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La pintura chilena se toma Europa

Son muchos los chilenos que se mueven en el ambiente artístico europeo. Entre ellos, los pintores Giancarlo Pazzanese, Verónica Fruhbrodt, Carlos Araya y Daniela Millas. Cuatro embajadores de la cultura criolla, que proyectan su trabajo en el viejo continente.


Giancarlo Pazzanese, es un pintor chileno que divide su tiempo viajando entre Italia, dónde vive su padre, y Holanda, su residencia habitual. Leva 4 meses fuera de Chile, donde trabajó de diseñador de páginas web, dinero con el que financiaba todas sus muestras, y ha realizado exposiciones en todos estos países y también en Brasil «Después de un tiempo decidí quedarme en Holanda para dejar de ser turista y hacer vida de local. Hace tiempo quería mostrar mi trabajo afuera y se dieron las condiciones para viajar», cuenta.

«En Sao Paulo he realizado dos muestras, la última en la galería Virgilio que termino en enero, allí expuse unas pinturas de pequeño formato sobre impresiones digitales. En Amsterdam trabajo en la edición de un documental y presenté mi último video «En un lugar llamado Trut» por el cual me dieron un premio. Ese mismo video fue expuesto en Roma hace un par de semanas en «Interno 12″, esta es una muestra que se hace cada mes en el departamento de un artista, donde uno tiene la posibilidad de exponer un trabajo y además tener un contacto más real con posibilidad de conocer a otros artistas, críticos y galeristas romanos y ver por unos días un poco como funcionan las cosas», explica Pazzanese .



-¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre nuestra forma de ver y apoyar la cultura con respecto de Holanda e Italia?

-En cuanto a Italia lo que me llamó la atención es la cantidad de críticos jóvenes que hay, gente que escribe para sitios web, revistas, o incluso jurados de prestigiosas becas a veces son muy jóvenes. También encontré que el circuito comercial está bien armado y tira bastante fuerte. Hay muchas publicaciones de buen nivel y hay galerías que toman compromisos más serios con los artistas que representan. Obviamente todo orientado a la venta.



«En Holanda veo que las cosas son más organizadas y creo que existe apoyo real a las iniciativas individuales de los artistas y, sobre todo de los estudiantes, no solo por parte del estado, sino por parte de organizaciones específicas que se dedican a apoyar temas puntuales: Hay buenos programas de estudios y en general lo que es video y tecnologías siempre funciona mejor hacia el norte».



«También veo en Amsterdam una fuerte corriente alternativa de lugares, galerías, bares, entre otros, lo que la hace una ciudad muy estimulante. Constantemente se realizan festivales y ciclos de cine, de documentales», dice este pintor chileno.



-¿En Chile recibiste algún apoyo de autoridades o reconocimento?

Si, no me puedo quejar, recibí varios reconocimientos que son como pequeños premios al esfuerzo, por que mi trabajo se ha realizado en su gran mayoría siempre en base a autofinanciamiento. Entre ellos destacan proyectos del Ministerio de Obras Públicas, concursos de arte digital «Kent» y otros fondos. De hecho, actualmente estoy desarrollando un proyecto apoyado por el Fondart para el área de Internet que por motivos obvios voy a trabajar desde Holanda y a través del servidor voy a estar conectado a Chile gracias a este proyecto web que espero poder «subir» pronto. Eso es lo increíble de Internet, por ejemplo ahora estoy haciendo un sitio web en Italia, desde mi pieza en Ámsterdam, es loco pero funciona en base a pura confianza entre las personas y los contactos personales que las sostienen.



-¿Cómo crees que se actúa en Chile frente al tema cultural?

-Se hace lo que se puede y eso es terrible, porque apenas alguien empieza a hacer un poco más de lo normal el boicot es inmediato. Además, aún hay mucha auto cesura por parte de quienes toman decisiones. En Chile las autoridades todavía creen que el festival de la cultura es hacer una feria de las pulgas en el forestal y terminar la tarde con un concierto amplificado, cuando los museos y monumentos nacionales se vienen abajo convirtiéndose en zonas de posible desastre.



-¿Cómo has vivido el proceso de integrarte a una nueva cultura?

-Para mi Italia es un poco como estar en casa, porque mi padre es italiano y estando en Roma me puedo comunicar y expresar mucho mejor que estando en Holanda. Creo que el verdadero reto es en Holanda, tratar de integrarse realmente a través del idioma nativo. Es bastante difícil por que todos hablan bien ingles y quieren demostrarlo, pero en definitiva entre amigos se habla holandés y si no lo hablas estas fuera. Los holandeses son muy directos, eso cuesta al principio por que los chilenos estamos acostumbrados a darle la vuelta a los asuntos y acá van directo al grano en todo orden de cosas. En general es mucho más directo y menos sensual. La experiencia de vivir un tiempo en un contexto diferente y estar en contacto con gente de otras culturas, junto a la posibilidad de crear en silencio y con la distancia del mundo exterior que uno requiera es una experiencia necesaria.



