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Mujer, placer sexual y envejecimiento: «La piel es un cuaderno que solo se deja de escribir el día de nuestra muerte» Yo opino Créditos: Foto de RODNAE Productions en Pexels

Mujer, placer sexual y envejecimiento: «La piel es un cuaderno que solo se deja de escribir el día de nuestra muerte»

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Erika Silva Urbano 
Por : Erika Silva Urbano  Productora Proyecto Belleza Diversa. Colaboradora Fundación GeroActivismo
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No puede pronunciar palabra alguna para conseguir alimento, sin embargo, quien nace sabe que el vacío en el estómago se satisface con un pezón de piel firme en la boca, el cual al ser presionado por la lengua contra el paladar genera un líquido tibio. Esa es la primera piel que tocamos, es en ese instante en que la dermis se transforma en el cuaderno sobre el cual se escribirá parte importante de nuestra historia afectiva y sexual. Piel y afecto, a partir de ese primer contacto mamífero, se cruzan.

Erickson dirá, que esa respuesta alimenticia y cariñosa a nuestra demanda, nos enseñará a confiar en el mundo que nos rodea, en especial, en el cuerpo que satisface esa necesidad. El placer de estrechar la distancia entre dos cuerpos, el placer de rozarnos, de sentirnos, el placer pasajero, el placer profundo, el placer que en ocasiones se llega a confundir y /o a mezclar con el amor, nos van conformando, va instalando en el relato de nuestra vida, parte esencial de lo que somos, de lo que sentimos, de lo que nos identifica.

No existe buen vivir si no existe placer. Somos sexuales, aun cuando la sexualidad bien sabemos, no es natural, sino cultural, pues descansa y subyace a las creencias que modelan la forma de ser, en un lugar y en un momento histórico determinado. En Chile la sexualidad y en particular el placer, ha sido lo que en política se denomina un “no tema”, aquello que no desvela a la clase política y que no llega a la agenda pública, al menos hasta hace un par de años. Si ese placer lo situamos en mujeres y en mujeres mayores, la posibilidad de encontrar preocupación pública es de seguro vana.

[cita tipo=»destaque»] Las demandas provenientes de los movimientos feministas han actuado con fuerza en las decisiones públicas en la última década y ese esfuerzo ha dejado sellos en el destino de la nación [/cita]

Chile envejece. La curva demográfica así lo indica y su tendencia modela con claridad como será la distribución etaria en los próximos años. Para el 2035 se prevé un importante aumento de este grupo etario, que se compondrá de 3.993.821 adultos, los que equivaldrán al 18,9% del total de la población, señala el Instituto Nacional de Estadísticas el 2020. A pesar de ser un país desigual, esta es una de las cifras que nos deben alegrar como indicador de desarrollo, pues prolongar la vida es uno de los éxitos de las políticas públicas. Sin embargo, en un sistema patriarcal, el envejecimiento de las mujeres y de los hombres adquiere características distintas. 

El culto a la belleza estereotipada y a la juventud eterna impuesta por la industria millonaria de la belleza en la sociedad patriarcal, agudizan los problemas de salud mental de las mujeres asociados a su autoimagen, autoestima y como consecuencia directa, en el desarrollo pleno de su sexualidad a lo largo de vida. Las mujeres mayores sufren con mayor fuerza estas exclusiones estructurales. Así lo señala la especialista en belleza y exclusiones, Esther Pineda.

Por otra parte, los indicadores de salud mental de las mujeres, especialmente en mujeres mayores, ya eran preocupantes antes de la pandemia. Después de esta, los indicadores volvieron a alertar. Entre los datos más importantes está el aumento de la depresión de un 24% a 38% entre el 2019 y el 2021, con la sintomatología depresiva más presente en mujeres con un 40%, (32% hombres). Así lo señala el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales UC y ACHS 2021.

Una parte importante de los factores que deterioran la salud mental de las mujeres, son fruto de las creencias que sostienen el sistema patriarcal, lo que incide en el desarrollo pleno de la sexualidad. La OMS señala que el desarrollo pleno de la sexualidad, a lo largo de toda la vida, es un factor determinante en la salud mental de la población, en particular de las mujeres. “Urge trabajar en la educación de lo que significa la vejez para no ser edadistas, a la vez que desarrollar políticas integrales para la salud física y mental de este grupo a través de la importancia de socializar”.

El diagnóstico queda en evidencia y los datos han modelado en cierta medida la escena pública. El gerofeminismo comienza a ganar cada vez más espacio en nuestra sociedad, pues las mujeres mayores que con el tiempo se han ido empoderando, exigen cada vez con más fuerza ser visibilizadas y reconocidas como sujetas de derecho.

La reivindicación de sus derechos sexuales es una de las demandas que han emergido con mayor fuerza en el último tiempo, dejando de lado la agenda del placer en diada con la reproducción. A partir de lo interior, los esfuerzos del Estado por instalar en la mesa pública, los derechos sexuales como uno de los factores determinantes del buen vivir, resulta urgente.

En particular, debe posicionarse como foco especial en las acciones destinadas a reparar la exclusión de las esferas del placer que han sufrido las mujeres. Las demandas provenientes de los movimientos feministas han actuado con fuerza en las decisiones públicas en la última década y ese esfuerzo ha dejado sellos en el destino de la nación. Evidencia de aquello se puede encontrar en el programa de gobierno del presidente Gabriel Boric. 

Esta intención política del nuevo gobierno, entrega algo de esperanza en el futuro próximo, más aún cuando Chile enfrenta además un contexto histórico, pues en la actualidad se encuentra en marcha la redacción de una Nueva Constitución. Dentro de las normas aprobadas para formar parte del documento que irá a plebiscito de salida, el artículo 40 menciona que “toda persona tienen derecho a recibir una Educación Sexual Integral, que promueva el disfrute pleno y libre de la sexualidad; la responsabilidad sexo-afectiva; la autonomía, el autocuidado y el consentimiento; el reconocimiento de las diversas identidades y expresiones del género y la sexualidad; que erradique los estereotipos de género y prevenga la violencia de género y sexual”.

Resulta, entonces, vital generar iniciativas que se hagan cargo de la dimensión cultural, sicológica, genitourinaria y somática que garanticen el desarrollo pleno del placer en las mujeres mayores, tal como lo señala Libertad Méndez, ginecóloga feminista. Deberá existir un plan de formación para profesionales de la salud y del área social que trabajen con mujeres mayores, para garantizar el acceso a educación sexual integral a lo largo de la vida.

Deberán configurarse planes integrales que trabajen la funcionalidad mecánica y sus compensaciones, para trabajar los factores asociados a la movilidad que se requiere para un acto sexual satisfactorio.  Se deberán difundir técnicas para el placer y el autoplacer y se deberá garantizar la entrega de hormonas, lubricantes y de todos los medicamentos que permitan el goce pleno del encuentro de los cuerpos.

La piel es un cuaderno que solo se deja de escribir el día de nuestra muerte. Cuaderno de piel es a la vez el nombre del más bello libro de Mono González, el muralista chileno más importante en nuestro país y uno de los más importantes del mundo. 

Su libro está lleno de ilustraciones que retratan el encuentro sexual de dos amantes. En cada página brota el erotismo y el deseo de un hombre mayor. Cada trazo y sus colores nos recuerdan que nunca es tarde para sentir, nunca es tarde para estremecerse en el encuentro. Del mismo modo nunca es tarde para que el Estado, sus gobiernos, ciudadanos y ciudadanas lo entiendan: la sexualidad no tiene fecha de expiración.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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