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Los efectos colaterales de la pandemia y el teletrabajo: las mujeres tienen peor salud mental por la sobrecarga de labores BRAGA

Los efectos colaterales de la pandemia y el teletrabajo: las mujeres tienen peor salud mental por la sobrecarga de labores

El estudio Teletrabajo: costos y beneficios en términos de salud mental, realizado por el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, destaca entre sus principales hallazgos que las mujeres han experimentado una peor calidad en su salud mental desde la pandemia, independiente de la modalidad de trabajo en que se desempeñan -virtual, hibrida o presencial-.


Con el objetivo de investigar sobre cómo repercuten las diversas modalidades trabajo (virtual, hibrido o presencial) en el aspecto psicológico de las mujeres y hombres del país, el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), lanzó los resultados de su estudio Teletrabajo: costos y beneficios en términos de salud mental. 

Entre los principales hallazgos de la investigación, se encontró que las mujeres presentan una peor salud mental que los hombres. En esa misma línea, se evidenció que en la modalidad de trabajo hibrida las trabajadoras presentaron mayores niveles de sobrecarga en comparación con los hombres.

Según detalla el estudio, la sobrecarga hace referencia al exceso de la cantidad de trabajo, asimismo a los trabajos demasiado difíciles. 

‘‘Durante la pandemia, la tendencia en Chile claramente demostró que las mujeres que continuaron trabajando, también se hicieron cargo de casi todas las labores domésticas: cuidado de los hijos, limpieza del hogar, además de hacerse cargo de la educación de niños pequeños que de la noche a la mañana estaban se encontraron recibiendo clases en casa’’, señala la investigadora y académica de la Facultad de Administración y Economía de la UDP, Lorena Pérez.

Otro dato que surge desde la investigación, es que las mujeres se preocupan más que los hombres por los peligros de salud -riesgo de enfermedad y muerte-, y económicos -perder el empleo-. Lo que afecta directamente la salud mental de ellas. 

Por otra parte, entre las consecuencias que surgen a raíz de la mala calidad de salud mental, se encuentran que las trabajadoras experimenten un peor desempeño en sus organizaciones o empresas. 

«Los síntomas de estrés se relacionan de forma directa con síntomas fisiológicos como enfermedades cardiacas, asma, diabetes, entre otras. Las enfermedades, además de disminuir la energía fisiológica y nuestra capacidad de concentración en nuestras labores profesionales y personales, también se relacionan a factores de efectividad de las organizaciones, ya que las personas enfermas faltan a su trabajo con mayor frecuencia y también pueden denotar menos productividad y eficacia en sus trabajos», explica la investigadora de la UDP.

Respecto a posibles soluciones, la académica señala que es necesario generar cambios a niveles culturales para que las labores domésticas y de cuidados sean compartidos, independiente de la modalidad de trabajo. De este modo se podrá conciliar la vida laboral y personal

«Las personas deben de desarrollar una rutina de trabajo en la que se respete el tiempo dedicado al trabajo versus el tiempo dedicado a nuestra vida personal», dice Pérez. 

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