«El sentimiento de competencia no está en mi mente en este momento, solo la necesidad de buscar un espacio donde trabajar tranquilo».



Pazzanese agrega que «vivir fuera de Chile es, sin duda, una experiencia estimulante no solo para la mente de un artista, sino para cualquier persona como experiencia de vida».

«Viajo para conocer nuevas personas y poder mostrar mi trabajo y así obtener algún tipo de «feedback» diferente de cada una de ellas. Hasta el momento mostrar mi trabajo en Brasil, Holanda e Italia, me ha traído una cantidad de información y estímulos de vuelta, como los que no recibía en mucho tiempo, y eso luego se vuelve a convertir en nuevas obras y experimentos de arte. Eso es lo que falta en Chile, crear por estímulos propios y no por competencia o envidia. También faltan productores ejecutivos de verdad, gestores culturales de profesión trabajando en los museos, bienales e instituciones, para profesionalizar mas el cuento, porque hasta ahora los artistas hacen de todo un poco, exponen, curan exposiciones, escriben textos. Solo parchando hoyos», enfatiza este artista.



Giancarlo Pazzanese posee una página web donde se encarga de dar a conocer todos sus trabajos, en una iniciativa que partió sólo con la idea de promocionar uno de sus trabajos, y que luego se transformó en una instancia para promover toda su carrera.



«La pagina web surgió para mostrar un trabajo muy importante para mi, que se realizó en el subterráneo de una lavandería en el paseo Bulnes y duró solamente un fin de semana. La idea fue exponer todo el material del video, la instalación y otras imágenes y textos de la muestra en un solo lugar de registro. En ese momento un sitio web era la alternativa exacta y un recurso más versátil y económico que un catálogo. Desde entonces han pasado mas de dos años y se han incorporado secciones con cada una de las muestras posteriores. Desde hace mas de 10 meses las visitas no bajan de un promedio de 900 al mes, lo que sobrepasa el radio de alcance de cualquier catalogo que hubiese publicado en ese momento. Para mi es genial ver como se va corriendo la voz por que el contacto es definitivamente boca a boca, o mail a mail en este caso», cuenta el artista, y agrega que es un recurso bastante cómodo y útil, que incluso piensa lanzar una versión nueva para las próximas Fiestas Patrias.

Dentro de los próximos planes de este pintor se cuentan «encontrar un lugar para hacer mis obras, quizás un trabajo par-time y, por supuesto, me gustaría hacer una exposición en Holanda, para lo cual tengo muchas ideas que hay que acotar y realizar. Por lo pronto tengo que terminar mi proyecto para Internet este semestre y actualizar mi sitio web con los últimos videos», enfatiza Pazzanese y concluye diciendo que siempre está pensando en volver a Chile.



"En Chile el arte está encasillado en una elite"



Carlos Araya, es otro de los chilenos que muestra su trabajo en el exterior. Este pintor de extenso curriculo vive en Francia desde hace trece años, adonde viajó motivado por el amor de una chica francesa y con la idea de continuar su trabajo.



En Chile expuso desde 1985, cuanto todavía era alumno de la escuela de Arte de la Universidad de Chile, y formó el grupo de pintores «La Contingencia Psicodélica», junto con otros artistas como Rodrigo Hidalgo, Hugo Cárdenas, Mauro Jofré y Pablo Domínguez, con el que expuso en la Galería Bucci, la muestra «Garage Matucana», en conjunto con grupos de rock, como los «Pinochet Boys», «Los Tres», «los Prisioneros» y «Electrodomésticos», entre otros. Además de participar en grandes eventos de arte y política durante el plebiscito de 1988, como «Chile Crea», o «Pintores por el No», también fue profesor de Pintura en los talleres 619, junto con Samy Benmayor.



Mientras en Francia, Araya creo el taller «Lasson», lugar de trabajo y encuentro de artistas de variados lugares, ha realizado intervenciones de pintura en las escuelas de Paris con el grupo de Pintores 144 les peintres ont droit de cité, organizado exposiciones con artistas franceses y chilenos, y ha continuado ejerciendo la docencia.



