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“No todos los hombres son iguales”: el cuestionamiento masculino sobre violencia de género BRAGA Créditos: Anete en Pexels

“No todos los hombres son iguales”: el cuestionamiento masculino sobre violencia de género

Javiera Bruna
Por : Javiera Bruna Fonoaudióloga y Comunicadora
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¿Qué están haciendo los hombres para terminar con la violencia de género? Para responder esta pregunta, El Mostrador Braga, conversó con las psicólogas del centro de salud mental feminista CIDEM Chile (Centro Interdisciplinario de las Mujeres) Marisol Surnayi y Francisca Rosas, quienes explicaron que “algo que diferencia a hombres y mujeres, en este sistema patriarcal, es que las mujeres y disidencias han tomado un ro más activo en el cuestionamiento de sus propias acciones que ayudan a mantener un sistema de opresión y violencia”. Además, aconsejaron, “si les molesta la actitud de algún amigo, no silencio, conversenlo, ínstenlos a cuestionar su comportamiento”.


Hace semanas conocimos la violación que seis hombres ejercieron contra una mujer en Buenos Aires.  El repudio fue total, cuestionando las conductas masculinas abusivas que se traducen en violencia sexual organizada. Sin embargo, la justificación masculina frente al cuestionamiento es: «no todos los hombres son iguales», como una forma de acallar las expresiones de violencia contra las mujeres en el espacio público y privado.

¿Cómo participa el género masculino en acciones concretas que terminen con la violencia de género? Para analizar esta situación, El Mostrador Braga conversó con las psicólogas del Centro de Salud Mental Feminista CIDEM Chile, Marisol Suranyi y Francisca Rozas. “Son muchos los privilegios que ostentan los hombres en esta sociedad patriarcal y en esa postura de beneficio, hemos observado una tremenda pasividad frente al cambio social que tanto necesitamos (..) quienes hemos experimentado la discriminación y la violencia somos quienes activamente hoy nos levantamos a luchar y quienes buscamos una sociedad de mayor justicia y respeto transversal a nuestros derechos. Soltar los privilegios, cuestionar sus conductas y re educarse es una tarea que debiesen asumir todos los hombres”, expresa Marisol.

En este sentido, cambiar los paradigmas parece tarea de las mujeres, “es más común ver cómo grupos se organizan y se juntan para reflexionar sobre actitudes y creencias machistas que pudieron tener en el pasado. En el caso de los hombres, que, si bien pueden no estar de acuerdo con alguna actitud machista, no toman ninguna postura activa, ya sea invitando a reflexionar sobre lo que hay a la base de esa conducta o cuestionando a sus pares”, apunta Francisca. Por otra parte, “tiene que haber un rol de cuestionamiento activo por parte de los hombres, no se configure como parte de la realidad de las mujeres reeducarlos dentro del sistema donde ellos ostentan el privilegio”, agrega Marisol.

Los contras de la excepción a la regla “no todos los hombres son iguales”

Desde Cidem Chile (Centro interdisciplinario de las mujeres) la psicóloga Marisol Suranyi contextualiza la violencia de género en el sistema patriarcal. “Considero que es importante visualizar que estamos inmersos en un sistema donde la violencia que se ejerce sobre las mujeres y disidencias es una experiencia que padecemos cotidianamente y que se practica en diferentes formas y espacios”, explica y destaca que, “cuando algunas personas afirman ‘no todos los hombres’ aludiendo a que ‘no todos cometen el delito de violar a una mujer’ no están visualizando que todos son parte de una estructura que potencia y facilita la violencia hacia las mujeres”.

“¿Cuántas veces nos hemos encontrado con hombres que dicen que no han ejercido violencia sexual contra una mujer, pero en realidad han normalizado el acto de transgredir o abusar sexualmente? Creo que es imprescindible que en vez de decir ‘no todos’ -y tratar de argumentar la excepción sin mirar el fenómeno completo- los hombres revisen sus conductas y vean desde qué comportamiento están favoreciendo que las niñas, adolescentas y mujeres de hoy y mañana sigamos padeciendo violencia sexual”, cuestiona Marisol Suranyi.

