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Alondra Carrillo: una constitución feminista, clave para responder a la crisis histórica en Chile BRAGA Créditos: Efe

Alondra Carrillo: una constitución feminista, clave para responder a la crisis histórica en Chile

Alondra Carrillo, que visita Europa haciendo un recorrido de encuentros políticos con organizaciones feministas y chilenas en la diáspora, habla con Efeminista sobre los retos del proceso constituyente que continúa en el país latinoamericano, sobre la situación de la despenalización legal y social del aborto y sobre las articulaciones y horizontes del movimiento feminista en Chile.


El pasado 4 de septiembre Chile rechazó con un 62 % de los votos una de las constituciones más feministas del mundo, que suponía la oportunidad de cambiar «el carácter y el rostro de la democracia» y de poner «la vida de las mujeres y de las niñas en el centro de la política», señala la vocera de la coordinadora feminista 8M de Chile y psicóloga clínica que participó en la redacción del borrador de Constitución para el país, Alondra Carrillo.

«Los aspectos feministas de la propuesta constitucional eran valorados positivamente y son, por así decirlo, aquellos aspectos que no pueden estar ausentes de una nueva respuesta institucional a la crisis histórica que estamos viviendo», asegura Carrillo a Efeminista con motivo de su participación en el foro «Reflexiones feminista desde el proceso constituyente en Chile» organizado por La Laboratoria.

Carrillo fue una de las 155 personas que trabajó en la redacción de una nueva constitución política para Chile, en reemplazo de la Constitución de 1980, de acuerdo a la voluntad popular manifestada en el plebiscito del 25 de octubre de 2020. A pesar del rechazo de ese texto, una de las constituciones más feministas del mundo porque abordaba la desigualdad de género de manera integral, el proceso continúa.

En el texto incluía aspectos como la paridad en las instituciones, la interrupción voluntaria del embarazo, el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados, el derecho a una vida libre de violencia machista o la implantación de sistemas de salud y Justicia con perspectiva de género.

El reto ahora, cuenta la chilena, es no dar un paso atrás a ese programa que, para el movimiento feminista y social chileno supone «un piso irrenunciable de derechos».

Alondra Carrillo, que visita Europa haciendo un recorrido de encuentros políticos con organizaciones feministas y chilenas en la diáspora, habla con Efeminista sobre los retos del proceso constituyente que continúa en el país latinoamericano, sobre la situación de la despenalización legal y social del aborto y sobre las articulaciones y horizontes del movimiento feminista en Chile.

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Movimiento feminista en Chile

Pregunta (P).- En menos de dos décadas, Chile ha pasado de ser uno de los países más conservadores de América Latina, con el divorcio y cualquier tipo de aborto siempre prohibidos, a escribir una de las constituciones más feministas del mundo. ¿Qué ha cambiado en estos años en el país?

Respuesta (R).- La situación para ser mujer es muy diferente porque el movimiento estudiantil tiene una educación pública no sexista y una educación sexual integral dentro de su programa de reivindicaciones. Es distinto porque, incluso, en las luchas socioambientales hay una crítica de la división sexual del trabajo y de la forma en la que la depredación extractivista afecta especialmente a quienes desarrollan los trabajos de cuidado directamente, que son las mujeres mayoritariamente. Porque tenemos un sindicalismo que también ha sido empapado por la acción de las feministas al interior de las organizaciones sindicales.

Tenemos un movimiento feminista que está presente en prácticamente todos los espacios de organización del movimiento social y popular. Y eso hace que la vida en chile sea diferente.

P.- El proceso constituyente de Chile está en negociaciones para decidir quién conforma el órgano redactor de la Constitución, ¿qué retos en clave feminista aborda el proceso?

R.- Para nosotras el proyecto constitucional que fue propuesto al país es un piso irrenunciable de derechos, es un marco de conquistas institucionales, de reconocimiento de derechos sociales y de reconocimiento de mujeres, diversidades y disidencias sexuales y de género como sujetos políticos respecto del cual no vamos a retroceder. Hoy la tarea es ver cómo podemos hacerlo en un escenario tan adverso institucionalmente sin renunciar a esos horizontes programáticos.

Alondra Carrillo: Los aspectos feministas eran valorados

P.- El borrador de constitución reconocía derechos feministas muy importantes como los sexuales y reproductivos, impulsaba la paridad en las instituciones y el reconocimiento del trabajo de cuidado, pero ante el rechazo del texto constitucional el 4 de septiembre, ¿cuál es el balance?

R.- Hay algunos sectores que, de una manera más bien oportunista, indicaron que es el contenido feminista de la constitución el que habría impedido su aprobación. No hay nada, ningún dato, ninguna producción de información sobre las razones del rechazo que de cuenta de eso.

