que tiene el Estado respecto de las mujeres pobres y todo aquello que significara una conducta que no está regida por la norma, por la praxis social”, introduce Javiera Zeme, directora de compañía ‘Las Brutas’ para situarse en el origen del penal femenino.

“La cárcel de mujeres se constituye a partir no sólo del castigo en términos legales, sino que hay un castigo moral, la imagen del hombre delincuente es algo que se realza no sólo en la historia o en la literatura ‘hacer cana te da un estatus’, distinta es la situación de las cabras (…) ellas sienten vergüenza de estar ahí porque la figura de la mujer delincuente es algo que moralmente no está permitido”, explica.

“Y hoy que se siguen encarcelando a las mujeres pobres”, reflexiona. “Muchas de ellas están por microtráfico o por robo, son mecheras que han reincidido y ya en su tercera condena caen directamente en la cana, pagan cinco años y si te pones a pensar, vender marihuana, pasta base, cocaína en tu casa te permite también criar y ojo que también hay una situación ahí que tiene que ver con el trabajo doméstico de ellas, porque seguramente el weón se fue o está en cana también, entonces es ella la que queda a cargo de la familia y ¿cómo lo hace para trabajar – criar? O trafica o va a robar, porque son el despojo (…) el despojo de una sociedad capitalista te empuja a eso, porque ¿qué vas a hacer? ¿Quedarte sentada viendo cómo tus hijos se mueren de hambre?, no pos weón (…)”

Créditos: Colectiva «Las Brutas» en grabación del radio teatro

Salud mental, aislamiento y pandemia

Otra perspectiva a tener en cuenta es lo que sucede una vez que las mujeres son encarceladas y la forma en que todo el entorno familiar es afectado, “en general quienes se hacen cargo luego de que ellas caen en cana son las abuelas, de hacer esa encomienda, de criar esas guaguas, que muchas de ellas pasan directamente al Sename”, lugar donde se inicia una problemática más potente “de verdad es horroroso y esto es así desde que se constituye el Estado como lo que es. Desde ahí que esto ha significado ese despojo, ese silencio, esa invisibilización de esta situación, que es el lado más duro de la pobreza, es donde culmina”.

En tal sentido, Javiera hace referencia al aislamiento, el castigo y la vulnerabilidad en términos de salud mental a las que estas mujeres se encuentran expuestas diariamente, lo que sin duda se ha acrecentado durante la pandemia “ellas llevan nueve meses o más sin visitas, ahora recién están pudiendo entrar sus familiares cercanos y sus abogados, pero imagínate estar incomunicada, aislada, sin visitas, se desatan un montón de situaciones”.

A lo que agrega, “primero fue el estallido en que muchas cárceles de mujeres hicieron comunicados y fue muy bacán sentirlas presentes y después vino la pandemia; piensa que para nosotras que estamos afuera, vivir esos dos procesos ha sido de una intensidad emocional, mental, física, súper profunda, desgastante, imagínate para ellas que están adentro”.

Finaliza este punto, haciendo referencia a las motivaciones urgentes por hacer visible esta situación y con la necesidad de salir de “una zona de confort” y hacer saber lo que pasa allá adentro, “la necesidad de hablar”, subraya Javiera, “nunca ha sido nuestra intención darles voz a ellas, porque ellas tienen su propia voz, por eso nos pareció importante poner en el relato sus voces, sus cartas, sus sueños”.

Créditos: Colectiva «Las Brutas»

Un lugar para reproducir estereotipos de género

Uno de los pasajes de hilandera, revela la situación laboral a la que se encuentran sometidas mientras cumplen su condena: costura, peluquería, cocina, lavado, planchado y aseo, partidura de nueces, pantallas de lámparas, taller de lavandería, banquetería, armado de banderas, trajes típicos y capas para Halloween, confección de moldes de pan de pascua, entre otros, son sólo algunos de los talleres que conforman la oferta de capacitación laboral.

