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Teresa Valdés y la necesidad de una igualdad efectiva en la nueva Constitución: «Es muy violento que sobre los hombros de las mujeres pese el conjunto de la reproducción social» BRAGA Crédito foto: https://oge.cl/

Teresa Valdés y la necesidad de una igualdad efectiva en la nueva Constitución: «Es muy violento que sobre los hombros de las mujeres pese el conjunto de la reproducción social»

María José Quesada Arancibia
Por : María José Quesada Arancibia Licenciada en Filosofía. Coordinadora general en El Mostrador
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Teniendo claridad de quiénes conformarán el órgano constituyente, la coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, conversó con El Mostrador Braga en torno a los elementos fundamentales que deberían estar presentes en la Convención Constitucional desde una perspectiva feminista, sobre la propuesta reglamentaria que están trabajando para que se asegure la paridad de género en todas las instancias de la Convención, y asimismo, se garantice una igualdad de condiciones efectiva con los hombres. Por otra parte, explicó la importancia de avanzar a un Estado social de derecho y de incluir la participación de las mujeres en las distintas esferas del poder, señalando que “lo que demostró la elección de la Convención Constitucional es que hay muchas mujeres, mujeres con capacidad de desarrollar campañas y ser elegidas con una altísima votación y, por lo tanto, la idea de que no hay mujeres se terminó. Esta experiencia tiene que demostrar que la falla está en la barrera de acceso de las mujeres a las candidaturas y las condiciones de esas candidaturas, para que efectivamente haya un avance”.


Chile será el primer país del mundo en redactar una nueva Constitución en paridad de género. Son 77 mujeres y 78 hombres que conforman el órgano constituyente y tienen la tarea de recoger las diversas demandas de la ciudadanía para la elaboración de la nueva carta magna que regirá en un futuro próximo. Hito histórico que marca un antes y un después para las mujeres y también para el feminismo. Sobre este punto, y ya con toda la información de quiénes son las y los constituyentes, surge la pregunta de si se incorporará en la Convención una perspectiva feminista. “Sin duda hay un número muy significativo que es feminista y que en este minuto se están articulando. Se contaban 38 en un primer grupo y probablemente son muchas más las que se declaran o reconocen feministas. Si la Convención va a tener una perspectiva feminista va a depender de cómo se logren instalar aquellos temas claves desde el feminismo”, expresa en esta entrevista con El Mostrador Braga, la coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, Teresa Valdés.

 

-¿En qué consiste la incorporación de una perspectiva feminista en la Convención Constitucional?

 -La perspectiva feminista en la Convención es una manera de referirse a lo que es la inclusión, la centralidad que debe tener la igualdad efectiva de todas las personas, sin considerar género, ni raza, ningún objeto que sea factor de desigualdad. Pero a lo que se apuntó principalmente es a la igualdad efectiva. La igualdad formal que aparece hoy día, o la idea de un texto neutral, que se supone que cuando dice ‘hombres y mujeres’ está garantizada la igualdad, la verdad es que no es suficiente. Entonces es fundamental tener un principio que se refiera a la igualdad y la no discriminación, pero que ese principio esté encarnado en toda la Constitución, en todo su articulado, de manera que el Estado esté obligado a garantizar esa igualdad.

En segundo lugar, desde el feminismo es central el reconocimiento del trabajo no remunerado, lo que se llama también la inclusión del trabajo de cuidados que realizamos mayoritariamente las mujeres y que es el trabajo de la reproducción social, que no solo se reconozca el trabajo productivo, sino que el aporte enorme a la reproducción social que significa principalmente el trabajo no remunerado. Eso también tiene consecuencias en términos de cómo se estructuran los derechos, los deberes y las instituciones del Estado. Porque en el fondo, eso significa que se reconozcan las cuentas nacionales, que se evalúe o revalorice, como ocurre en el caso de Ecuador, se valorice lo que es el aporte de las mujeres en lo que es el trabajo no remunerado. Eso tiene consecuencias también en la legislación laboral, o sea tiene consecuencias en muchos planos.

También en el plano de la igualdad, está lo de tener una Constitución paritaria, es decir que todos los órganos colectivos que tengan que ver con los órganos de la sociedad -todos los órganos del Estado, todos los órganos autónomos, etc., etc.-, que todo el conjunto de la sociedad sea paritario, es decir esté compuesto por hombres y mujeres. Esto probablemente tendría que dar origen a una ley de igualdad, y como sucede en España, con plazos, para que las empresas y los distintos organismos sociales vayan transformándose en instancias paritarias.

