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Premio Pudú para España con filme Los lunes al sol

La actuación de Javier Bardem y la profundidad del realizador, Fernando León de Aranoa, dieron el premio a esta película en la categoría largometraje. Sincera, realista y desesperanzadora, retrata a quienes cada mañana se levantan derrotados, sin sueños ni metas, con un único y duro objetivo: la supervivencia.


Hay películas que calan hondo, acompañan y no se pueden olvidar. A veces el cine provoca emociones desconocidas o poco explotadas en la cotidianidad. Los lunes al sol, ganadora del Festival de Cine de Valdivia, es uno de esos filmes. Sus personajes están tan cohesionados con la historia, que la pureza de los textos y la perfecta simplicidad del guión logran conformar un trabajo de excepción.



Con un estilo neorrealista, la película de Fernando León de Aranoa irremediablemente se sustenta en la actuación de Javier Bardem, más allá de la gran construcción de personajes, ajustada dirección y acertada estructura narrativa. Solvente y convincente, el actor consigue aliviar la fuerte carga dramática del filme con el dinamismo de los diálogos. Ellos que hacen del relato una experiencia un poco menos angustiante.



Ganadora de la Concha de Oro al mejor filme en el Festival de San Sebastián, Los lunes al sol se sitúa en una ciudad costera, dividida por un río de aguas verdes y oleaginosas. Muchos hombres y mujeres dejaron atrás el campo o el mar para ir a trabajar a las fábricas, a las refinerías o al astillero. Sin embargo después llegó la reconversión industrial.



En el bar de Rico se reúne un grupo de amigos, conversan las horas muertas, se juegan sus esperanzas en la máquina. Mezclando los recuerdos y los proyectos, comparten sus frustraciones. Como un fantasma, el cierre del astillero planea sobre ellos. En el calendario de ellos, todos los días son festivos, pero en todos también hay motivos para la desesperación. Esta es la historia de los que viven la vida en domingo, de los que pasan los lunes al sol.



Otras categorías



En la sección Panorama Internacional, el premio fue para Ojos que no ven de Francisco Lombardi. El filme cuenta, a través de seis historias paralelas que se desarrollan durante la época final de Fujimori y la proyección de los videos del asesor presidencial, Vladimiro Montesinos, la descomposición moral que inundó a diferentes estratos y generaciones de la sociedad peruana. Lombardi crea una historia contemporánea sobre la hipocresía y el oportunismo que la corrupción del poder político puede generar.



En la sección Cine Chileno, el Premio Pudú fue para Cesante, del realizador Ricardo Amunategui.



En la competencia Documental, el primer lugar lo obtuvo Raymundo de Ernesto Ardito y Virna Molina.



En la categoría de Video, el primer lugar fue para The mexican dream de Gustavo Hernández.



En la competencia Cortometraje y Animación, el galardón lo obtuvo Whipped de Cibran Isasi y Whoki de Marcelo Díaz, respectivamente.



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