En el marco del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y ante un público variado, Congreso cerró anoche su gira estadounidense con su peculiar fusión de ritmos latinos como la cumbia, mambo y pasillo con corrientes mas contemporáneas como el jazz, «reggae» o «hip-hop».
El grupo Congreso puso punto final a su gira en EEUU en la que presentó su particular propuesta musical, una fusión de ritmos indígenas y contemporáneos, con dos conciertos en Nueva Orleans (Luisiana).
En el marco del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) y ante un público variado, Congreso cerró anoche su gira estadounidense con su peculiar fusión de ritmos latinos como la cumbia, mambo y pasillo con corrientes mas contemporáneas como el jazz, «reggae» o «hip-hop».
Inspirados por la diversidad y complejidad que ofrece Chile, la música de Congreso se muestra como una profunda reflexión sobre los problemas que aquejan a su país natal y, en definitiva, a la humanidad.
Pancho Sazo, líder de la banda, explicó que su música es como el arco iris, «cada uno aporta un color instrumentístico de formas musicales que mezclan un ritmo de bolero con jazz o los sonidos del altiplano pentatónico con otros estilos contemporáneos».
«Queremos expresar de alguna manera que este tipo de música puede ser popular, y que además es lo que mejor refleja a América Latina. Nosotros somos híbridos por naturaleza, nos encanta ser híbridos», añadió Sazo, quien interpretó su mejor repertorio ante un público que les recibió calurosamente.
La trayectoria musical de Congreso, que cuenta con un Disco de Oro, comenzó en la ciudad de Quilpue a principios de la década de 1970.
El variado repertorio del mítico grupo, recopilado en 16 ediciones, ha creado un lenguaje «que se aleja del puro folclore para entrar en una expresión renovada de la música popular latinoamericana».
Su compromiso social se refleja en «Los fuegos del hielo», exquisita partitura musical para ballet que hace referencia a la extinción de las etnias del extremo sur de Chile, que Sazo explicó «se desvanecieron porque a nadie le importó».
Encargada en 1992 para la Expo-Sevilla 92, en España, la singular obra de gran carga emocional y cruda temática expone una paradigmática reflexión sobre la supervivencia étnica.
Entre sus álbumes mas populares destacan «Estoy que me muero», «Para los Arqueólogos del Futuro», «Aire Puro», «Pájaros de Arcilla», «25 años», «Por amor al viento», y «La Loca sin Zapatos», su último trabajo.
EFE