Dentro de las mayores dificultades que debió enfrentar Araya a su llegada a Francia, cuenta que «la integración en el medio artístico se me ha hecho un poco difícil, tuve que empezar de cero nuevamente, aparte de la ruda competencia, son 80 mil los pintores en Francia».



Al momento de establecer las diferencias existentes entre nuestra cultura y la francesa, Araya es tajante en afirmar que «de partida acá existe un Ministerio de la Cultura, por lo que ésta es parte fundamental en Francia, no se puede comparar la infraestuctura cultural francesa, ni con Chile ni con el resto del mundo, ya que acá existe lo que se llama «la excepción cultural francesa», y que es justamente todo el complejo sistema de apoyo institucional a las artes, lo que hace la gran diferencia entre este país y un sistema más asistido por la empresa privada como sucede en Chile o en el modelo americano, ahora, este sistema también tiene sus falencias, y pueden ser la falta de movimientos no institucionales, aunque la diversidad es tal, que existen todo tipo de manifestaciones y un gran público para todas».



«Hablar del público también es importante, ya que en ese sentido el nivel medio del público francés es muy elevado», sostiene Carlos Araya.



Este artista cuenta que en varias ocasiones recibió apoyo de las autoridades culturales chilenas, «para exposiciones en Francia, Túnez, en la «Pinacoteca de Concepción», el Museo de arte Contemporáneo de Santiago, Chuquicamata, entre otros» y afirma que «siempre he recibido el apoyo del servicio cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores».



Sobre la labor del Gobierno con respecto de la cultura en Chile, Araya dice que «me he dado cuenta que el gobierno de Lagos ha querido darle a la cultura un lugar central en su administración, que se han creado cosas positivas como el Fondart, pero con la consabida falta de medios, lo que hace que los creadores deban , en las Artes Plásticas, que es lo que mas conozco, volcarse a la empresa privada, al sistema de galerías pertenecientes a un cierto medio, y que encasilla el arte en una elite, sin desmerecer por cierto, la apertura que han creado lugares como el Museo de Arte Contemporáneo(MAC), el Bellas Artes o algunas galerías».

Respecto de las falencias que posee la forma de ver la cultura en nuestro país, este pintor cree que «falta una formación del público a partir de la educación primaria, una verdadera política cultural a través de la creación de un ministerio, la democratización de la información, la igualdad de oportunidades, mientras la educación de calidad en Chile siga siendo un privilegio, la cultura no vendrá sola, a parte de las excepciones personales, no habrá un acceso masivo a la gran cultura».



Recientemente Araya terminó una muestra en Paris y espera viajar a Chile para exponer entre marzo y abril de este año, en «Sala Gasco», y en el Museo de Arte Contemporáneo en «Cambio de Aceite»,los últimos 20 años de la pintura chilena, y luego, a principios del próximo año, una exposición individual en una galería santiaguina.



"El Fondart no es suficiente"



Verónica Fruhbrodt va a cumplir siete años en Paris. «Me fui de Santiago cuando terminé mi Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad de Chile. Partí con mi titulo bajo el brazo y una mención en Pintura, tenía 26 años, durante el tiempo que pase en la universidad solo aprendí técnicas de pintura, ya que los contenidos eran escasos, salvo algunas excepciones como Adolfo Couve y otros ,que le daban todo el interés a la Escuela de Arte de las Encinas».



En sus últimos años de escuela, esta artista participó en exposiciones colectivas junto a otros de su generación. Trabajó para Balmaceda 1215 dando talleres de pintura para adolescentes con el tema «Autorretrato». «En ese taller traté de que los alumnos aprendieran a observarse y fueran lo suficientemente libres para comprender que un autorretrato se gesta y desarrolla de diferentes maneras ,los hice trabajar con sus objetos personales, con sus características emocionales, con los ojos cerrados y al revés, fue una experiencia muy enriquecedora para mi y espero que para ellos también», recuerda.



También fue invitada por artistas como Pablo Domínguez a exponer
en colectivas en la Universidad Católica»Chile Vive» y en la Galería «Carmen Waugh».Luego vinieron los Supermerc’art de Guillermo Tejeda, entre otras.



Hoy, a los 33 años Fruhbrodt cuenta el por qué de su decisión de viajar a Paris «Antes de entrar a la Universidad había hecho un viaje a Europa y de todas las ciudades que visité fue Paris la que me enamoró , tuve la impresión de que ese lugar era verdaderamente diferente a los otros que había conocido».



