Claves para entender El Señor de los Anillos
Muchas son las interrogantes que hay sobre el origen de la historia de El Señor de los Anillos. Sobre todo, luego de su masificación, producto de los filmes de Peter Jackson. En este sentido, el libro Los mundos mágicos de El señor de los Anillos funciona como un diccionario que permite dilucidar los misterios de la obra de Tolkien.
El fenómeno de El Señor de los Anillos ha generado una fiebre inusitada. La gran oleada de marketing en torno a los tres episodios cinematográficos, a cargo del director Peter Jackson, los once premios obtenidos en la recién pasada entrega de los Oscar 2004 y la aparición de una serie de publicaciones en relación a la obra de Tolkien -además de los tres libros en que se basa la trilogía-, han generado un gran acercamiento hacia el mundo de los mitos y las leyendas mágicas.
Es así como Los mundos mágicos de El señor de los Anillos, de David Colbert -editado por Ediciones B-, funciona como un gran diccionario que permite reconocer historias ocultas en la obra de Tolkien y comprender de mejor manera muchos de los diversos aspectos de su extensa obra. Repasando leyendas que sirvieron a Tolkien como base, el origen de algunos personajes y algunas incógnitas geográficas, el autor logra conformar un documento de suma relevancia para aquellos que pretendan entender mejor este gran fenómeno.
Por ejemplo, en uno de sus pasajes, David Colbert relata el origen de la incorporación de Frodo en la historia. Ya en el libro El Hobbit, Bilbo -quién encuentra el anillo en la cueva del Gollum- se mostraba como un aventurero valiente, quien había combatido con arañas gigantes y dragones. De hecho, en la primera versión que Tolkien escribió de El señor de los anillos, Bilbo era el personaje principal. Sin embargo, su protagonismo pasó a segundo plano producto de la seriedad que el autor pretendía dar al relato.
"Si el encargado de devolver el anillo hubiera sido Bilbo, los lectores habrían esperado una aventura cómica, como la que habían disfrutado en El Hobbit y se habrían sentido defraudados. Así, para crear un nuevo tono, Tolkien dejó a un lado a Bilbo". Así las cosas, la aparición del sobrino del protagonista se hacía necesaria. "Es posible que a Tolkien le doliera jubilar a Bilbo, pero para la generación de admiradores que ya habían leído El Hobbit, ninguna otra solución habría resultado convincente. Había llegado la hora de un nuevo héroe. Frodo entra en la escena", asegura Colbert.
En el capítulo En qué lugar del mundo se encuentra la Tierra Media, la respuesta entierra cientos de dudas. "La tierra Media es Europa", afirma el autor, argumentado que el nombre viene de la palabra en inglés Middel-erthe, denominación con la cual los europeos catalogaban sus territorios, siglos atrás. Si bien el lugar donde se desarrolla la historia de El señor de los Anillos no se asemeja al "viejo continente", Colbert señala que "no cabe duda sobre algunos lugares de orígen. Hobbiton está situada -como era de esperar- cerca del hogar de Tolkien, en Oxford. Gondor está aproximadamente donde ahora se encuentra Italia, aunque podría extenderse hasta Turquía".
En cuanto a los personajes claves, sin duda que Galdalf es uno de los que concentra mayor credibilidad y aceptación dentro de los fans de El Señor de los Anillos. Pese a ello, muchas preguntas han surgido en torno al misterio que rodea al origen y real significación de este supuesto mago del bien. Muchos creen que fue creado por Tolkien, inspirado en el mítico Mago Merlín de los cuento del Rey Arturo. Sin embargo, Colbert se preocupa de aclararlo: "como Tolkien explicó en sus cartas a los lectores, Gandalf es en realidad un ángel enviado a la Tierra Media, para cumplir una misión".
"Los Valar -espíritus angélicos que dan forma al mundo- quieren ayudar a las criaturas de la Tierra Media a resistir a Sauron, por lo que mandan allí varios espíritus para que les echen una mano. Gandalf y otros ángeles, llamados colectivamente istari, comparten esa tarea (Saruman fue uno de ellos antes de convertirse en el criado del malvado Sauron)", concluye.