
Un año de cuidado y amor: A favor del proyecto de postnatal de un año
En un momento en que la sociedad chilena se debate entre la necesidad de impulsar la economía y generar un mayor cuidado en la salud de sus habitantes, es crucial la discusión sobre la extensión del postnatal a un año desde la perspectiva de la salud pública. Si se logra la implementación de este proyecto, se beneficiará el pilar fundamental de la sociedad: la familia.
Este proyecto busca extender el periodo de licencia postnatal desde 84 días a un año, permitiendo que madres y padres puedan estar un tiempo más prolongados con sus hijos. Desde la perspectiva del desarrollo infantil, durante el primer año se establecen los cimientos del desarrollo social y cognitivo del niño/niña. Según la OMS, la prolongación de la lactancia materna fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo, lo cual es
fundamental para un desarrollo emocional saludable, y para que esto se logre es esencial la presencia constante de la madre. En cuanto a los beneficios para la salud materna, es vital la recuperación de un periodo tan crítico físico/mentalmente como es el postparto. Diversos estudios internacionales y nacionales (“Impact of an extension of maternity leave on infant health”, de la Universidad de Chile) han demostrado que la extensión del postnatal puede reducir el riesgo de depresión postparto, condición que va en desmedro del cuidado del menor y de la madre.
A nivel internacional, países como Finlandia, Alemania y Japón, tienen postnatales prolongados. Esta condición ha reportado beneficios significativos en la salud mental y el bienestar general de las familias.
En cuanto a la salud pública, este proyecto también presenta beneficios: Se reducirían costos asociados a la atención médica, ya que se generaría una mejor salud mental y física para las madres. Disminuiría la presión en el sistema de licencias, ya que habría menos casos de depresión postparto y complicaciones físicas en las madres. Además, niños que tienen un desarrollo temprano saludable tienden a tener mejores resultados educativos y de salud a lo largo de su vida, lo que se traduce en una población más saludable y productiva.
Por lo tanto, este proyecto va más allá de una cuestión de género o del ámbito laboral, es una inversión en la salud pública. Existen beneficios para la familia en su conjunto, para la salud infantil, la salud materna y un gran impacto en el sistema completo de salud, por lo que la aplicación de esta medida es totalmente necesaria. Es momento de que Chile genere un camino hacia niños, familias y sociedad más saludables.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.