Los parlamentarios respaldaron a la escritora a través de una carta enviada al ministro de Educación y que fue impulsada por la DC Ximena Rincón. Entre los firmantes se cuentan los legisladores de la UDI Pablo Longueira y Evelyn Matthei.
Un grupo de senadores de distintas bancadas envió una carta al ministro de Educación, Joaquín Lavín, para expresar su respaldo a la candidatura de la escritora Isabel Allende para el Premio Nacional de Literatura.
«Queremos hacer justicia con la escritora chilena más trascedente del momento, la mujer que fue capaz de superar sus miedos, sus fracasos y sus penas para transformarse en una artista de alto reconocimiento internacional, que merece ser profeta en su tierra y no recibir el tristemente célebre pago de Chile», señala la misiva impulsada por la senadora DC Ximena Rincón y que suscriben sus pares de la Cámara alta Ricardo Lagos Weber (PPD), Pablo Longueira (UDI), Patricio Walker (DC), Pedro Muñoz (PS), Mariano Ruiz-Esquide (DC), Eugenio Tuma (PPD), Evelyn Matthei (UDI), Jaime Quintana (PPD), Soledad Alvear (DC), Lily Pérez (RN) y Hosain Sabag (DC), entre otros.
Los parlamentarios señalan que respaldan por varias razones a la escritora, una de ellas, porque su caso encarna «la histórica postergación que sufrieron y sufren las mujeres en nuestro país y que el Premio Nacional de Literatura, no hace más que confirmar. Sólo tres literatas han recibido este galardón. A saber: Gabriela Mistral, en 1951, seis años después de ganar el Premio Nobel; Marta Brunet, en 1961, y Marcela Paz, en 1984. ¿Acaso no ha habido otras chilenas con talento y trayectoria suficiente para recibir este premio?».
El segundo argumento es el hecho que al haber vendido más de 51 millones de libros «la transforman en la escritora latinoamericana más leída en el mundo. Sus trabajos han sido traducidos a diferentes idiomas, gracias a la fuerza e ironía de sus juicios, especialmente cuando aborda temas políticos, cuando trata sobre la hipocresía sexual o apunta a los problemas triviales del matrimonio».
«Claramente, Isabel es una adelantada y jamás se inhibió a la hora de criticar con fuerza el machismo y sus nefastas consecuencias en la sociedad chilena», sostienen.
Y la tercera razón, dice la carta, es que pese a que si bien la crítica no le tiene aprecio, «nadie puede dejar de reconocer en ella a una artista de trayectoria pocas veces vista en nuestro país y que ha tenido la capacidad de llegar hasta donde todo escritor aspira: el corazón de millones de lectores que se identifican con sus estilo, con sus personajes y con sus historias».
