
Historia política, poesía y crónica convergen en el nuevo libro de María Angélica Illanes
En Lecturas conmemorativas la reconocida historiadora social entrega una reflexión crítica sobre los hechos que han marcado el curso y la identidad de Chile.
A través de una serie de ensayos que abordan desde la Matanza de Santa María de Iquique hasta el Estallido Social de 2019, en Lecturas conmemorativas y ensayos históricos del nuevo siglo, la académica María Angélica Illanes Oliva mezcla historia y política con tonos de crónica y tintes poéticos.
“La historia-grafía es la narrativa de los pueblos acerca de su camino recorrido, de su experiencia aprendida y de sus distintas miradas sobre cómo construirse como sociedad”, explica la autora, considerada la pionera en el desarrollo de la denominada “Historia social” en Chile.
Desde esta perspectiva, Illanes desglosa algunos de los problemas que han marcado la historia de Chile reciente, como la relación entre el Estado y el pueblo en la posdictadura, las políticas públicas y el sexismo en la educación, y el proceso constituyente.

“El movimiento social por los derechos, el gran motor de nuestra historia contemporánea, y la exigencia de un Estado responsable de ellos (a pesar de su carácter neoliberal), son dos factores que han continuado estando presentes y lo seguirán estando en el futuro”, asegura Illanes. El libro también reúne fotografías de movilizaciones históricas, como la marcha de obreros en Iquique o la velatón de las mujeres a medio siglo del Golpe de Estado, además de imágenes del archivo de la propia autora.
Conmemorando hitos como los 50 años del gobierno de la Unidad Popular o el bicentenario de la Independencia, la autora hace un repaso histórico y reflexivo sobre los efectos de estos acontecimientos en nuestra memoria colectiva y para nuestra identidad como nación criollo-mestiza. Sobre esto último, además describe a Chile como un país “huérfano de madre”.
“La lucha por los derechos del pueblo y el futuro sustentable de la nación debiera asentarse sobre un profundo reconocimiento de la tierra-matria como la verdadera fuente de vida y de una posible comunidad: significativa tarea y bandera para las jóvenes y futuras generaciones”, concluye.