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El tesoro de Amster

Pablo Rivas*
Por : Pablo Rivas* Colaborador. Diseñador de la Universidad de Chile.
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En el libro de Tejeda, se recorre la accidentada vida de este diseñador, simultáneamente destacado y modesto. Se pone en perspectiva su labor, considerando su camino desde las planicies centroeuropeas hasta Santiago de Chile y se valora su obra, en algunos de sus aspectos más destacados, en una galería razonada. Es, en definitiva, la obra más completa sobre este artista que se pueda encontrar actualmente.


¿Quién de los lectores de esta nota puede ubicar Lvov en un mapa (sin recurrir a Wikipedia por supuesto)? Y estoy dando por sabido que entendemos que Lvov es, de hecho, una ciudad, y no un bosque, un lago, un río u otro accidente geográfico similar. Sospecho que pocos, si es que alguno. Pero, y siendo justos, nadie en Chile tendría porque ser capaz de encontrar una ciudad ucraniana en un mapa. ¿Por qué alguien debería tener este conocimiento arcano? Para el caso ¿Por qué estoy preguntándolo?

Pues porque Lvov (o Lemberg, o Lviv, o Leópolis) es la ciudad natal del protagonista del último libro del autor Juan Guillermo Tejeda, quién se da el gusto de su vida recorriendo la sinuosa trayectoria de este judío de Galitzia, iluminando parcialmente la relativamente oscura vida del diseñador polaco Mauricio Amster.

Este diseñador, maestro de la composición de libros, fue  pieza fundamental en la producción artística y cultural del país de mitad del siglo XX. Colaboró con las mejores editoriales de su época (Cruz del Sur, Zig-Zag, Nascimento, Universitaria) proveyendo al medio nacional un oficio desconocido hasta entonces.

Porque debemos entender, hay libros y libros. Y Amster diseñaba (a veces  con suerte, en otras ocasiones con resultados más pobres) los mejores libros de Chile. Componía con cuidado las líneas de texto, elegía con delicadeza las tipografías a usar, combinándolas con maestría, preparaba la materialidad de las portadas. Decir que generaciones de chilenos conocieron la lectura a través de su trabajo no es una exageración: la saga de Papelucho, con sus lomos de colores, fue diseñada por él. Y cabe agregar que es menester gozar con los libros para poder apreciarlos en su materialidad (su peso, el tipo de papel, la impresión). Amster era un reconocido bibliófilo, amor que se transparenta en su trabajo.

En el libro de Tejeda, se recorre la accidentada vida de este diseñador, simultáneamente destacado y modesto. Se pone en perspectiva su labor, considerando su camino desde las planicies centroeuropeas hasta Santiago de Chile y se valora su obra, en algunos de sus aspectos más destacados, en una galería razonada. Es, en definitiva, la obra más completa sobre este artista que se pueda encontrar actualmente.

La inicial pregunta por Lvov no es casual o inocente. No es un mero recurso para introducir el tema. Apunta a un problema central respecto a la construcción de este libro. A saber  ¿Por qué debemos leer esto? ¿Qué relevancia tiene actualmente este diseñador de libros polaco avecindado en Chile? Y las respuestas posibles son varias, pero intentaré esbozar una. Juan Guillermo Tejeda ve en la obra de Amster un índice, una señal que evidencia algo detrás. Los libros de Amster funcionarían como una sinécdoque, no sólo de un Chile pasado, lo cual es transmitido transparentemente en el primer capítulo, sino de un sistema completo de relaciones culturales, sociales y productivas abandonadas desde la dictadura en adelante.  Siguiendo esta lectura, “Amster” no es una inocente biografía de un prolífico y talentoso diseñador, sino una carta de amor a un pasado abandonado en pos de un futuro de liberalismo. Pero no es tanto un lamento por lo perdido como una celebración de lo que nos construyó. En este caso, la celebración de un tesoro extraviado: nuestros libros.

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