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Médica acusa negligencias por racismo: “Porque soy mujer, médico y migrante” BRAGA

Médica acusa negligencias por racismo: “Porque soy mujer, médico y migrante”

Tiene un nutrido currículum de más de 20 años de carrera como médica especialista en cirugía mínimamente invasiva e integra espacios internacionales. Trabajó en diversos hospitales de Chile y su experiencia se repite: “el machismo y la xenofobia que se vive ponen en riesgo la vida de las personas”.


Alejandra Parilli Perera (45) es Médica Cirujana de la Universidad Central de Venezuela, Máster Universitario en Dietética y Nutrición especializada en salud pediátrica de la Internacional University Study Center (IUSC) y especializada en cirugía mínimamente invasiva. Trabajó y participó durante más de 15 años en espacios de Venezuela, Brasil, Cuba, Argentina, Colombia, Francia, Estados Unidos, Escocia, Turquía, Japón y otros países.

Llegó a Chile luego de que una alumna que estudió con ella en un instituto le mencionó que en el país estaban necesitando cirujanos pediatras, lo cual la motivó a estudiar su migración luego de trabajar más de una década en el sistema venezolano “donde se mueren niños por falta de insumos”. Chile, le parecía un paraíso.

“Me comenta que para ese año, cosa que es crítica, habían muerto en la ciudad dos niños por apendicitis aguda. Y yo pensé guau, esto es inconcebible, ¿no? Que en 2016 mueran niños por apendicitis aguda”, cuenta a través de Zoom.

Pocos meses más tarde su incredulidad se volcó en respuestas tras trabajar en siete hospitales públicos de la zona centro-sur de Chile. “Hoy entiendo por qué murieron dos niños por apendicitis aguda en el año 2016”, afirma y pide no mencionar nombres de instituciones de salud ni profesionales ya que se encuentra en medio de procesos judiciales y, además, puede perjudicar la fuente laboral con la cual sostiene su vida y la de sus tres hijos.

-¿Qué me puedes contar de tu experiencia médica en Chile?

Estos años me he mantenido trabajando en el sistema público, he trabajado en siete hospitales en Chile, y del primero -que estuve tres años- me tuve que ir por acoso laboral. Y el acoso laboral radica primero en un tema de xenofobia profesional, que se mantiene hasta la fecha y la razón por la que estoy aquí contigo. Hace siete años veo cómo los niños son víctimas de no garantizarles sus derechos a la salud y de ser vulnerados en la prestación de los servicios.

-¿Recuerdas ejemplos de esas vulneraciones?

Yo tenía una semana en ese centro, y en un chat donde se comentan los casos dicen que una recién nacida debía operarse. Entonces digo que hay que operar a esa paciente (eran las 3 de la tarde) y manifiesto mi interés voluntario de ir al hospital esa tarde (estaba en mi casa), porque la niña lo requería y a los recién nacidos hay que operarlos rápido. Mi jefe me dice que no, que no es necesario que ellos se encargan.

Pasaron 25 horas y recién metieron a la niña al pabellón. Al día siguiente la niña amanece ya con hemorragia digestiva, porque el doctor masculino, chileno, del centro privado, tenía la disponibilidad para operarlo 25 horas después, a diferencia de la doctora mujer, extranjera, que había ofrecido operarla el día antes. Y con eso la niña quedó con un intestino corto y una patología que le desgració la vida a ella y a su familia para siempre: 60% del intestino muerto.

Esto lo han normalizado y en ese chat había por lo menos 20 cirujanos que presenciaron esto y no hicieron absolutamente nada al respecto. Empieza nuevamente la persecución y hay otra vez una situación de acoso laboral terminó judicializada en la Corte Suprema y por supuesto gané yo, pero no llegó a mostrarse realmente esta situación de vulneración de derechos de esta niña. Fue la causa, pero la querella legal se basó en el tema laboral, no en el caso de la niña.

¿Cómo describirías el sistema desde tu experiencia como mujer?

El sistema es lo que yo he llamado las tres M; porque soy mujer, porque soy médico y porque soy migrante. Porque si este caballero es hombre, es chileno, es médico, pero no es extranjero, y además él tiene un contrato por ley y yo estoy en honorario, es un “diostor”. Estamos hablando de un machismo y xenofobia que complican, que ponen en riesgo la vida a las personas. Porque el foco no está en el paciente, que es donde tiene que estar.

Son bastantes cosas las que me vienen a la mente cuando me haces esa pregunta, siento que tienen ese tinte xenofóbico muy marcado. Por ejemplo, hay un recuerdo claro en una de las instituciones… como experta en cirugía mínimamente invasiva comencé aquí a dar clases y formar a los estudiantes de cirugía de posgrado en esta técnica.

Enseñándole a una de las alumnas de segundo o tercer año de posgrado ella comete una complicación y se perfora el colon de un niño durante una peniceptomía. Pero cuando eso sucede, yo obviamente me doy cuenta de la complicación y la resuelvo porque soy la docente. Entonces, le tomo los puntos y el niño evoluciona perfectamente sin ningún tipo de complicación. Eso fue utilizado en mi contra. Como si hubiera sido mi culpa. Lo utilizan para despedirme y a mí nunca se me complicó acá ningún paciente.

Producto de sus inquietudes en el funcionamiento del sistema médico creó una aplicación para la “democratización” del conocimiento médico.

Alejandra se encuentra con licencia. De acuerdo con un documento del Instituto de Seguridad Social y Laboral, su enfermedad se debe a constantes situaciones de estrés y acoso laboral. Además, está en etapa de apelación ante la sentencia de un tribunal debido a que uno de los hospitales “infringió gravemente las garantías constitucionales de un niño y lactante” de tres años, según consta en la demanda a la cual tuvo acceso El Mostrador Braga.

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