
Cortisol en mujeres: mitos, verdades y cómo manejar esta hormona que impacta el peso y el ánimo
El cortisol es una de las hormonas más mencionadas cuando se habla de estrés, metabolismo y salud femenina. Pero ¿qué hay de cierto en todo lo que se dice? Revisamos junto a especialistas los mitos más comunes y cómo mantener sus niveles equilibrados para cuidar el bienestar.
En redes sociales, blogs de bienestar y conversaciones cotidianas circulan múltiples afirmaciones sobre cómo el cortisol afecta especialmente a las mujeres. Se le responsabiliza de aumentar de peso, alterar el ciclo menstrual, impedir el descanso y provocar ansiedad. Aunque esta hormona sí cumple un papel esencial en la respuesta al estrés y en procesos metabólicos, muchas de estas creencias son imprecisas o exageradas.
¿Por qué afecta de manera distinta a las mujeres?
El cortisol es una hormona secretada por las glándulas suprarrenales que participa en funciones vitales como la regulación de la presión arterial, la inflamación, el metabolismo y la respuesta inmune. Según la endocrinóloga María Fernanda Ochoa, de Clínica MEDS, “las mujeres pueden experimentar variaciones hormonales a lo largo del mes, lo que hace que la interacción con el cortisol sea más compleja que en los hombres”. Esto se debe a que los niveles de estrógeno y progesterona modulan la sensibilidad del cuerpo a esta hormona, generando respuestas distintas en determinadas fases del ciclo menstrual o durante etapas de mayor estrés emocional.
Mitos y verdades sobre el cortisol en mujeres
A continuación, recopilamos cinco creencias frecuentes y su veracidad, según especialistas y literatura médica reciente:
1. El cortisol provoca aumento de peso automáticamente — FALSO
Si bien niveles elevados de cortisol pueden favorecer la acumulación de grasa abdominal, no es la única causa. Según Mayo Clinic, el aumento de peso suele estar más relacionado con falta de sueño, alimentación inadecuada y sedentarismo, factores que además elevan el cortisol.
2. La menstruación aumenta el cortisol — VERDADERO A MEDIAS
Durante la fase premenstrual, los niveles de cortisol pueden subir ligeramente por cambios hormonales, pero no siempre ocurre y varía según cada mujer. “No todas experimentan alzas significativas y los síntomas se relacionan más con la caída de estrógenos y progesterona”, aclara la Dra. Ochoa.
3. El cortisol es el culpable de no poder dormir — VERDADERO
El cortisol sigue un ritmo natural, alcanzando su punto más alto al despertar y disminuyendo al anochecer. Sin embargo, niveles elevados sostenidos por estrés pueden mantenerlo alto en la noche y dificultar el sueño, según indica el portal médico MedlinePlus.
4. Solo se eleva en situaciones de estrés — FALSO
El cortisol también sube en respuesta a ejercicio intenso, enfermedades, consumo de cafeína o ayuno prolongado. Por eso, no todo aumento es negativo. En ciertos momentos es necesario para activar mecanismos de defensa o mantener la energía, aclara la revista médica Healthline.
5. Basta con “relajarse” para controlarlo — FALSO
Aunque técnicas de manejo del estrés son importantes, controlar el cortisol requiere un enfoque integral. La Asociación Americana de Endocrinología recomienda complementar estas prácticas con alimentación saludable, sueño reparador y ejercicio moderado para lograr una regulación efectiva.
Cómo mantener a raya los niveles de cortisol
Para evitar los efectos negativos de niveles altos de cortisol, especialistas sugieren:
- Dormir entre 7 y 8 horas cada noche.
- Realizar actividad física moderada y evitar el sobreentrenamiento.
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol.
- Mantener horarios de comida regulares y evitar ayunos prolongados.
- Practicar técnicas de relajación como respiración consciente, yoga o meditación.
Además, es clave realizar chequeos médicos periódicos y, si persisten síntomas como ansiedad, insomnio o fatiga constante, consultar a un endocrinólogo para descartar desequilibrios hormonales.
El cortisol es una hormona fundamental para el funcionamiento del cuerpo femenino, pero muchas de las ideas que circulan sobre su efecto son mitos o verdades a medias. El control de sus niveles no depende solo de relajarse, sino de cuidar el cuerpo de forma integral: dormir bien, alimentarse de manera equilibrada, mantener una actividad física adecuada y reducir los factores de estrés son esenciales para mantener una buena salud hormonal.