BRAGA
Fascinada con lograr que los computadores pudieran aprender automáticamente, Nuria Oliver, en su tercer año de carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones descubrió la inteligencia artificial. Para especializarse en esta área de la tecnología cursó estudios doctorales en el Media lab del MIT (Massachusetts Institute of Tecnology) y desde ahí se ha dedicado al modelado computacional del comportamiento humano (Cómo hacer que los computadores entiendan a los humanos) y al desarrollo de sistemas inteligentes initeractivos (ropas, autos, habitaciones inteligentes).
Con esta larga trayectoria, la científica informática, participó en el Congreso Futuro siendo exponente en el bloque “La promesa de la tecnología” con el tema “Hay más en la caja de pandora”, instancia en la que conversó acerca de los desafíos y limitaciones existentes de la mano de la incorporación de la inteligencia artificial de manera transversal en nuestras vidas, “es necesario abordar estos oportunamente para poder conseguir el gran potencial que tiene la inteligencia artificial con el objetivo fundamental de educar y también inspirar a las personas que escuchen esta charla a interesarse más y también animar a la gente joven que considere estudiar una carrera tecnológica”, indicó.
En entrevista con El Mostrador Braga, Nuria reflexionó sobre la participación de las mujeres en ciencias, pero también hizo referencia a las oportunidades, desafíos y pendientes existentes en torno a la tecnología, destacando temas en boga como son el aislamiento, la hiperconectividad y el impacto que ésta tiene sobre las relaciones humanas, la privacidad y educación. “Somos una sociedad muy vulnerable a la manipulación y creo que el mejor arma que podemos tener es la educación”, subrayó
Para referirse a las perspectivas de género y la presencia femenina en ciencias y tecnología, Nuria Oliver establece que desde sus inicios en el área la proporción de mujeres siempre fue menor a la de hombres y comenta no haber notado grandes diferencias de género, hasta que un evento importante en su vida la hizo cambiar de opinión, “la verdad es que yo no noté ninguna diferencia de género hasta que iba a tener mi primer bebé, ahí me di cuenta que realmente éramos diferentes los hombres de las mujeres porque me estaba impactando de forma muy distinta y desde ese momento sí que he tenido mucha más conciencia de las diferencias que hay”.
A raíz de este evento, Nuria reflexionó sobre la importancia de fomentar la diversidad en los equipos, “es importante abrazar y aspirar a tener diversidad en los equipos porque hay numerosos estudios que indican que las organizaciones que son diversas, pues son instituciones enriquecidas, tienen una mayor capacidad innovadora y generan soluciones que no sólo son más inclusivas, sino que también tienen mejores resultados económicos”.
En línea con esta propuesta, agrega que, “es absolutamente fundamental asegurarnos que haya diversidad en todos los campos y aún más en el sector tecnológico por la importancia que tiene ésta en nuestra sociedad, por la necesidad que tenemos de inventar tecnología que nos ayude a combatir los grandes retos a los que nos enfrentamos”.
Pero más allá de las organizaciones, Nuria Oliver hizo referencia a los roles que las mujeres cumplen en el espacio doméstico, lugar donde está inserta la tecnología y que presenta un desafío diariamente para las mujeres. En este sentido, la científica reconoció que, “lo que sí que es evidente es que en la mayoría de las culturas los cuidados recaen en la mayoría de las mujeres, además del resto de trabajos que puedan desempeñar en la sociedad, esto es algo que ha quedado muy evidente durante la pandemia del corona virus, en ese contexto, hay muchos ángulos con los que abordar o reflexionar sobre esta gran papel que juegan las mujeres, papel que no es reconocido muchas veces”.
En este sentido, “una intersección con la inteligencia artificial podría ser el ayudar utilizando robots sociales para el contexto del hogar, habiendo dicho esto precisamente es en este ámbito donde es más importante la interacción humana, la empatía el sentir que las personas que te están ayudando, te están apoyando, el aprender los unos de los otros y este es un elemento que es difícil reemplazar por tecnología porque tiene que ver con la esencia de lo humano, el cuidar los unos de los otros”, propone la científica.