La información disponible apunta a todo lo contrario, apunta a que los aspectos feministas de la propuesta constitucional eran valorados positivamente y son, por así decirlo, aquellos aspectos que no pueden estar ausentes de una nueva respuesta institucional a la crisis histórica que estamos viviendo. Son aspectos de futuro que nos permiten pensar que es posible que cambie el carácter y el rostro de la democracia, que es posible que cambie el carácter histórico de una institucionalidad que ha hecho invisible la vida de las mujeres y que pueda tener la vida de las mujeres y de las niñas en el centro de la política.

El aborto, «una lucha histórica» desde 1934

P.- Respecto a estos aspectos feministas, en el caso del aborto y ante el avance registrado en otros países de la región como Argentina, Colombia, o México, ¿cree que será posible despenalizarlo por vía legislativa, si no se incluye en el nuevo borrador constitucional? ¿Cuál es el camino para salir de las tres causales?

R.- Nosotras hemos construido juntas un programa para pelear en todos los niveles, en el constitucional, pero también para pelear a nivel de urgencias y a nivel general en una lucha de largo aliento. En ninguna de esas dimensiones se agota la capacidad del movimiento feminista de transformar la vida y de conquistar aquellas transformaciones y modificaciones de condiciones de nuestra vida cotidiana.

Esta es una lucha que, primero es una lucha histórica, en Chile la demanda por el aborto legal como una demanda de salud pública está en el programa feminista desde 1934. Es una cuestión que hemos heredado de las que vinieron antes y que hemos peleado en condiciones distintas. En el año 72 en Chile se practicaban abortos, en el año 89, la dictadura lo último que hace antes de entregar el poder es criminalizar el aborto.

La lucha por la autonomía sexual, por el derecho al placer, por el derecho a definir autónoma y libremente sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras vidas y el derecho a interrumpir el embarazo son cuestiones, horizontes de transformación, que no vamos a abandonar en ninguno de los niveles de los que nos desplegamos como movimiento feminista.

Obstáculos en el acceso al aborto en Chile

P.- En el caso del aborto, se despenalizó para tres causales en 2017, ¿cómo ha sido desde entonces el acceso y la información a este derecho?

R.- Las tres causales para las que se despenalizó el aborto en Chile (casos de riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación) alcanzan al 3 % de las situaciones en las cuales las mujeres desean interrumpir un embarazo. Eso quiere decir que es una legislación extremadamente limitada. Porque además, le entrega al Estado y a la institucionalidad el poder de decidir en qué condiciones o bajo qué argumentos una mujer puede practicarse un aborto y bajo qué argumentos debe ser perseguida penalmente.

Además, se ha generado en Chile una restricción aún mayor, porque la objeción de conciencia se ha protegido institucionalmente y eso significa que una clínica privada, incluso cuando recibe fondos públicos, pueden negarse a cumplir la ley porque se declara en objeción de conciencia. Hay territorios en los cuales los únicos médicos que están habilitados para practicar un aborto son objetores de conciencia y eso implica que un hospital que atiende a una región completa no está dispuesto a cumplir la ley, no tiene profesionales dispuestos a cumplir la ley y eso afecta directamente la vida de las mujeres.

Y, finalmente, es la causal de violación la que es más impugnada por los médicos y también por las instituciones privadas que objetan conciencia. Y por lo tanto son situaciones que son doblemente victimizantes para las mujeres, en las cuales se les niega el acceso a un derecho.

Todas estas cuestiones hacen más urgente que nunca avanzar en nuestro país a la despenalización total y social del aborto.

En «alerta» para impedir retroceder en derechos

P.- El movimiento feminista de Chile ha tomado mucha fuerza en los últimos años y tuvo una fuerte implicación en la ola del #MeToo con la canción de Las Tesis que dio la vuelta al mundo. ¿Cuáles son las luchas en las que ahora se enfoca el movimiento?

R.- En nuestro país el movimiento feminista ha ido vinculando cada vez más la denuncia de las diversas formar de violencia patriarcal con los aspectos materiales de la vida en Chile. Y por lo tanto, ha ido vinculando esta lucha contra la violencia con una educación pública no sexista, por el derecho a la vivienda digna y adecuada, con la lucha por una justicia no patriarcal y por el derecho a una salud pública universal.

Este proceso de articulación programática del movimiento feminista y de fortalecimiento de los lazos y de las articulaciones entre feministas de diversos sectores del movimiento social es un proceso que sigue en curso. Hoy el movimiento va a tener que tener un debate para poder pensarse en un escenario como el que estamos, con sectores directamente contrarios al feminismo que han tomado fuerza en Chile a raíz del resultado del rechazo.

P.- ¿Existe mucha actitud reaccionaria? ¿Cómo lo aborda el movimiento feminista?

R.- No es como en España, yo creo que la situación que están teniendo acá es bastante preocupante en materia de los derechos de las personas trans, de la ley de solo si es sí o en la violencia política que se está ejerciendo claramente y a vista y paciencia de todo el mundo. O sea, eso que aquí está tan fuerte, en nuestro país también se asoma.

Nos declaramos en alerta y nos declaramos también activamente movilizadas para impedir un retroceso en la discusión programática en Chile.

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