Otro elemento central desde el feminismo es la autonomía reproductiva de las mujeres. El reconocimiento es en distintos planos. Podemos hablar de la autonomía política, de la autonomía económica…, pero la autonomía del cuerpo, la autonomía reproductiva, que significa terminar con la tutela que tiene actualmente el Estado sobre las decisiones reproductivas de las mujeres, es decir que las mujeres y los cuerpos gestantes puedan decidir libre y responsablemente cuándo tener hijos, con quién tenerlos y si quieren tenerlos, y tener acceso  a las tecnologías reproductivas si eso no es posible, pero también a la interrupción voluntaria del embarazo cuando este no está dentro de lo que llamamos la maternidad voluntaria.

Fundamental también desde el feminismo, es que se incluya el derecho a una vida libre de violencia. De alguna manera este orden patriarcal, este orden de género en el que vivimos se basa en la violencia, aunque no sea siempre la violencia física, pero es muy violento que sobre los hombros de las mujeres pese el conjunto de la reproducción social. Eso es lo que llamamos la violencia estructural, porque cuando está culturalmente aceptado que las mujeres por nuestro género somos las responsables de los temas de cuidado, y no sólo de las tareas reproductivas, de las tareas domésticas, sino también de cuidados y personas dependientes, todo lo que es la dimensión afectiva y emocional, cuando eso se asigna solo a las mujeres y las expectativas que hay en este orden, generan muchas situaciones de violencia y la Constitución tendría que pensar cómo garantiza una vida libre de violencia, de violencia de género, de violencia sexual hacia las mujeres y diversidades sexuales.

Otro punto que es relevante, es el lenguaje que use la Constitución, se presentó recién una moción de unos parlamentarios exigiendo que no se modifique el lenguaje, que se use un lenguaje en la Constitución con una serie de observaciones que no explican, pero que está claro que apuntan a no considerar el lenguaje inclusivo. El lenguaje inclusivo es clave en términos de reconocimiento de todas las personas, cuando tú no nombras estás excluyendo, estás invisibilizando, estás marginando de lo que es la conversación social, entonces el lenguaje inclusivo es importantísimo.

Un elemento que es muy significativo es el Estado Laico, es decir que las distintas confesiones religiosas tienen su posibilidad de existir, lo que sea, pero no tienen ninguna injerencia sobre el Estado. El Estado no puede estar apadrinando o siendo influenciado por distintos credos religiosos. Tiene que ser un Estado laico, esto significa que tiene que revisar cómo se relacionan desde el Estado con organizaciones y organismos que son religiosos, porque el Estado laico tiene que garantizar los derechos reconocidos a nivel constitucional para toda la población y si se reconoce la autonomía reproductiva, la libertad de conciencia, etc., ello tiene que ser garantizado en todas las instancias donde haya recursos públicos.

 

-¿En qué se debe poner atención en materia de género referente al debate sobre las reglas que regirán y regularán el proceso constituyente?

 -En cuanto al reglamento de la Convención, hemos elaborado un colectivo con una amplia articulación territorial feminista “Elena Caffarena”, el que fue constituido recientemente. Estamos trabajando desde Arica a Chiloé, hemos estado trabajando un reglamento feminista, en el sentido por supuesto de asegurar la paridad en todas las instancias, en todos los comités, comisiones, mesas, presidencias, vicepresidencias, de todas las instancias de la Convención. También estamos considerando que existan recursos para que las mujeres que tienen personas a su cuidado, sean niños o sean personas dependientes, cuenten con los recursos para que efectivamente se pueda participar en igualdad de condiciones que los hombres en la Convención. Esto también tiene que ver con la necesidad de asegurar la conectividad de internet… todo lo que asegure que las mujeres, porque hay mujeres campesinas que fueron electas, mujeres que están en Iquique, en Copiapó, en Chiloé, lugares en que la conectividad es bastante problemática y eso significa asegurar el financiamiento para ello.

También significa verificar si hay convencionales mujeres que tienen que dejar a sus hijos, es decir cómo va a ser, cuáles son los horarios y también la continuidad del funcionamiento, de manera que las mujeres que viven lejísimo puedan estar, o traer a sus hijos y se les apoye con el alojamiento, o viajar periódicamente a sus lugares.

Otra de las propuestas es que haya un comité de ética y que ese comité pueda recibir los reclamos de lo que pueda producirse en situaciones de discriminación, de acoso, de orden político, de orden de género o sexual, y la propuesta es que cuente la Convención con un protocolo, estamos trabajando en ese protocolo para prevenir, manejar y sancionar la violencia de género que se pueda producir durante el año que va a estar funcionando la Convención. Esto, tanto para convencionales como para personal de apoyo. Ese reglamento también se refiere al lenguaje inclusivo que debe usarse y a la traducción a las lenguas de los pueblos originarios, el uso de lenguas de señas y el uso de braille en caso de personas no videntes. Un capítulo especial de ese reglamento son las formas de participación y en ese capítulo proponemos lo que tiene que ver con foros, con cabildos, con la posibilidad de que las convencionales y los convencionales viajen a sus distritos y puedan desarrollar actividades de rendición de cuentas de trabajo con sus territorios, y obviamente eso significa financiamiento para hacerlo, pero también que exista la posibilidad de sistematizar la cantidad increíble de propuestas que van saliendo de cabildos o de instancias autoconvocadas. Para eso proponemos que la Convención tenga asociación con algunas universidades públicas que puedan ir sistematizando.

