BRAGA
De origen alemán, Gremler llegó a Chile y se nacionalizó con la misión de establecer los primeros liceos públicos destinados a la educación de niñas. Asimismo, tuvo un gran activismo político al denunciar la injusticia que significaba, aun en su época, la desigualdad salarial entre docentes.
Juana Gremler, es considerada una figura fundamental en la historia de la educación chilena. Nacida el 22 de noviembre de 1848 en Röthem, Alemania, su trayectoria pedagógica comenzó en su país natal, donde ejerció como profesora de alemán y francés antes de dar el salto hacia nuevas fronteras educativas en tierras chilenas.
En 1889, arribó a Chile con la encomienda de establecer los primeros liceos públicos destinados exclusivamente a la educación de niñas. Esta misión marcó el inicio de una carrera comprometida con la igualdad de oportunidades en el ámbito educativo. Asumió roles clave, como la dirección de la Escuela Normal de Concepción, donde sentó las bases para la formación de futuras generaciones de maestras.
Cabe destacar que el Decreto Amunátegui, que permitió que las mujeres ingresaran a la educación superior y estableció la construcción de liceos fiscales, se promulgó en 1877. Asimismo, en 1893 se continuó con la idea de levantar liceos fiscales femeninos, donde Juana Gremler tuvo un rol fundamental.
Uno de sus logros más destacados fue el diseño del primer plan de estudios para liceos femeninos en 1893. Con este plan, Gremler abogaba por el equilibrio entre las demandas de sociales y culturales de la época, que esperaba que las mujeres se prepararan principalmente para el rol de dueñas de casa, con las aspiraciones crecientes de las estudiantes por acceder a una educación superior y participar en la vida pública.
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de Juana Gremler, quien destacó por su compromiso con la igualdad de género en la educación de niñas y mujeres del país.
El legado de Gremler no se limitó a la enseñanza en las aulas, también fue visitadora de liceos profesionales, ampliando su influencia en la política educativa del país. Asimismo, en 1894 fundó el Instituto para Señoritas de Santiago, que más tarde se convertiría en el actual Liceo 1.
Este ímpetu, la llevó a emprender un viaje a Europa nuevamente en 1900, donde investigó las prácticas educativas de otras naciones, particularmente de su país natal, y abogó por cambios en el sistema educativo chileno para garantizar una formación equitativa para mujeres y hombres.
La lucha de Gremler no se limitó solo a los aspectos escolares y formativos, sino que también abogó por la igualdad salarial entre los docentes, evidenciando la injusticia de remunerar de manera desigual a profesionales con la misma preparación y responsabilidades.
Su incansable labor dio frutos en 1912, cuando se logró la igualdad en los planes de estudio para liceos de ambos géneros, un hito significativo en la historia de la educación chilena. Este logro allanó el camino para una mayor participación de las mujeres en la vida pública y profesional del país.
