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Oliver Stone: «Asquea dónde han llevado a EEUU inmobiliarias, abogados y bancos»

«Es repugnante, y además exportaron este sistema a la comunidad global», sostuvo el director de cine norteamericano.


El polémico director de cine norteamericano Oliver Stone, que visita Madrid para promocionar su última película, «Wall Street: Money Never Sleeps», asegura que le repugna adónde han llevado a su país abogados, inmobiliarias y bancos «en la sombra», que, además, exportaron el sistema a la comunidad global.

En una entrevista con un grupo reducido de periodistas, Stone explicó que no tenía ganas de hacer una secuela de «Wall Street», rodada en 1987 y que le valió un Óscar a su protagonista, Michael Douglas, pero cuando en 2008 se produjo «la mayor catástrofe financiera de la historia», ya no lo pudo «ignorar».

«Todo (lo sucedido en 2008) tuvo que ver con el sistema bancario y las finanzas: da asco pensar adónde ha ido a parar mi país por culpa de las compañías de seguros, abogados, bancos ‘en la sombra’ e inmobiliarias. Es repugnante, y además exportaron este sistema a la comunidad global», asegura Stone.

El director, guionista y productor neoyorquino se ha hecho famoso por sus películas -algunas tan célebres como «Midnight express» (1978); «Platoon» (1986), «JFK» (1991) o «Born on the fourth of July» (1989), todas ellas galardonadas con Óscar-.

Y también por algunas amistades polémicas, como el presidente venezolano Hugo Chávez, por su declarado izquierdismo y por sus radicales comentarios acerca de la política y de la vida en general.

Hoy, este estudiante de Yale que acaba de cumplir 64 años, desea que lo ocurrido en 2008 cierre el ciclo que comenzó en los ochenta y que, «a modo de sujetalibros, empiece y termine aquí, que con esto haya acabado, aunque en todo caso -apunta-, los mercados financieros son un paciente que hay que seguir medicando».

Añade que, en su opinión, «el tratamiento», la legislación y las reformas «van bien encaminadas», pero enseguida ironiza que esas normas están escritas en miles de folios que sólo se leen los abogados.

Luce camisa azul claro de rayas, sin corbata, y chaqueta de ante oscura, que se quita para picar más cómodamente los canapés que le sirven en la terraza del hotel de lujo donde concede las entrevistas.

Si hace 23 años, un joven Michael Douglas interpretaba en «Wall Street» a Gordon Gekko, un inversor corrupto y ambicioso, capaz de saltarse las más elementales reglas de la ética con tal de ganar dinero, ahora Oliver Stone le saca de la cárcel para mostrar con toda crudeza de lo que es capaz un hombre por codicia.

«Es un hijo de puta», explica Stone, que admite las similitudes de su personaje con Hannibal Lecter, atroz y atractivo a partes iguales.

Ambientada en 2008, la película muestra una sociedad ignorante de lo que se le viene encima, pendiente sólo de ver el modo de aprovecharse de la siguiente «burbuja», probablemente «verde», vaticina Gekko: las energías limpias.

«Lo que hizo Gekko en el 87 ahora es calderilla: mientras él se movía por millones de dólares, en 2008 son miles de millones, las primas son mucho más grandes, y no son ilegales, pero no son éticas. Hoy no hay individuos como Gekko, hoy lo hacen los bancos», afirma.

Gekko se refiere varias veces al modo en el que se extiende la corrupción como «un cáncer que hay que atajar», toda una ironía, considera el director, teniendo en cuenta que entonces su actor fetiche no sabía que estaba gravemente enfermo.

«Él no sabía nada cuando la rodamos, se enteró justo antes del estreno de la película (…) Todos estaríamos más contentos si estuviera Michael aquí hablando de ella, a él le hubiera encantado venir. Asistió al estreno en Nueva York hace dos semanas y tenía muy buena pinta, pero bueno -añade- es una lucha».

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