Publicidad
Campamento de Matemáticas: Una opción para revertir el «desastre» de la disciplina a nivel escolar La actividad fue organizada por la Sociedad Matemática de Chile y el Centro de Sistemas Dinámicos

Campamento de Matemáticas: Una opción para revertir el «desastre» de la disciplina a nivel escolar

Durante seis días, 120 jóvenes de distintas partes del país se reunieron en torno al segundo Campamento de Matemáticas; una oportunidad para compartir el gusto por la abstracción numérica y una instancia que busca inspirar a nuevos estudiantes y hacer conciencia de la precariedad de las instituciones educativas en la enseñanza de las matemáticas.


Entre risas y abrazos un grupo de gente, en su mayoría adolescentes, se despide y hace planes para volverse a ver. Llevan bandanas de colores alrededor de sus cuellos y con sus bolsos en mano se suben a los buses que los llevarán de vuelta a casa. Lo que parece la escena de despedida de un campamento de scout o algo por el estilo, es más bien el final de una lúdica semana dedicada completamente a la matemática.

Con la idea de revivir el mítico campamento que se realizó el año 1999, la Sociedad Matemática de Chile (Somachi) en conjunto con el Centro de Sistemas Dinámicos y Temas Relacionados organizó la segunda edición de este evento. A través de invitaciones a contactos con los que ya han trabajado y una convocatoria abierta que realizaron por internet, se juntó a un grupo de 120 personas que durante seis días acamparon en las dependencias del CPEIP en Lo Barnechea. Escolares, universitarios y profesores se dividieron en ocho grupos y como una especie de alianza de colegio, se realizaron juegos, conferencias, visionados de películas; todo en torno a la matemática. Además se contó con la presencia de importantes intelectuales del país como el Premio Nacional de Ciencias Exactas, Rafael Benguria.

Andrés Navas, presidente de la Somachi, cuenta que un problema que veían es que muchas instancias de difusión matemática son competitivas, pero que ellos querían hacer algo en que por sobre todas las cosas compartieran. Por eso las actividades eran en parte profundas, pero a la vez lúdicas. Un día fue un malabarista a explicarles la relación entre matemática y malabarismo, ya que los trucos se codifican matemáticamente y de esa manera pueden ser compartidos. En otra ocasión tuvieron una conferencia de criptología, para luego en la tarde tener un juego de pistas donde aplicaron lo aprendido.

campmat4

Navas, que participó en las olimpiadas matemáticas de 1991, afirma que muchos de los científicos de hoy nacieron de instancias como esta y asegura que en Chile hay muchos niños esperando por este tipo de oportunidades. Pero además es enfático al establecer que este no es un campamento de futuros científicos, sino que buscan ir más allá, lo que quieren es que estos niños recuerden a futuro que pasaron por el campamento e integren la matemática en su quehacer, cualquiera sea este.

[cita tipo=»destaque»]Mario Ponce, doctor en matemáticas y uno de los principales organizadores del evento, cataloga la matemática en la educación básica y media como un desastre, afirmando que no existen dobles lecturas sobre ello. “Los que saben menos saben cada vez menos, y los que saben más, menos saben que los que sabían más antes”, dice el doctor en forma de trabalengua.[/cita]

“Pueden ser arquitectos, antropólogos, gente de las ciencias sociales, lo que sea. Y se van a acordar que la matemática no era esa cosa cerrada, ultra abstracta, que solo consistía en resolver ejercicios de manera repetitiva en la escuela, sino que es un mundo amplio, rico, y que por sobretodo está esperando para interactuar”, manifiesta el matemático.

Nataly Cortés tiene 14 años y es una de las cien participantes del campamento. Viene desde el Liceo Comercial de Osorno y cuenta que llegó a esta instancia gracias a su profesora. Nataly, quien desde los cinco años estudia matemática, explica que esta disciplina está en todas partes y que es necesaria para abrir la mente. “Yo soy científica, yo trabajo más con la ciencia, con la astronomía, pero vine aquí porque la astronomía necesita mucha matematica”.

0000336653

El desastre de la matemática a nivel escolar

Detrás de este campamento hay un grupo de científicos preocupados por el nivel de la matemática a nivel país, pero principalmente de lo que se está haciendo a nivel escolar. Tomaron parte del presupuesto de un proyecto Conicyt de investigación y decidieron invertirlo en la actividad. Navas explica que tienen claro que muchas veces cosas como estas redundan más que una investigación.

Mario Ponce, doctor en matemáticas y uno de los principales organizadores del evento, cataloga la matemática en la educación básica y media como un desastre, afirmando que no existen dobles lecturas sobre ello.  “Los que saben menos saben cada vez menos, y los que saben más, menos saben que los que sabían más antes”, dice el doctor en forma de trabalengua.

campmat3

Una de la razones que para Ponce explicarían este fenómeno sería paradójicamente el mayor acceso a la educación. “La cobertura de la educación en Chile ha crecido de manera maravillosa en los últimos años, el problema es que eso ha redundado en unas pérdidas de calidad que no necesariamente es obligatorio pero ha ocurrido”, explica.

El matemático reconoce que el grupo con el que trabajaron durante el campamento es una élite dentro del país y que la realidad nacional es radicalmente opuesta, y apunta a que ése es el problema. “Nosotros sabemos que estos chicos son especiales y que les gusta la matemática, el problema que tenemos son aquellos que no les gusta tanto la matemática y que no están acá. Ellos no están aprendiendo casi nada de matemática y se están convirtiendo en ciudadanos productivos igual, y con muy bajos niveles de productividad, muy baja comprensión del entorno y de los datos que los rodean”.

Dentro de ese panorama más bien negativo, esta actividad busca ofrecer una oportunidad para aquellos a quienes sí les gusta la matemática y no encuentran un espacio dentro de sus colegios, como es el caso de Nataly. “En mi curso todos están metidos en el teléfono, entonces es fome porque uno no puede socializar con esas persona. Uno les habla algo y te dicen qué estai hablando estas cuestiones si a mi no me interesa”, cuenta Nataly, quien desde que se enteró en enero que había sido seleccionada para asistir al campamento, comenzó a preparar su maleta y a leer sus libros sobre la materia.

Andrés  Navas cree que en eso radica la importancia de este campamento, en darles atención a estos niños desde edad temprana y hacerles saber que no están solos. Pero hay algo más que el matemático considera importante: demostrarles a los jóvenes del país que la carrera científica en Chile sí es viable.  “Muchos terminan desistiendo porque piensan que aquí no se puede hacer. Y cuando se ven involucrados en instancias así, donde vienen premios nacionales de ciencias a darles charlas especialmente a ellos, cuando tienen todo un equipo de trabajo que trabaja para ellos pensando que ellos son un potencial a futuro para nuestro país, eso los inspira”.

Publicidad

Tendencias