En este sentido, el relato pone sobre la mesa que las oportunidades que brindan a estas mujeres para “reinsertase en la sociedad”, sólo están enfocadas en “las tareas domésticas que nos han sido asignadas”, esto a juicio de Javiera “no solo reproduce, sino que refuerza los roles asignados a las mujeres madres, esposas y abuelas, dependientes económicamente”.

Lo que, sin duda, no genera oportunidades reales para optar por un cambio de vida una vez salidas en libertad.

Es por esto por lo que Zeme destaca la necesidad de generar redes de apoyo “yo creo mucho en generar redes, yo creo que muchas de ellas están en esa situación porque están solas. Si muchas de ellas pudiesen generar una red de apoyo, si pudiesen auto educarse o auto gestionar sus vidas podrían estar mejor -dejando de lado la moralina si pueden o no traficar- eso es fundamental”.

Y aprovecha la instancia para traer una critica desde el feminismo “creo que hay algo que es un rasgo súper patriarcal en el que aíslan, te obligan a estar sola y pienso que parte de toda esta oleada feminista que ha venido desde el 2016 en adelante, en que se ha puesto en diálogo entre las mujeres, sus problemas… ‘lo personal es político’, pero no sólo eso, lo personal se vuelve político cuando tú lo pones en diálogo y en colectivo, con lo otro personal de otra y ahí se empieza a generar algo común”, explica.

Montaje de Hilandera por colectiva «Las Brutas»

Investigación y creación

Javiera, Florencia, Victoria y Débora, son quienes dan vida al relato y además quienes “respondiendo a las pulsiones grupales”, según cuenta Javiera, dieron vida a la Hilandera, “se llama así, porque históricamente el arte de hilar o tejer o coser por un lado ha sido un trabajo presente desde los inicios de la cárcel en el mundo y por otro lado, tiene que ver con un rol que desde niña te quieren enseñar”, contó.

La investigación se fue realizando escena a escena, respondiendo las preguntas que iban surgiendo capítulo a capítulo, “por ejemplo, respecto de la historia de la cárcel, cómo fue que surgió la cárcel en Chile, qué han escrito sobre esto, cuáles son los documentos, fue así como llegamos a la carta que se la manda a bernardo Ohiggins, que es la que abre la obra, como para que se inaugure la casa de corrección para mujeres”, ejemplifica.

Otros dos temas importantes que se tratan en el relato son la salud mental y los trabajos a los que pueden optar durante sus condenas, todos temas que para la actriz “tienen que ver con la interseccionalidad de género, clase, etnia”, dice y agrega “pensando en esto fue que llegamos a Ana Cárdenas, que es una chilena que escribe sobre feminismo pero con una mirada anticapitalista dentro de la cárcel de mujeres o a los estudios realizados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, donde se hace una investigación a cabalidad sobre las condiciones carcelarias de salud e infraestructura en que se encuentran”, explicó.

Finalmente, hace referencia al trabajo de Camila Riquelme y Diana No, integrantes de la compañía que estuvieron a cargo del universo sonoro y música de la obra, respectivamente.  “¿A qué les suena este momento? siempre en el mundo emocional de los personajes está presente la materialidad musical y en el radio teatro es algo fundamental. Ahí creo que hubo una inteligencia emocional, artística y en términos de edición”.

Y cierra esta conversación haciendo un llamado a estar atentas a las redes de personas que trabajan en torno a las mujeres privadas de libertad “Es importante estar atentas a las agrupaciones que solidarizan con las presas, pájaros entre púas, amigues en barrotes, 81 razones, las caminatas que se hacen por los presos, creo que ya es hora de darle el lugar que se merecen, siempre se necesitan ayudas, encomienda, plata para distintas cosas, entonces hay diferentes maneras de apañar”.

Escucha esta historia en: http://https://radioteatrohilandera.blogspot.com/p/capitulos.html

 

 

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