«Al comienzo aprendí francés e instalé mi taller en unos locales abandonados que pertenecían a la asistencia publica francesa. A ese lugar llegué gracias a Carlos Araya, había varios artistas que trabajan allí, casi todos venían de otros países, con algunos de ellos formamos un conglomerado llamado Les peintres sont ledroit a cité, que tenía como objetivo trabajar sobre grandes formatos que se mostrarían en la vía pública parisina, y es así como expusimos varias veces esas pinturas inmensas y sin bastidor, en diferentes espacios públicos», recuerda, y agrega que «entre tanto realicé una colectiva con otros artistas latinoamericanos en pleno Champs-Elysses y luego vino la exposición donde se premió a Roberto Matta con el premio Nacional de arte. Esta muestra fue muy buena ya que fue curada por Héléne Lasselle -curadora del Musée Picasso y se realizó en la gran Galeria Nesle en la famosa Rive Gauche,y que mejor que haber compartido la Galeria con Matta .Luego, en uno de mis viajes a Chile postulé a la Galería «Nemesio Antúnez» , donde hice mi primera exposición personal».



Luego esta artista cayó en un periodo de letargo «Entonces leí y pinté en silencio casi un año, mientras seguía participando en diferentes salones y concursos que me llegaban a través de la Embajada de Chile, o por medio de mis contactos(Salon deJeunes et Grandes/Salon de la Jeune Creation), entre ellos clasifiqué para el Concurso de L’oreal sobre el papel de la mujer en la sociedad».



En 2001 decidió mostrar sus nuevas pinturas, y es así como The End of innocence se montó en Le temple con la participación de Delphine Guerlet que comenzó a actuar como su agente. «Esta serie de pinturas relataba los procesos de crecimiento y transformación de los niños que mutan hacia la vida adulta», cuenta. Luego tuvo una proposición de los Aeropuertos de Paris ADP de exponer en su galería. La exposición se llamo Ad libitum También trabajó como directora de arte,Color y texturas, para Pierre Huyghe, un importante artista francés (Bienal de Venise), y para Michel Gondry, cineasta, que participó en los video clip de Radiohead y Kylie Miogue, entre otros.



La artista agrega que recientemente se realizó «11680km»una colectiva de pintores chilenos radicados en Francia con el auspicio del Gobierno de Chile.



Fruhbrodt dice que viaja todos los años a Chile, aunque asegura no estar enterada de lo que sucede en el país en materia cultural, pero «Siento que las cosas evolucionan positivamente, y que existe un movimiento cultural que trata de existir aún con la falta de recursos que hay, me parece que el Fondart es el gran estandarte de la cultura Chilena, pero es demasiado global y no es suficiente para desarrollar un sistema cultural realmente activo y de exportación, que es lo que nos falta», afirma.



Según su opinión «El arte chileno no se exporta porque nadie ha pensado en eso ,no existe una política internacional cultural, y para que eso exista hay que pedirle a nuestros artistas que reflexionen sobre ese tema, porque son ellos los que conocen la situación más en profundidad que cualquier otro personaje
de la vida política. Esto no es un problema económico ,ya que no creo que sea caro dar un poco de dinero para que se piense como exportar nuestra cultura y nuestro arte», dice Verónica Fruhbrodt.



La artista cree que «los museos de Bellas Artes y Contemporáneo han evolucionado bien. Sin embargo, el debate y la construcción de foros de discusión sigue débil, no hay ningún mísero pasquín especializado en las Artes Plásticas, por ejemplo».



«Tampoco hay proyectos que el Gobierno proponga a sus artistas. Cada uno y de manera independiente se inventa un circuito y en general esto provoca la comercialización del arte, ya de otra forma es imposible continuar viviendo», sostiene la pintora, y se cuestiona «me pregunto cual es nuestro Pompidou o dónde están nuestras Galerías jóvenes financiadas en un cincuenta por ciento por el gobierno».



«Difícil es exigir a un país subdesarrollado, sin embargo no debemos olvidar que querer es poder y que las grandes ideas nacen de la reunión y reflexión», sostiene.



Haciendo un paralelo entre la cultura de ambos países, esta artista cree que, «es muy complicado hacer una comparación entre un gato y un león. Francia es uno de los países más desarrollados que hay a nivel de gestión política del mundo, han sido capaces de repartir sus riquezas de la forma más equitativa posible y han invertido en la área cultural como si esta fuera una materia prima de primera categoría, una apuesta política muy interesante y un objetivo cumplido. Paris siempre quiso ser conocido por su cultura y por sus artistas, y todo el apoyo y energía que se invirtió en esta empresa dio sus frutos».



