La exposición estará abierta hasta el 8 de enero en la Galería D21
Treinta años de trabajos visuales, elaborados con su propia imagen, con su cuerpo como testimonio artístico e histórico, se presentan en la exposición “Arder”, la última muestra de arte contemporáneo del ex candidato a Premio Nacional de Literatura, en la que, entre otras perfomances, aparece envuelto en llamas rodando por las escalinatas del Museo de Arte Contemporáneo del Parque Forestal.
Pedro Lemebel rodando en llamas por las escalinatas del Museo de Arte Contemporáneo. Lemebel dejando huellas de sangre en un manto blanco en Pisagua. Lemebel incendiando las letras del abecedario en el Cementerio Metropolitano. Lemebel artista, performista, creador.
Con la certeza de que las creaciones visuales de Pedro Lemebel no solo son de gran valor artístico sino también histórico, los galeristas Pedro Montes de D21 y Sergio Parra de Metales Pesados Visual, hace poco más de un año pusieron “manos a la obra” para reunir, recoger y rescatar los trabajos artísticos del ex candidato a Premio Nacional de Literatura para ofrecer una retrospectiva a su obra. El resultado fue una impresionante colección, compuesta incluso por algunas obras inéditas, que dio origen a la exposición Arder, que se puede ver hasta el 8 de enero en la galería D21, ubicada en Nueva de Lyon 19, departamento 21.
“Es un trabajo de muchos años, las primeras fotos son de los años 87 y 89. Hay 20 o 30 años de trabajo expuestos aquí, son distintas expresiones del trabajo de Pedro”, dice Montes, quien ya el 2011 había montado la exposición Lo que el sida se llevó, con el trabajo plástico de Las Yeguas del Apocalipsis, el colectivo artístico formado por Lemebel y el también escritor Francisco Casas, que sacudió la escena artística nacional a fines de la década de los 80.
Gran parte de la obra que se expone en Providencia son fotografías de Paz Errázuriz y de Pedro Marinello y algunos otros aportes de autores desconocidos, que son de propiedad de Lemebel. “El montaje final lo define Pedro, él dirige toda su obra, él es artista, curador y modelo en toda su obra. Su ojo artístico es bien impresionante, yo que he trabajado bastantes años en arte lo noto, él dice ‘esto tiene que ser de determinada forma’ y al final el producto, ya sea una foto o una performance, realmente funciona muy bien con su criterio”, reconoce Montes.
Montes explica que las obras más relevantes se hicieron a comienzos de este 2014. “A fines del año pasado Pedro estaba con muchas ganas de trabajar, entonces empezamos a proyectar la primera obra, que se llama Desnudo bajando la escalera, que finalmente la pudimos registrar en febrero de este año, en las escalinatas a la entrada del MAC “, relata.
Esta obra, que se puede apreciar en format0 video, es una de los trabajos más fuertes de la exposición y en él se puede apreciar al escritor desnudo y envuelto en un saco marinero que se deja caer rodando por las escalinatas del Mac de donde emergían llamas de fuego que terminaron incendiando el saco con el performista en su interior.
“Para esta obra conseguimos los permisos municipales y del MAC y a las cinco de la mañana, con la participación de los fotógrafos Paz Errázuriz y Pedro Marinello dimos inicio a la performance. Las escalinatas las habíamos encendido con neoprén, había mucho fuego, muy tóxico, y el saco que usó Pedro lo humedecimos previamente para evitar accdidentes. El resultado fue bien impresionante”, recuerda el dueño de la Galería D21.
Otra de las obras inéditas se realizó en junio de este año. Fue una recreación de la obra Abecedario que Lemebel hizo en la década de los 80 y que ahora realizó en una pasarela frente al Cementerio Metropolitano. La performance parte con Lemebel vestido de negro, montado sobre sus clásicos tacones, que luego de dibujar con neoprén todo el abecedario –con caligrafía de silabario– enciende letra a letra con un chispero, quedando tras de sí el rastro negro de la ceniza.
El uso del neoprén, explica Montes, siempre ha sido muy importante en la obra de Lemebel. “Lo ha usado desde un principio, por ejemplo, en el Museo de Bellas Artes, en los 80, cuando protestó por la censura de una de sus obras. En las afueras Pedro dibujó una estrella con neoprén y la incendió. Este pegamento tiene, además, una carga absolutamente marginal y eso tiene mucho contenido para el artista”, explica.
Las acciones que realiza Pedro Lemebel podrían entenderse en dos niveles. El primero, el más inmediato: el fuego, el travestismo, el cambio de género, el maquillaje, las plumas. El otro tiene que ver con la temática y el contexto político: la transición, los derechos humanos.
“En todas sus obras te puedes dar cuenta de que siempre son el retrato de Pedro. Es él, él es su propia temática, en distintas situaciones”, confirma el galerista. “Las obras de Pedro en general son de una producción muy sencilla, son parte de su sello personal, muy de armarlo en el momento con los materiales que encuentra”, describe.
En la exposición Arder están presentes el tema de los desprotegidos, del débil, el perseguido y el desaparecido. Así, dentro del cúmulo de trabajos de Las Yeguas del Apocalipsis, que también se pueden ver en la web dedicada a este colectivo, se muestra asimismo el video Pisagua –exhibido en sus últimos recitales poéticos de Cancionero–, en el que se aprecia al escritor caminando descalzo sobre un manto blanco, frente a las costas de Pisagua, en cuyas huellas brota tinta roja.
“Fuera de Chile, Lemebel tiene un reconocimiento transversal, grandes universidades hoy estudiando a Pedro sobre todo como cronista, porque no conocían su faceta de artista, pero te aseguro que en poco tiempo más van a estar estudiando a Lemebel también artista”, concluye el galerista.
