
Diversidad en Chile: nuevas generaciones impulsan cambios y mayor visibilidad social
Un estudio de CORPA revela que, en Chile, la diversidad sexual y de género gana cada vez más espacio, especialmente entre los jóvenes. Las nuevas generaciones muestran mayor apertura a identidades no binarias y orientaciones diversas, reflejando un cambio social profundo y transversal.
En el contexto del Mes del Orgullo, una nueva radiografía sobre diversidad en Chile revela que las identidades y orientaciones sexuales diversas son una realidad concreta de nuestro país, especialmente en las generaciones más jóvenes. Así lo muestra el estudio “Género y Orientación Sexual en Chile” realizado por CORPA, en el que se dan a conocer datos clave para comprender y entender los cambios socioculturales que vive la sociedad chilena.
El estudio revela que, aunque la mayoría de la población aún se identifica dentro del esquema tradicional, el 50 % como mujeres y el 47 % como hombres, un 3 % se declara no binario, una identidad que gana mayor visibilidad entre los jóvenes y personas de menores ingresos.
En cuanto a la orientación sexual, el 90 % de las personas se identifica como heterosexual, mientras que el 10 % expresa otras formas de vivir la sexualidad: un 3 % se declara homosexual, un 2 % bisexual, un 1 % asexual, otro 1 % pansexual y un 3 % prefiere no responder.
Diferencias de género y apertura generacional
Al observar los datos por género, se evidencian diferencias significativas. Mientras que el 93 % de los hombres se identifica como heterosexual, en las mujeres esta cifra baja al 89 %. La bisexualidad, por ejemplo, es más común entre ellas (3 %) que entre los hombres (1 %).
En el caso de las personas no binarias, la diversidad es aún más amplia: solo el 66 % se define como heterosexual, mientras que un 14 % se identifica como homosexual, un 9 % como bisexual y un 8 % como pansexual.
“La bisexualidad femenina, suele reportarse más porque socialmente se percibe como menos disruptiva y está más normalizada en discursos y representaciones culturales, en cambio, para los hombres, aún persisten estigmas más fuertes respecto de la bisexualidad y la homosexualidad, lo que influye en la forma de declararlo en estudios de opinión”, explica Paula Vásquez, psicóloga y analista de estudios sociales de CORPA.
Desde una mirada generacional, los datos reflejan cambios significativos en la forma en que las personas viven y nombran su sexualidad. Entre los jóvenes de 18 a 30 años, el 85 % se identifica como heterosexual, mientras que un 6 % se declara bisexual y un 4 % homosexual. En el grupo de 31 a 50 años, la heterosexualidad sube al 90 % y la bisexualidad baja al 2 %.
En tanto, entre quienes tienen 51 años o más, el 93 % se define como heterosexual y las demás orientaciones aparecen en proporciones muy bajas. Estas cifras muestran que la autodefinición diversa es más común en las nuevas generaciones, donde hay mayor apertura a cuestionar las etiquetas tradicionales.
Un cambio social transversal
Las diferencias también se hacen evidentes al analizar el nivel socioeconómico. En los grupos ABC1 y C2, la mayoría, un 95 %, se identifica como heterosexual. En cambio, en los segmentos C3, D y E, esta cifra baja al 87 %. Por otro lado, la identidad no binaria es un poco más frecuente en los sectores C3, D y E, con un 4 %, frente a un 2 % en los grupos ABC1 y C2. Esto indica que la visibilidad de la diversidad no depende solo de la clase social, sino que refleja un cambio social más amplio y transversal.
Bajo este contexto, Pavel Castillo, economista conductual y gerente de Intelligence de CORPA, explica que “este estudio muestra que, aunque las categorías tradicionales siguen siendo mayoritarias, las nuevas generaciones traen consigo una apertura mucho mayor a la diversidad. Contar con datos actualizados es fundamental para comprender los desafíos que enfrentamos como sociedad en inclusión, educación y políticas públicas”. En tanto, Vásquez añade que “las generaciones jóvenes, además, cuentan con más lenguaje, redes de apoyo y referentes para expresar su orientación o identidad sin tantos filtros como ocurría décadas atrás”.
Estos hallazgos reflejan una sociedad chilena en plena transformación, donde la diversidad sexual y de género gana visibilidad y aceptación, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Contar con información actualizada como esta es clave para avanzar en políticas públicas, educación e inclusión, construyendo así un país más abierto y respetuoso de todas las identidades.