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Opinión: El MAC no puede ser gratis A partir de marzo de 2015 todos los museos públicos serán gratuitos

Opinión: El MAC no puede ser gratis

Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo (Mac)


La Presidenta Michelle Bachelet ha anunciado que a partir de marzo 2015, los museos públicos tendrán acceso gratuito. Esta medida nos alegra, en primera instancia, pues apuntaría a un aporte cultural colectivo, que podría alcanzar a todas las regiones del país. En segundo lugar, suponemos que este anuncio vendría acompañado de un incremento en los presupuestos los museos, siempre insuficientes, como compensación a la pérdida que correspondería a esa gratuidad.

Pero aunque pareciera en primera instancia correspondernos, el Museo de Arte Contemporáneo no está considerado dentro de esta lista de 27 instituciones, ubicadas en 13 regiones del país. Pese a que es una institución pública que funciona bajo el alero de la Universidad de Chile, y que desde 1947 es el primer y más importante museo de arte contemporáneo de Chile.

La razón es que no forma parte de la red de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), dependiente del Ministerio de Educación. Esto es suficiente para que nuestra institución sea excluida de una medida que ha sido descrita por la Ministra de Cultura, Claudia Barattini, como una forma de ayudar a que el público se acerque con libertad al patrimonio histórico del país.

En nuestro caso, funcionará como lo contrario. Al no tener la capacidad económica de igualar la gratuidad de nuestros vecinos, como el Museo Nacional de Bellas Artes, la medida profundizará la disparidad de condiciones en la que se encuentra el MAC respecto de sus pares. Si a los museos DIBAM se les inyectará recursos a partir del 2015, el MAC no sólo mantendrá su financiamiento deficiente, sino que será uno de los pocos museos que deberá cobrar una tarifa de ingreso. Así, parecerá (erróneamente) tener más elementos en común con instituciones privadas, como el Museo de Artes Visuales y el Museo Precolombino.

La Ministra Barattini ha descrito esta medida como “coherente con las reformas que se están planteando hacia una educación universal gratuita”. Nos preguntamos, entonces, qué implicancias tiene que un museo universitario como el MAC, creado en 1947 por una universidad pública, sea excluido de esta medida. ¿Acaso esta condición de formar parte de la Universidad de Chile lo convierte en un museo con carácter menos público?

Si hoy ya es un desafío lograr que el público ingrese al MAC, nos preguntaremos cómo será a partir de 2015, en condiciones desiguales y con una barrera de ingreso evidente. Finalmente, la pregunta es: ¿quién se hace cargo de los museos? ¿Es el Estado, como pareciese indicar la última decisión de la Presidencia? ¿O es el público, quien más que nunca deberá mantener el Museo de Arte Contemporáneo con su pago de entrada?

Depender del Estado, no es lo mismo que formar parte del gobierno. Un aporte de este tipo, dirigido a los museos estatales, debería afectar a todos los museos de este carácter, incluyendo las instituciones de la DIBAM y las de la Universidad de Chile. De eso se trata una política de Estado. El resto, es una diferenciación enojosa, en donde lo estatal se limita a aquello que depende del gobierno. Una definición insuficiente y discriminatoria, que finalmente incrementará la dificultad presupuestaria del MAC y provocará un alejamiento del público. Un resultado completamente opuesto al propósito que inspira el anuncio de la Presidenta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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