«Son innumerables las oportunidades que presenta el estado francés a sus artistas y a los artistas extranjeros para desarrollarse ,sin embargo, el nivel es altísimo, por lo tanto, el acceso es difícil ,depende solo de cada uno y de las capacidades que tengas para lograr desarrollar tus
proyectos. Creo que la diferencia fundamental es que en Chile no existe una estructura que se encargue de todo lo referente a la cultura, es decir, un Ministerio de Cultura. Si un país establece un ministerio cultural, quiere decir que considera que la cultura es realmente una entidad de la cual preocuparse, y que también es realmente uno de los verdaderos motores del desarrollo de un país. Por eso es que pienso que solamente cuando esto ocurra
en Chile, podremos hablar de comparaciones y de un verdadero proceso cultural», dice la pintora.



No obstante, Fruhbrodt, afirma que en Francia también existen ciertas dificultades referidas a «La gran cantidad de gente que hay en esta ciudad, que intenta hacer lo mismo, hay mucha gente que llega a Paris atraída por la gestión cultural, por lo tanto, la competencia es muy fuerte, como en Nueva York, Sin embargo, casi todo los concursos y las subvenciones están abiertas a todo el mundo, sin importar la nacionalidad que se tenga, no como en Chile, donde el Fondart es sólo para Chilenos».



Otra de las ideas de esta artista para el mejoramiento de nuestra cultura se basa en que «hay que dejar de pensar que el arte no da ganancias, ya que, por ejemplo Brasil ,con su bienal de Sao Paulo, y Cuba, con su bienal de La Habana, y los miles de visitantes que reciben en cada una de estas oportunidades, representan una fuerte entrada económica para cada uno de estos países, sin hablar de la excelente imagen que exportan al mundo entero; mientras nosotros no tenemos nada de eso» y agrega que «me interesa tanto mi país que no quiero perder el contacto con él».



Dentro de sus proyectos Fruhbrodt explica que «en marzo en la «Galería Gasco» mostraré parte de mi trabajo en una exposición de artistas chilenos residentes en Paris. También estoy en conversaciones con la galerista Cecilia Palma para el 2004, En Paris mi lucha continúa, por el momento seguiré trabajando con mi agente artístico y durante este año intentaré nuevos concursos y participar en otras galerías. Pero, fundamentalmente, me concentraré en una nueva serie de pinturas sobre «El paisaje olvidado» y algunas intervenciones en video que comienzan a tomar forma. También estoy haciendo el afiche para la obra de teatro «Siete Golpes deArena» de Nelson Brodt financiado por el Fondart y el Gobierno de Chile», aunque aclara que «jamás me he ganado un Fondart».



Por último esta artista envía un recado a las autoridades culturales chilenas «Encantada iría a Chile a realizar grupos de trabajo para establecer una política cultural más incisiva».



«En Chile las teleseries siguen siendo lo más importante»



Daniela Millas, pintora, lleva ocho años radicada en Francia:
«Nunca he sentido que hago algo relacionado con la cultura, ya que todo es cultura, en Nueva York, por ejemplo, me sorprendió ver que en la calle venden ejemplares piratas de guiones de películas, eso es también cultura, aunque dudo que el que lo vende se de cuenta que es un acto cultural», afirma Millas.



«Trabajo en decoración de espectáculos; en Francia existe un sistema, un estatuto para todos los trabajadores del espectáculo, para los cantantes, actores y técnicos, que ahora con el gobierno de derecha corre peligro de desaparecer», cuenta.



Daniela Millas dice que «no sé si Chile habrá crecido culturalmente, tal vez pueda verse un cambio en las próximas generaciones, aunque hay veces que veo las noticias por Internet y me doy cuenta que las teleseries siguen siendo lo más importante en el país».

Millas sostiene que la cultura debe comenzar con los niños «En Francia es normal ver chicos en un museo como Beaubourg frente a un Andy Warholy haciendo preguntas. La cultura debe comenzar desde la cuna».



Dice que no ha recibido ningún tipo de ayuda de las autoridades chilenas,y que «nunca la he pedido»,y afirma que «lo mas seguro es que ignoren mi existencia».



Millas explica que «la mayoría de los chilenos que conozco que viven en Paris y hacen algo relacionado con el arte».



Millas espera para marzo la inauguración en Chile de la «Sala Gasco» una exposición de pintores chilenos en Francia, «Mi idea es seguir pintando y viajar también. Puede ser una exposición en Chile», y cuenta que «la ultima vez que estuve allá se habló la posibilidad de hacer una «expo» en el Museo de Arte Contemporáneo. Después de varios emails, parece que se arrepintieron y dejaron de responderme; actitud que es bastante chilena por lo demás», y concluye diciendo que «no he pensado en ir a Chile por el momento».

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