“La inteligencia artificial lo permea todo hoy en día, no es un concepto del futuro”, subraya Oliver para introducir el tema que trató en Congreso Futuro; “tenemos teléfonos móviles y utilizamos servicios digitales estamos plagados de aquello, no podríamos encontrar información en internet sin los algoritmos de inteligencia artificial, no podríamos hablarle a nuestro móvil o a nuestros automóviles inteligentes sin la inteligencia artificial, cuando abrimos el móvil y sale un recuadro donde están las caritas pues eso es inteligencia artificial, realmente tenemos una gran dependencia ahora mismo hacia esta tecnología”, advirtió.
Pese a lo cotidiano de la inteligencia artificial en nuestras vidas, Nuria indica que aún conocemos muy poco sobre este tema en sociedad, “creo que tenemos un conocimiento muy limitado de exactamente lo que es y esta brecha entre la ubicuidad de la inteligencia artificial en nuestras vidas y nuestra falta de conocimiento de lo que es creo que es algo no deseable porque una sociedad que no está informada, que parece que vive en un mundo mágico donde las cosas suceden sin saber muy bien por qué suceden es una sociedad muy vulnerable hacia la manipulación y creo que el mejor arma que podemos tener como sociedad es la educación”, comenta.
Uno de los temas en cuestión cuando hablamos de tecnologías y la conectividad digital es la dependencia a los dispositivos y cómo estos han impactado en nuestra forma de relacionarnos. “Hay personas expertas en este tema como la profesora Shirley Temple de MIT, que ha estudiado la intersección y el impacto de la tecnología en las relaciones humanas y que efectivamente ha encontrado esta situación paradójica en la que podemos estar físicamente unas al lado del otro y estar aislados y sentirnos solos porque cognitivamente estamos distraídos por nuestros móviles y no estamos aprovechando esa oportunidad de tener una conversación cara a cara con las personas que nos rodean. No podemos olvidar que los seres humanos somos una especie social y necesitamos para nuestro bienestar y desarrollo el tener relaciones sociales físicas”, expresa Nuria.
A lo que agrega, “tampoco podemos olvidar que las relaciones sociales que podemos mantener ahora mismo utilizando la tecnología son muy limitadas, sobre todo si nos limitamos a enviar mensajes de texto, donde se pierde el lenguaje no verbal y sabemos que éste puede representar hasta un 80% de la comunicación; las expresiones faciales, los gestos, la voz, la distancia con la otra persona, las interrupciones, todos esos elementos son absolutamente clave en la comunicación humana y los perdemos cuando interaccionamos utilizando tecnología”.
Otro desafío dice relación el impacto en la privacidad de la inteligencia artificial. “El hogar es lo más privado por eso nunca tendré un Alexa o Google home”, dijo la científica también en el contexto de Congreso Futuro y a continuación explicará sus razones.
“Yo creo que para usar este tipo de tecnologías es importante hacer un análisis de coste beneficio y ese análisis es algo muy personal. Para poder hacer tal análisis hay que entender cómo funciona esa tecnología, hay que entender si capta datos personales, qué tipo de datos capta, etc. En mi caso en particular, siendo una persona dinámica que me puedo mover, que tengo capacidad para hacer todo lo que necesito, cuando hago el análisis coste beneficio entiendo que no es algo que tiene sentido, evidentemente, si tuviese otra situación o para otras personas ese análisis puede ser diferente y puede mejorar muchísimo la calidad de vida en personas que tengan ciertas dificultades para todo tipo de tareas de la vida diaria”, sugirió.
“Pero sí que es importante entender esta frase que es célebre: ‘Si un producto es gratis es que el producto eres tú’, no existe lo que se llama ‘el almuerzo gratuito’, estamos acostumbrados a ocupar todo tipo de servicios digitales que supuestamente son gratis, pero en realidad lo que estos servicios hacen es monetizar nuestros datos, monetizar nuestro tiempo, monetizar nuestra atención y esto es algo que tenemos que entender, que tenemos que ser conscientes de ello para decidir si nos parece bien o no y al menos podemos tomar una decisión informada al respecto”, cerró.
