Como un “gran logro” y un “avance en materia de equidad” fue valorado el Sistema Nacional e Integral de Cuidados “Chile Cuida”, cuyas bases fueron dadas a conocer este lunes 6 de noviembre.
“Es muy relevante tener una política pública del cuidado, ya que el cuidado tiene rostro de mujer. Por ende, toda medida estatal favorecerá a cada uno de los ciudadanos que realizan labores de cuidado”, subraya la académica de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, Carolina Riveros Ferrada.
Estas son sus primeras impresiones del Sistema Nacional e Integral de Cuidados “Chile Cuida”, cuyas bases las dieron a conocer este lunes 6 de noviembre las ministras de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana y el presidente Gabriel Boric.
Como una de las prioridades del gobierno, se le asignó a este sistema un 25% más de recursos en el marco de políticas de cuidado -más de 94 millones de pesos- y busca implementar medidas como la creación de Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM), Centros Comunitarios de Cuidados, cobertura nacional de Residencias para Adultos con Discapacidad, beneficios monetarios para personas que cuidan y otros.
Para la académica, la inclusión de una política estatal de este tipo “es un gran logro”, aunque resalta que las “personas mayores que cuidan” deberían ser “prioridad” ya que “han sido por mucho tiempo invisibilizadas”.
En esa misma línea, la académica de Psicología de la Universidad Diego Portales (UDP) Stefanella Costa Cordella, subraya asimismo el reconocimiento de este sistema “a la contribución social y económica que implican el trabajo de estas personas”.
“Es un gran avance en materia de equidad de género porque sabemos que la mayoría de las personas que se dedican a cuidar son mujeres, además puede ser muy útil para promover la inclusión social de las personas que se dedican a cuidar, que muchas veces quedan excluidas de lo público, todo lo que refiere al cuidado queda muy regado a lo privado”, destaca la psicóloga.
Si bien en general valora esta política como “un avance como sociedad”, la académica ve con preocupación la implementación del proyecto, es decir, “cómo se van a bajar los lineamientos del programa a las entidades que tengan que hacerse cargo de implementar lo que el programa plantea”.