En este entendido, “no es ni remotamente comparable la experiencia de vivir bajo el mandato de género femenino y el masculino, pues además observamos que existe una jerarquía de valor respecto de estos estereotipos, en donde lo masculino se destaca y se beneficia y se busca que las mujeres vivamos en roles de sumisión y en menoscabo de nuestros derechos”, destaca Marisol.

Conductas como objetivizar el cuerpo de las mujeres, menoscabarnos, compartir imágenes íntimas sin consentimiento, sexualizar el cuerpo a temprana edad, entre otras, son ejemplos de violencia de género que suceden cotidianamente en espacios masculinos y sobre las que el feminismo hace un llamado a modificar sus acciones.

Los estereotipos masculinos de control y la zona de privilegio

Otro de los estereotipos bajo los cuales los hombres son construidos socialmente es el de ser los proveedores, quienes no demuestran su vulnerabilidad ni emociones y arreglan sus problemas con violencia, todas cuestiones que, bajo una mirada crítica, podrían no tener nada de cómodos. Sin embargo, para las psicólogas de todas formas reafirman su postura de privilegio del sistema patriarcal.

“Los estereotipos de género son mandatos que se han establecido en forma rígida dividiendo la experiencia en categorías reducidas a lo femenino y a la masculino y al ser mandatos coartan de forma transversal nuestras posibilidades de vida y nuestra libertad”, expresa Marisol. Y agrega que, “las mujeres y personas que disienten de esas categorías hemos vivido opresiones, discriminación y violencia de manera sistemática, actualmente normalizada e invisibilizada, afectando nuestras experiencias, posibilidades de vida, hasta nuestros derechos más básicos, impactando en nuestros cuerpos, acá vemos la violencia sexual como una forma de dominación como ejercicio de lo masculino para subyugar a las mujeres a un estándar de objeto y así posicionarse a través de la historia”.

Consejos para el cambio real

Si bien, la zona de cambio también ha sido una tarea asignada a lo femenino, las psicólogas dejaron algunos consejos prácticos para estimular el proceso de deconstrucción masculina:

“El primer paso para un cambio real es el cuestionamiento, la aplicación del pensamiento crítico para reconocer sus privilegios, visibilizar la impactante diferencia entre sus vidas y las que llevamos mujeres y disidencias y en esa línea es importante incorporarse a espacios de discusión y de educación y de reeducación ya que no basta con el primer cuestionamiento, pues para ese cambio real es necesario mantener y ejercer una conciencia crítica constante que no se diluya en la normalización de los estereotipos como ha venido pasando hasta ahora”, aconseja Marisol.

Y por su parte, Francisca recomienda, “que los hombres visibilicen y renuncien a sus propios privilegios y desde ese cuestionamiento organicen espacios de reflexión en los que pongan el tema de los estereotipos de género y el feminismo sobre la mesa, que revisen sus propias conductas, investiguen, busquen sobre cuáles son las conductas violentas que ejercen sobre la vida de las mujeres y a las cuáles nos vemos enfrentadas día a día”.

Finalmente, si les molesta la actitud de algún amigo, no guarden silencio, convérsenlo, ínstenlos a cuestionar su comportamiento, el cómo normalizan por ejemplo la objetivación de las mujeres. Para todo esto se están abriendo talleres realizados por terapeutas, programas de formación académica en perspectiva de género y también se encuentran los espacios de psicoterapia feminista que permiten integrar las reflexiones realizadas a su sistema de creencias y desde ahí generar cambios reales en su actuar. Además de estos espacios creo que deben abrirse a la reflexión todos los espacios, ya sea las conversaciones en la escuela, en el hogar, las conversaciones entre pares, entre otras, masificando así estos contenidos que son de vital importancia”, cierra Francisca. 

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