Realizó dos conciertos este fin de semana en el Teatro Nescafé de Las Artes
En este especial concierto dedicado al amor, Djavan, uno de los más importes figuras de la música brasileña, interpretó junto a su banda de talentosos músicos, temas de su más reciente álbum titulado Rua dos amores.
Djavan
Foto: Gonzalo Rubio
Viernes 14 de febrero, celebración del día de los enamorados. El lugar, Teatro Nescafé de las Artes. Sala llena para un concierto de canciones dedicadas al amor a cargo de la musicalidad y el talento de Djavan, músico de gran trayectoria y uno de los principales íconos de la MPB (música popular brasileña) junto a otros grandes como Caetano Veloso, María Bethania, Chico Buarque, Gilberto Gil o Gal Costa. No había duda de que el evento de esa noche sería un éxito rotundo. Y así lo fue.
Sobre el escenario, una atmósfera cálida, luces verdes y amarillas, y un telón de fondo hecho de hojas de papel en blanco sobre las que se proyectaron imágenes que aludían a los temas cantados. Hacen su aparición los músicos: el saxofonista Marcelo Martins, el trompetista Jesse Sacoc, el bajista Marcelo Mariano, los tecladista Paulo Calasans y Glauton Campello, el baterista Carlos Bala y en la guitarra, Max Vianna, hijo de Djavan. Se inicia el concierto. Primero la banda toca un fondo instrumental que genera el ambiente adecuado para recibir a Djavan, quien con micrófono en mano y vistiendo elegante y chic, se dirige hacia el centro del escenario para cantarnos una canción de “Rua dos amores”, su último trabajo discográfico, el que ha generado gran éxito gracias a importantes giras en América, Europa e incluso África el pasado año 2013.
Foto: Gonzalo Rubio
Una de las decisiones más definitorias del destino de Djavan, uno de los músicos más destacados e internacionales de Brasil, ocurrió a la temprana edad de 12 años, cuando tuvo que renunciar a su gran anhelo de convertirse en futbolista profesional para dedicarse a su otra gran pasión, la música. Impulsado por los ritmos y la experimentación psicodélica de los 60, inició su carrera musical primero tocando covers de The Beatles junto al grupo Luz, Som, Dimensão (luz, sonido, dimensión, de cuyas letras iniciales resulta la sigla LSD). A su traslado a Rio de Janeiro, en 1973 continuó su carrera en solitario, cantando en clubes nocturnos, en festivales musicales y como cantautor de varias bandas sonoras de telenovelas brasileñas para TV Globo. El éxito de su primer álbum A voz, o violão e a arte de Djavan del año 1976, lo catapultó como una de las grandes figuras de la música popular brasileña (MPB). Le siguen otros exitosos discos donde mezcla ritmos tradicionales de Brasil, de alto contenido africano, con músicas provenientes del pop, el rock y el jazz. Canciones como «Flor de Lis» (interpretada por la cantante estadounidense Carmen McRae), «Açaí y Samurai» (en la que Sevie Wonder toca la armónica) y «Sina», ayudaron en gran medida a internacionalizar su carrera alrededor del mundo entero.
Djavan ha visitado Chile en varias ocasiones. La más reciente fue el año pasado con una exitosa presentación en el Teatro Caupolicán. En esta ocasión lo hace para celebrar al amor a través de un disco dedicado especialmente al tema. Rua dos amores (2012) es su producción discográfica número 25, y en ella podemos encontrar títulos como «Já não somos dois», «Anjo de vitrô», «Bangalô», «Vive», «Pecado» y la propia «Ruas dos amores». Se trata de un trabajo musical en el que el amor es el hilo conductor para reflexionar sobre diversas sensaciones y emociones humanas: hay canciones que cuentan sobre las incompatibilidades amorosas, las inseguridades, otras que hacen referencia al amor de juventud, al amor adolescente, también reflexiones profundas sobre el amor maduro e incluso sobre el amor platónico.
Foto: Gonzalo Rubio
Si bien el motivo principal del concierto era interpretar los temas de su último trabajo, el cantautor no dejó de complacer a la audiencia tocando otros clásicos de su discografía como “Flor de Liz”. Con una calidez y cercanía, Djavan invitó al público a acercarse al escenario para saludarlos de la mano y cantar con ellos sus clásicos de ayer y hoy. Los presentes no perdieron la ocasión de corear junto a él y registrar los momentos. Sin duda fue una jornada de gran calidez, carisma y donde se respiraba un clima propicio de amor para todos los enamorados que celebraban el día de San Valentín.
