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Berlinale 2015: Triunfa el cine político, reflexivo y «peligroso» La ceremonia de premiación se realizó ayer en la capital alemana

Berlinale 2015: Triunfa el cine político, reflexivo y «peligroso»

El director de la cinta «El club», Pablo Larraín, Oso de Plata Gran Premio del Jurado en la 65. edición de la Berlinale, subrayó hoy que el cine puede «realmente ser considerado algo peligroso» por algunos, al referirse al gran ausente de la gala de premios, el cineasta iraní Jafar Panahi.


Panahi, bajo arresto domiciliario dictado por la autoridades de Teherán, no pudo recoger su Oso de Oro a la mejor película por «Taxi», y estuvo representado en la gala por su esposa y su sobrina, ésta última, encargada de recoger el galardón e incapaz, entre lágrimas, de articular palabra.

 Hana Saeidi, con el Oso de Oro otorgado a la película de su tío

Hana Saeidi, con el Oso de Oro otorgado a la película de su tío Jafar Panahi. Foto: EFE

Larraín, por su parte, se mostró «orgulloso» por haber logrado en la Berlinale un «reconocimiento muy importante artístico y político».

El director señaló en una rueda de prensa posterior a la gala que con su película, centrada en los horrores cometidos por varios sacerdotes católicos que residen en una misma casa, no tenía un objetivo periodístico.

«Nosotros no tenemos el afán de hacer denuncias ni de provocar cambios, sino que queremos poner un tema en pantalla de una manera subversiva, inteligente y ojalá atrapante y que eso provoque reflexiones», manifestó.

En tanto, el guatemalteco Jayro Bustamante, galardonado con un Oso de Plata por «Ixcanul», confió en que su premio impulse la industria del cine en su país y sirva para que sus compatriotas «se den cuenta de lo importante que es ser representado en el extranjero».

«Espero que la gente en Guatemala aprecie aún más lo que tiene, ahora que ve que fuera las cosas que están ahí al lado gustan», señaló Bustamante tras recibir el Oso de Plata Premio Alfred Bauer, que reconoce películas que abren nuevas perspectivas.

Jafar Panahi

Jafar Panahi

La directora polaca, Malgorzata Szumowska, premiada con el Oso de plata a la dirección por su cinta «Body», declaró sentirse «muy contenta» y al mismo tiempo «en shock», por el galardón y subrayó que su cinta no habla sólo sobre mujeres, sino en general sobre el ser humano y también sobre la «pérdida de una religión».

En este sentido señaló que «Polonia todavía está viviendo un momento de transformación» a pesar de sus ya 25 años en democracia y señaló que se trata de un país «de contradicciones» y, a la vez, «muy dinámico», o cual supone «un gran desafío» también para los cineastas.

El realizador rumano Radu Jude, Oso de Plata ex aequo a la mejor dirección por «Aferim!», señaló que «no haces una película del pasado si no quieres hablar del presente».

En este sentido, Jude, que dijo tener «sentimientos encontrados» con su galardón, señaló que se trata de una película «histórica», aunque su foco principal sea la Rumanía actual, al tiempo que expresó su esperanza de que el premio contribuya a aumentar la distribución del filme.

La actriz Charlotte Rampling y el actor Tom Courtenay, marido y mujer en la cinta «45 years», de Andrew Haigh, trasladaron a la rueda de prensa el conflicto que se desencadena en el filme cuando tras 45 años de matrimonio un factor esencial del que nunca hablaron le hace sentir a ella que siempre hubo una presencia ajena.

Rampling, Oso de Plata a la mejor actriz, se mostró contenta con el premio, al no contar con muchos, agregó, sobre todo porque siempre intentó «favorecer películas de autor» frente a filmes comerciales.

Courtenay, por su parte, dijo que ambos estuvieron «encantados» de hacer la película, pero tras ser interrumpido varias veces por su mujer en la ficción, acabó por claudicar con un «se pasa el día hablando, habla todo el tiempo».

Mientras, el chileno Patricio Guzmán, Oso de Plata al Mejor Guion en la Berlinale con «El botón de nácar», ratificó su deseo de contar la historia de su país, «de su falta de memoria y de su amnesia», y mostró su apoyo al movimiento estudiantil, que busca «cambiarlo todo» como Podemos en España o Syriza en Grecia.

El cineasta elogió la geografía chilena y defendió su apuesta de usarla como metáfora del país y aseguró que el «uso el lenguaje metafórico es más convincente» que hablar directamente de «desigualdades y fosas comunes».

El Oso de Plata a la mejor aportación artística recayó en los camarógrafos Sturla Brandth Grovlen, por «Victoria», de Sebastian Schipper (Alemania), grabado en un único plano secuencia, y en Evgeniy Privin y Sergey Mikhalchuk por «Pod Electricheskimi Oblakami» (Rusia), de Alexey German.

En tanto, el cineasta mexicano Gabriel Ripstein, Premio a la Mejor Ópera Prima en la 65 edición de la Berlinale con «600 millas», se mostró «encantado y privilegiado» al recibir un galardón que, aseguró, «es, honestamente, un gran regalo».

Ripstein quiso dejar claro que no es un cineasta político, sino «un contador de historias» y avanzó que sus propios proyectos también tendrá que ver con ese lado oscuro de la vida que le asusta y le interesa, aunque no cree que vuelva a utilizar como tema la realidad mexicana.

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