Otro tema central es la publicidad, la transparencia, el que todo lo que se esté conversando sea público, sea abierto a toda la ciudadanía, eso significa streaming, canal de televisión, pero también la transmisión hacia radios comunitarias, pensando que es fundamental que todas las y los ciudadanos y ciudadanas de este país puedan participar, enterarse y saber qué está sucediendo en la Convención.

 

 -¿Es posible hacer cambios sustantivos en cuanto a los derechos de las mujeres manteniendo el sistema neoliberal actual?

-El avanzar hacia una Estado social de derecho, que claramente se aleja del sistema neoliberal actual, el tener un Estado social de derecho es fundamental para las mujeres. En este modelo privatizado, individualista, en el cual todo está entregado a la iniciativa individual tiene costos tremendos para las mujeres. Cuando uno piensa en la educación, en la salud, en la vivienda, tiene costos adicionales en las mujeres, por un tema que tiene que ver con la pobreza tiempo. Las mujeres no solo tenemos pobreza económica superior a la de los hombres, sino que hay pobreza de tiempo. El trabajo reproductivo, el trabajo remunerado significa sistemáticamente -como está estructurado actualmente- horas de tiempo de las mujeres. El que no esté territorializado, que no haya sistemas de apoyo para el cuidado significa que las mujeres tienen muchas dificultades, por ejemplo, para incorporarse al mercado de trabajo o para desarrollar otro tipo de trabajo que no sean estrictamente las reproductivas, por eso aspiramos a un Estado social de derecho.

 

– El ejercicio del poder en política ha sido comprendido desde una lógica masculina -jerárquica y competitiva-, y el hecho de contar por primera vez en el mundo con una Constitución escrita en paridad de género sin duda marca un avance importante y genera expectativas en la posibilidad de lograr una igualdad efectiva. Sin embargo, la participación política en otras esferas de poder sigue siendo muy difícil para las mujeres. ¿Qué opinas de este fenómeno?  

-Efectivamente el poder ha sido masculinizado – masculino y masculinizado- desde la instalación de la República y eso es efectivamente jerárquico y competitivo, eso es un hecho y modificarlo es un proceso largo. Piensa que hasta el año 49 los hombres tenían una cuota de 100%, recién el año 49 comenzamos a avanzar en romper esa cuota del 100%, que recién tenemos una ley de equilibrio de una presentación paritaria de listas para el Parlamento, pero que es absolutamente… vimos el resultado que no llega al 30%. Tenemos esta alianza extraordinaria que hicimos las mujeres, esta alianza transversal que nos permitió negociar y conseguir la paridad de género, pero no nos podemos quedar ahí, evidentemente es necesario incluir la paridad en todas las elecciones porque está demostrado que si no hay una acción afirmativa… esa es otra de las condiciones para la Constitución, que se usen herramientas de acción afirmativa para cerrar las brechas, eso es un proceso, por eso pensamos en una ley de igualdad que obligue paulatinamente a asegurar la participación paritaria de las mujeres en todas las instancias, eso significa en las universidades, los medios comunicación, significan todas las esferas de actividad social, pero es un proceso.

Lo interesante es el resultado de la Convención Constitucional, porque al momento en que se obliga a los partidos a llevar unas candidaturas paritarias, además en sistema cebra y que además establece una norma de corrección de los resultados, se llevan candidaturas muy buenas. O sea, esta idea que no hay mujeres, de que las mujeres no son capaces… lo que demostró la elección de la Convención Constitucional es que hay muchas mujeres, mujeres con capacidad de desarrollar campañas y ser elegidas con una altísima votación, y por lo tanto la idea de que no hay mujeres se terminó. Esta experiencia tiene que demostrar que la falla está en la barrera de acceso de las mujeres a las candidaturas y las condiciones de esas candidaturas para que efectivamente haya un avance en la participación de las mujeres en las distintas esferas del poder. Eso referido a las instancias que son de elección popular, pero las otras, las que son de designación, también requieren de un ordenamiento, una pauta o una ley que diga que debe conformarse paritariamente, es decir, las autoridades de gobierno deben nombrar paritariamente a todas las instancias, directorios, comisiones, lo que sea parte de sus herramientas o instrumentos para la política pública o para la política. La representación a nivel internacional…, en todas las instancias en las que esté presente el Estado, debe velar para estar presente de forma paritaria.

 

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